“El problema de los femicidios es tan grande en Argentina que nos atraviesa como sociedad. No necesitamos tener un familiar que haya sido víctima para poder sentir y entender el problema e identificarnos con el dolor del otre y tratar de hacer algo para cambiarlo, como pasa con todas las injusticias”, asegura la fotógrafa Eleonora Ghioldi, que habla siempre con la letra “e” inclusiva, pero sostiene que usarla no es suficiente para mostrarse en contra de las violencias que padecieron las víctimas de femicidios, travesticidios y transfemicidios.
“Atravesadxs” es el proyecto documental que refleja el dolor de las familias de esas víctimas y fue inaugurado el pasado 3 de junio, una fecha especial para la lucha contra la violencia machista desde 2015 cuando por primera vez las calles de todo el país se unieron al grito de Ni Una Menos luego de un incremento de casos de femicidios y de que la joven Chiara Páez fuera asesinada por su novio de 16 años. La multitudinaria marcha que se repite cada año.
La también artista visual, nacida en Buenos Aires en 1972, tuvo su primer acercamiento a la fotografía testimonial y documental hace más de 11 años cuando comenzó Guerreras, un trabajo de investigación basado en testimonios y entrevistas sobre violencia de género formado por los relatos de mujeres que padecieron desde acoso callejero, la esterilización forzada hasta las hijas de madres desaparecidas en la última dictadura militar, pero sintió que luego de tanto tiempo de continuidad no podía cerrarlo sin reflejar la peor de todas las violencias, el crimen por cuestión de género.
“No quería cerrar un trabajo de violencias sin hablar de femicidio, de travesticidio, de tansfemicidios, la violencia máxima. Comencé a pensar cómo hablar de ese tipo de violencia si ellas ya no están y decidí entrevistar a sus madres, lo que me llevó hasta Ciudad Juárez, en México, donde Atravesadxs cobra vida. Fue una experiencia muy fuerte por lo que se vive en esa ciudad, pero pude obtener los testimonios de las víctimas. De regreso a Argentina conocí a Gustavo Melmann, el papá de Natalia, en una marcha del 8 de marzo, lo invité a ver la muestra que estaba exponiendo y entablamos diálogo. Él me puso en contacto con otros familiares de víctimas de femicidios a quienes les pedí testimonio. Así inicié este trabajo”, recuerda Ghioldi.
Durante los primeros meses de la cuarentena de 2020, Eleonora entendió que la marcha Ni Una Menos no se realizaría luego de cinco años ininterrumpidos y en acuerdo con varias de esas familias decidió hacer las fotos que expone desde hace unos días en el frente del Museo Evita. “Son los retratos con los barbijos puestos donde escribieron el nombre de su familiar que no está... Es ahí donde el trabajo toma forma, por cuestión de volumen”, revela y cuenta que además sumó testimonios escritos y en audio además de entrevistas a académicas y activistas que trabajan la temática de violencia de género.
El trabajo, respetando la coyuntura actual, está expuesto en la fachada del museo con un código QR que quienes pasen por allí puedan escanearlo y ver todo el material en el sitio web.
Una muestra sobre reúne el valor de dar testimonios para que otras personas no pierdan a sus familiares
El nombre Atravesadxs tiene doble motivo. “Varias de las personas que forman parte de la muestra conforman un grupo que se llama Familiares atravesados por el femicidio, no son todos, pero en honor a ellos es un motivo. El otro viene por haber cambiado la letra o por la x. Más allá del tema de ser inclusivo, es por la dificultad de pronunciar la palabra tal está escrita, Atravesadxs, que ni siquiera se sabe cómo se pronunciarla y eso sale de la dificultad de pronunciar los femicidios, los travesticidios y los transfemicidios; tiene que ver con la incomodidad que genera la realidad”, detalla.
“El viernes 31 de marzo, el papá de una niña de 13 años, en Gualeguay, denuncia que el femicida de Micaela había intentado violar a su hija. La denuncia no se le tomó porque la jueza no estaba en la ciudad y le dijeron: ‘Volvé el lunes o martes y hacé la denuncia’”. Ese fin de semana mató a Micaela. Néstor “Yuyo” García, papá de Micaela García, víctima de femicidio en abril del 2017.
Las voces de los familiares dan cuenta no solo el dolor que atravesaron por la perdida de su familiar sino las que continúan en el arduo camino de la búsqueda de justicia.
“Todas las familias contaron que la violencia no se termina con el femicidio porque luego sufren violencia institucional y mediática por la falta de perspectiva de género al momento de cubrir la noticia”, asegura Eleonora Ghioldi.
En ese sentido, interpela a los medios porque considera que “en general, se culpabiliza a la víctima y a la familia en lugar de poner la mirada en cuáles son los factores que generan este tipo de violencias, por eso creo que una de las cosas que me quedó bastante claro luego de estos testimonios es que la violencia mediática da cuenta de que tenemos que preguntarnos por qué suceden estas violencias, qué es lo que permite que sucedan y qué es lo que está pasando con ciertas masculinidades que no soportan nuestra autonomía”.
También se refiere a la violencia institucional “por parte del sistema de Justicia. Los familiares hablan de un vacío en el acompañamiento y son maltratados”. “El Estado tiene una responsabilidad importantísima en la prevención de la violencia de género, necesitamos atacar los puntos donde la violencia está naturalizada desde los lugares micros como las escuelas y los hogares y ahí es cuando los medios cobran importancia porque son los que tienen llegada y crean discursos; por eso, cuando hablamos de la Ley de Medios es importante la perspectiva de género más allá de hablar con la e. Se trata de educar a las personas para que se hagan las preguntas que corresponde”, agrega.
“A pesar de haber perdido a mi hija (su muerte) originó un cambio muy importante en la mentalidad de la gente. Un mensaje que quiero dar a las chicas jóvenes: no se guarden si tienen un problema. Hablen con sus padres, con sus hermanos, con sus tíos, nunca se guarden un secreto que venga de la violencia”. Fabio Páez, padre de Chiara Páez, la adolescente asesinada en Rufino, Santa Fe, el 10 de mayo del 2015. Su muerte motivó el Ni Una Menos.
Los familiares que dieron testimonio para la muestra que se expone en la facha del Museo Evita fueron, entre otros, Fabio Páez, papá de Chiara Páez, la adolescente asesinada en Rufino, Santa Fe, el 10 de mayo del 2015; Say Sacayán, hermano de la activista Diana Sacayan que fue brutalmente asesinada en octubre del 2015 producto de un travesticidio; Marcela Morera, mamá de Julieta Mena, víctima de femicidio el 11 de octubre del 2015 a los 22 años con un embarazo de casi tres meses y Néstor “Yuyo” García, papá de Micaela García, víctima de femicidio en abril del 2017.
“Sus testimonios reflejan uno de los momentos más triste en sus vidas, pero también hablan de la lucha que llevan y no para ganar ellos algo porque a sus familiares no se los devuelven, pero lo hacen para que no se repita. Por eso, creo es importante contar estas historias desde el lugar de la lucha porque el único espacio legitimo que tienen para contar su historia es siendo victimas entonces la idea es que hablen de su lucha”, asevera y destaca la relación que forman entre ellas.
Hasta el día previo a la inauguración de la muestra, desde el 3 de junio de 2015 al 2 de junio de 2021, en Argentina hubo 1733 femicidios y transfemicidios, según La Casa del Encuentro.
Hasta el 3 de julio, la muestra puede verse en el frente del museo ubicado en Lafinur 2988 (CABA) y en este sitio.
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