Fuertes cuestionamientos a la propuesta del Gobierno de permitir otra vez que todos los alumnos pasen de año por la pandemia

El ex ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, y el ex rector del Nacional Buenos Aires, Gustavo Zorzoli, criticaron la propuesta nacional de establecer una unidad pedagógica entre los años 2020 al 2022. Cuál es el impacto económico de tener las escuelas cerradas

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El ex ministro de Educación,
El ex ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, cuestionó la propuesta del Gobierno de unificar el ciclo lectivo del 2020, 2021 y 2022. (Foto Guille Llamos)

El ex ministro de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro, y el ex rector del Colegio Nacional de Buenos Aires, Gustavo Zorzoli, cuestionaron la propuesta del gobierno nacional de reunir como unidad pedagógica los años escolares 2020, 2021 y 2022, de modo que los alumnos sean promovidos al nivel siguiente sin “repitencia” y alertaron sobre la falta de programas educativos que estén aplicándose en todo el país para recuperar los contenidos que no se pudieron ver el año pasado por el impacto de la pandemia de coronavirus, que obligó al cierre durante gran parte del año de los establecimientos escolares.

“La idea de unificar los períodos 2020, 2021 y 2022 está correlacionada con la de suspender hasta el año próximo el operativo APRENDER. Ambas van en la misma línea de acción y son sumamente negativas. La medida dinamitaría el trabajo docente y dejaría sin estímulos a los estudiantes que deben afrontar el desafío de un aprendizaje mucho menos acompañado, tanto de sus maestros y profesores como de los propios compañeros”, advirtió Zorzoli, en declaraciones a Infobae.

El profesor y ex titular del Nacional consideró que “esta iniciativa surge de las entrañas de la burocracia estatal y nada tiene que ver con los problemas reales que enfrentan las escuelas de todo el territorio argentino, muchas de las cuales no pueden abrir en pandemia porque quienes gobiernan el sistema educativo no contemplaron que en Argentina en invierno hace mucho frío, desaprovechando un año completo de cierre para acondicionarlas”.

Parece que no nos cansamos de desprestigiar a la educación y seguimos cometiendo errores groseros nivelando hacia abajo al no evaluar. Tengo la esperanza de que las autoridades educativas jurisdiccionales rechacen en el Consejo Federal de Educación la propuesta del ministerio nacional”, consignó.

Fuerte cuestionamiento a la propuesta
Fuerte cuestionamiento a la propuesta del gobierno de Gustavo Zorzoli. (gustavozorzoli.com.ar)

El problema no es la unificación de los ciclos lectivos, sino que no hay un plan pedagógico para hacerlo. Acá se necesitaba ver caso por caso y analizar los contenidos curriculares de ambos años y tener un plan pedagógico que definiera cuáles de los contenidos eran los más importantes y debían ser dados sí o sí, cuáles podían darse de manera más ligera y cuáles no se iba a dar”, explicó Finocchiaro, en diálogo con Infobae.

De acuerdo con la mirada del ex ministro, “el plan pedagógico se debió construir hace un año, sobre todo porque la Argentina es uno de los pocos países en el mundo que ha cerrado el sistema educativo de manera prolongada y este año va camino a eso. Lo que hay que recuperar aquí no es lo mismo que otros países que han tenido que cerrar por momentos y que se aplicó luego una presencialidad cuidada: en otros lugares se suspendieron las clases, pensando en volver a abrirla”.

“Argentina tiene la deuda de haber cerrado el sistema educativo durante un año. En este año vamos camino a esto en muchas jurisdicciones. No en todas. Pero insisto que el problema no es la unificación, sino que no hay un plan pedagógico para eso. Si tenés un chico que estaba en 2020 en cuarto grado y en 2021 en quinto ¿cuál es el plan pedagógico que se está aplicando para que se atiendan los contenidos de esos dos años y qué análisis se ha hecho de lo que no se ha podido dar en los días de clases que no se dieron”, continuó.

Según el ex ministro de Educación del gobierno de Macri, “si sigue acumulando unificación de ciclos lectivos es inevitable que los chicos sigan perdiendo años de escolarización. Es lógico que la ministra Acuña se oponga a esto porque la ciudad de Buenos Aires está haciendo un esfuerzo enorme por mantener la presencialidad”.

Concluyó que, “como ocurre en todas las dimensiones, el mundo va a salir con heridas de esta pandemia tan terrible y el sistema educativo no va a ser ajeno. En cada ámbito se busca minimizar las pérdidas y en la educación el objetivo es ver cómo se pueden recuperar los conocimientos que no fueron dados, pero el problema es que Argentina no tiene Ministerio de Educación abocado a esa tarea, sino que cada vez que se presenta actúa y habla más de conceptos epidemiológicos que de su área específica”.

La demanda de clases presenciales
La demanda de clases presenciales se acrecentó el año pasado y aumentó en este ciclo 2021.

El impacto económico de las escuelas cerradas

Un informe del Centro de Estudios para la Recuperación Argentina, dependiente de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, señaló cuál es el impacto potencial, tanto general como individual, de mantener las escuelas cerradas.

“Para Argentina, la brecha de ingresos de una persona egresada de la universidad es en promedio 70% mayor respecto a una con sólo título secundario”, advierte el estudio y resalta que, al observar las pérdidas asociadas con el cierre de instituciones durante un tercio de año, las estimaciones indican que los estudiantes actuales sufrirán una pérdida de ingresos del 2,6% a lo largo de toda su carrera.

Y alertan que, para el caso de que se confirme un año entero de cierre, la pérdida se situaría en el orden del 7,7% de sus ingresos posibles. Asimismo, se estima que una pérdida de aprendizaje equivalente a un año de escolaridad para el universo actual de estudiantes significa un PBI 4,3% más bajo en promedio durante el resto del siglo.

Finalmente, y en base a estas proyecciones, según el trabajo de los investigadores, “para Argentina, el costo asociado de mantener las escuelas cerradas durante un tercio de año significaría una pérdida en valor presente, para el resto del siglo, equivalente al 69% del PBI actual mientras que de prolongarse a dos tercios de año, la pérdida sería del 136% del PBI actual”.

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