Un triste hecho se produjo en un patio de comidas de la ciudad de Río Cuarto, Córdoba, donde un hombre mató de una patada a un perro, mascota de un local, después de que el animal arrojara al hijo del sujeto al suelo y se subiera encima del pequeño.
Gran parte de la comunidad de la ciudad se vio consternada por el hecho, ya que el perro, llamado Gringo, era la mascota del patio de comidas Patio Linné y ya era conocido por los empleados y los clientes habituales del lugar.
El episodio ocurrió el fin de semana y causó revuelo en la provincia de Córdoba, ya que numerosas organizaciones defensoras de los animales acusaron al hombre de “asesino de perros” y pidieron a la Justicia que se lo castigue por su accionar violento.
El hombre, de nombre Patricio Bavera, relató a los medios locales que había acudido al patio de comidas junto a su hijo de tres años y dos amigas más del chico, de la misma edad.
Bavera explicó que en un momento determinado, vio cómo el animal tiraba a su hijo al suelo y se le subía encima. Fue ahí cuando se lanzó corriendo hacia el lugar del incidente y le aplicó una patada en el cuerpo al animal para poder liberar a su hijo.
Como consecuencia de ese golpe, el perro se escapó hacia la cocina de uno de los locales gastronómicos del Parque Comercial, donde luego agonizó y terminó perdiendo la vida.
“Me cuestiono o si no hubiese sido mejor sacarlo con las manos. Quizá me mordía a mí, pero hubiese preferido que me mordiera porque el perro estaría vivo”, afirmó Bavera, en declaraciones al canal Telediario de Río Cuarto.
El hombre no se enteró del daño que había generado en la salud del animal hasta que al cabo de unos minutos se le apareció un empleado del Patio de Comidas y lo quiso atacar con golpes de puño. Allí, Bavera recogió a los tres niños y tuvo que abandonar el lugar.
“Lamento la muerte del perro, jamás hubiese querido que eso pase, pero también me pregunto qué habría pasado si no hubiese sacado al perro de encima de mi hijo (…) El perro tiró a mi hijo al piso y le puso las patas encima. Yo reconozco que le di una sola patada, lamentablemente en un lugar fatal, pero fueron dos segundos. Por supuesto que estoy arrepentido”, completó el hombre.
Los análisis médicos realizados sobre el animal después de su muerte constataron que el fallecimiento se produjo debido a una herida grave que la patada ocasionó en el bazo.
Mientras diferentes asociaciones animalistas atacaron con dureza a Bavera, horas después del episodio salió a la luz un video que terminó por constatar cada una de las palabras del hombre.
Una cámara de seguridad de uno de los locales gastronómicos reflejó cómo en un momento se encuentran los tres niños jugando con el animal, hasta que de repente el perro tira a uno de los chicos al suelo y se pone por encima del pequeño. Unos segundos después, aparece Bavera y le aplica una patada en el cuerpo al animal para sacarlo de encima del niño.
Desde las organizaciones defensoras de los animales se criticaron tanto el acto violento como la actitud posterior de Bavera, a quien se acusa de que después del hecho, se volvió a sentar.
“Hay muchos testigos que dicen que el niño estaba molestando al perro. Hay que recalcar que, desde la educación, que como padres tenemos que enseñar a los niños a tratar con animales. Enseñarles que los perros son seres que sufren, que disfrutan igual que nosotros. No hay que agredirlos. Los testigos dicen que hacía más de dos horas que los niños estaban molestando a los perros. Todo el mundo sabe ahí, que el Gringo era un perro comunitario, que no era agresivo”, afirmó Natalia Borla, del programa “Sentimiento animal”, en declaraciones al diario La Voz.
Si bien el propio Bavera fue quien realizó la presentación del hecho ante la policía, tanto una asociación protectora de animales como los propietarios del local gastronómico hicieron una denuncia. Se exige que se aplique la Ley 14.346, conocida como Ley Sarmiento, que estipula una pena de entre 15 días y un año de prisión para aquellos que infieran malos tratos o hicieran víctimas de actos de crueldad a los animales.
La investigación quedó en manos de la fiscalía de segundo turno de Río Cuarto y por el momento no hay ninguna imputación.
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