La muerte de Paola Nucci tiene conmocionada a la ciudad de Bahía Blanca. La joven de 34 años trabajaba en el área de recursos humanos de una empresa y esperaba su primer hijo. Si bien no tenía comorbilidades, tras contraer COVID-19, la trasladaron al Hospital Privado del Sur donde estuvo internada con oxígeno. Con el correr de los días, su cuadro se fue poniendo cada vez más crítico y los médicos no pudieron salvarla. Falleció en las últimas horas, según confirmaron los medios locales.
El pasado 15 de junio, el papá de Paola, Salvador Nucci (61), contó a Infobae el drama que estaba atravesando su familia que, pandemia mediante, intentaba sobreponerse de un 2019 lleno de dramáticas pérdidas: su mujer Adriana -la mamá de Paola- falleció a los 56 años por un sarcoma que se la llevó en pocos días. Un mes antes, Salvador había perdido a su suegro y, al poco tiempo, perdió a su madre.
A fines de mayo, Paola, su pareja Leonardo Kunis y su papá Salvador se contagiaron de coronavirus. Sin embargo, ella fue a la que más le afectó la enfermedad. “El 8 de junio nos llamó la médica para decirnos que la iban a intubar. Está tratando de sobrevivir, porque tiene una neumonía bilateral importante. Cuando entré a Terapia, me arrodillé porque me quebré al verla. Pregunté por ella y me dijeron que estaba frente a mí: no la reconocí por todo el equipo médico al que está conectada. Traté de que me escuche, le hablé... le pedí que tenga fuerzas para salir adelante por ella y por su hijo”, había contado su padre a este medio hace cinco días.
Desde su cuenta de Facebook, el marido de Paola le dedicó unas sentidas palabras, luego de que se conociera la noticia de su fallecimiento. “Qué decirte mi ángel, mi corazón, mi vida. Hoy es el peor día de toda mi vida. Sé que estás en paz, con tu mamá y nuestro hijo. Solo te pido que me guíes y me des fuerza como siempre lo hiciste. Te fuiste junto con mi corazón así que siempre vas a estar en mi alma. Nunca me voy a olvidar de nada, nunca. Siempre vas a estar en mi ser”, escribió Leonardo Kunis junto a una imagen de ellos dos en la playa.
Mientras Paola estuvo internada, su padre recibía los partes médicos de manera telefónica. “Es muy difícil”, explicaba. “Todos los días veo cómo en el Hospital le ponen todo para que mi hija pueda salir adelante. Rezo y muchísima gente nos ayuda haciendo cadenas de oración. Eso hace que me ponga en positivo y creo que va a salir bien. Es muy duro, porque es un cuadro muy complicado. El médico terapista me dice que, cada día que pasa, es un día ganado. Buscan salvar a las dos vidas, la de mi hija y la de mi nieto. Confío en los médicos, porque en el país tenemos excelentes profesionales y, sin nada, hacen un montón de cosas”, destacaba.
Durante las últimas horas, Salvador Nucci -que trabaja en el polo petroquímico de Bahía Blanca- cambió su foto de perfil de Facebook por un corazón roto y un lazo negro de luto. Rápidamente la imagen se llenó de comentarios.
Cuando conversó con Infobae, el 15 de junio pasado, Salvador contó que nunca alcanzó a recuperarse de la muerte de su esposa en 2019. “Se fue mi señora, de 56 años, y al mes murió mi mamá. Lo de mi mamá era lógico, porque tenía 98 años, y ella vivió... Y mi suegro también vivió, pero mi suegra Élida, de 92 años, está todo el tiempo pensando por qué le pasó a su única hija y no a ella. Y ahora su nieta está internada...”, agregó.
“Todos creemos que no nos va a pasar nada: hasta que te toca y empezás a ver las cosas de otra manera. Mi cabeza está a mil, porque corro el riesgo de perder a mi hija. Trato de ser positivo y la fuerza de la gente que reza por mi hija me ayuda mucho. Pero esto no es un chiste, es muy serio. Hay que cuidarse muchísimo. Cuando te toca de cerca, lo entendés. Siempre nos cuidamos y, sin embargo, nos contagiamos. Toda la familia es parte de esta historia que hoy nos toca vivir, pero juntos vamos a salir adelante”, soñaba el hombre.
El verano pasado, su hija menor, Joana, su marido y su nieta se contagiaron de COVID-19, pero solo tuvieron síntomas leves. Por eso, nunca imaginó que el estado de Paola se podía agravar de tal manera.
“Cuando salga del hospital, la voy a abrazar con todas mis fuerzas y le voy a decir que la voy a amar toda la vida. Trabajo doce horas por día y ahora llego a mi casa, abro la puerta y mi hija no está. Quiero que disfrute más de todo, y que se preocupe solo por ella y su familia. Es un sol, es emprendedora y una luchadora. Siempre está estudiando y buscando alternativas, pero todo el tiempo está preocupada por los demás. Por sus hermanos, por su abuela, por su marido, por su bebé, por sus amigos, por mí... La pérdida de su madre fue terrible para ella y ahora tenía mucho miedo de que la abuela o yo nos contagiásemos, porque somos de riesgo, pero... ¡mirá lo que pasó!”, se lamentó.
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