El ser humano no es el único que en su cerebro tiene receptores específicos para las moléculas del cannabis. El sistema se llama “endocannabinoide” y también existe en el resto de los mamíferos que habitan este planeta. Por lo tanto, los efectos que producen los componentes químicos del cannabis en el homo sapiens son los mismos que se dan en otros vertebrados como perros, gatos, monos, caballos e incluso aves.
Es por eso que muchos veterinarios aplican tratamientos con CBD e incluso THC -las dos moléculas más usadas por sus propiedades beneficiosas para la calidad de vida- en mascotas. Y muchos dueños (tutores) de estos animalitos caseros cultivan marihuana en sus casas para fabricar aceite que los ayuda en sus dolencias, a riesgo, claro de ir presos.
Si bien Argentina legalizó el uso medicinal, el autocultivo con fines terapéuticos y el Congreso empezará a debatir en las próximas semanas un proyecto de ley para regular la industria del cannabis, el uso no humano quedó afuera de toda legislación. Por eso, más de 300 veterinarios y 70 organizaciones cannábicas presentaron esta semana una carta en Casa Rosada destinada a que la lea el Presidente Alberto Fernández y que tiene como objetivo que el uso veterinario se incluya en el Reprocann, el registro de usuarios bajo la órbita del Ministerio de Salud nacional.
“El derecho al acceso a la salud es un derecho básico y fundamental tanto para los animales humanos como no humanos. Entendemos que nos encontramos ante una oportunidad histórica de avanzar y conquistar derechos para los animales no humanos. Al igual que nosotros, los demás animales también utilizan tratamientos médicos con cannabis para su salud y bienestar, somos muchos/as profesionales veterinarios/as que utilizamos estos tratamientos por sus beneficios sobre distintas patologías, por la eficacia que tiene en aliviar el dolor y demás padecimientos, mejorando la calidad de vida de los pacientes”, dice la carta, firmada por 350 médicos veterinarios argentinos y 24 extranjeros.
Los profesionales de la salud animal remarcan en la misiva que necesitan que “el marco normativo de la ley incluya a las personas no humanas como usuarios terapéuticos del cannabis”. Para eso, consideran que “resulta fundamental que la prescripción médica de cannabis realizada por profesionales veterinarios/as tenga valor en las entidades que expendan dichos productos magistrales”. El reclamo apunta a que los dueños de las mascotas puedan adquirir productos medicinales hechos con cannabis en las farmacias y dispensarios que se establezcan una vez activada la nueva reglamentación de la ley 27.350.
Actualmente la única vía para obtener estos productos es el autocultivo. “Es necesario que los/as tutores/as puedan registrarse con el respaldo de la ley para no ser criminalizados/as”, remarca la carta.
“Es igual a lo que pasa con los humanos. Muchos tutores de animales realizan consultas veterinarias para incorporar cannabis a diferentes tratamientos. Y cultivan para obtener material vegetal y hacer aceites para sus animales. Estamos buscando que se controle y que exista una regulación para el uso terapéutico para animales”, consideró a Infobae Paula Lezcano, veterinaria especializada en fisioterapia y rehabilitación animal, diplomada en cannabis medicinal, y una de las firmantes del texto enviado a Fernández.
Los veterinarios explican en la carta que una alternativa de implementación “práctica y efectiva” sería el registro de los profesionales veterinarios en el Reprocann (Registro del Programa de Cannabis) para que el Estado los habilite a indicar el uso terapéutico de cannabis a sus pacientes no humanos.
“Con sólo modificar administrativamente el formulario de inscripción al Reprocann, permitiendo la inclusión de nuestras matrículas como profesionales veterinarios/as, se podría acompañar a estas prácticas y disminuir el padecimiento de tantos animales”, firman los veterinarios.
El uso y la prescripción veterinaria es legal en Uruguay y Colombia. Días atrás el estado de Nevada se convirtió en el primer distrito de Estados Unidos en legalizar el uso veterinario con CBD. Allí también están permitidos los usos medicinal y adulto para humanos. El país del norte tiene 40 estados donde el cannabis medicinal es legal y 20 donde está regulado el -mal llamado- uso “recreativo”. Sin embargo, los permisos para prescripción y consumo para animales están en una nebulosa, a pesar de que es una práctica extendida tanto allí como en su país vecino, Canadá, donde tampoco es legal.
En Argentina existen diversas agrupaciones de cannabis “veterinario”: Cannvet, Veterinarios Cannábicos Argentinos y muchas organizaciones activistas cannábicas que incluyen su comisión de uso animal. Las aplicaciones para animales se usan para dolencias como epilepsia refractaria, dolores crónicos de artrosis, pico de loro, hernia de disco, para aliviar los síntomas del cáncer y para estimular el apetito.
Desde Cannvet se explica que funciona muy bien el cannabis para paliar el dolor y que hay que estar atento a las dosis y si los animales tienen problemas de riñones, hígado o cardíacos. “El sistema endocannabinoide está en todos los organismos vertebrados. Hay algunas diferencias en densidad de receptores a nivel cerebral. Los perros y gatos tiene más receptores, son más sensibles”, explica Lezcano, ex integrante de esa agrupación.
El THC, que en los humanos genera psicoactividad y efecto de leve ebriedad o placer, se usa en bajas concentraciones en animales porque el efecto que se busca es antioxidante, para dolores y tumores, y que está comprobado que desinflama. Como en el caso de humanos, muchas veces se lo combina con CBD, que no tiene efecto psicoactivo pero su efecto principal es calmar el dolor y hacer sentir bienestar.
Los veterinarios explican que hay dos ventajas importantes en el uso de cannabis en animales: una, que los animales no saben cuando reciben una medicación nueva, por lo que no existe el efecto placeto. La otra es la razón: no hay prejuicios en los animales y el uso de la planta.
Una fuente del Ministerio de Salud nacional consultada por este medio reconoció que la inclusión del uso para no humanos estuvo contemplada desde el inicio de la nueva gestión por las máximas autoridades. “Pero ya existía la ley y no podíamos incluir en la nueva reglamentación algo que no está en el espíritu de la ley sancionada en 2017. De alguna manera lo vamos a resolver”, comentó.
“Más allá de que la normativa relacionada al uso terapéutico del cannabis haya sido concebida pensando en uso humano, no existe impedimento legal alguno para incluir el uso animal del cannabis en las resoluciones administrativas del Ministerio de Salud que regulan el Reprocann”, refutó Mariano Fusero, de la organización Reset, una de las 71 agrupaciones que acompañó la carta. “En derecho hay una máxima constitucional que establece que lo que no está prohibido, está permitido. Por lo cual, tan sólo una mera decisión administrativa de la cartera de Salud a nivel Nacional, y/o de las provincias, podrían reconocer el derecho de los animales al bienestar, salud y una vida sin dolor, que en definitiva repercute en la calidad de vida de sus familias. Incluir a los animales es una decisión humanitaria”, agregó.
“La idea es que los programas nacionales habiliten la inscripción de tutores y veterinarios. Las leyes de cannabis medicinal tienen espíritu humano, mencionan a personas, profesionales de la salud, entonces los veterinarios no podemos atender pacientes animales, pero son sujetos de derechos y están clasificados como personas no humanas por la legislación mundial”, agregó Lezcano.
El proyecto de ley que regula la industria ingresó al Senado
El anteproyecto de ley diseñado por el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, que establece un marco regulatorio de la cadena de producción, industrialización y comercialización de la planta de cannabis, sus semillas y sus productos derivados para uso industrial y medicinal ingresó el miércoles por la mañana a la Cámara de Senadores de la Nación.
La iniciativa ya fue girada a las comisiones de Presupuesto y Hacienda; Agricultura, Ganadería y Pesca y Seguridad Interior y Narcotráfico. Según comentaron fuentes del Senado a Infobae, hubo resistencia de algunos legisladores del oficialismo su incorporación a la comisión de Seguridad, pero así todo se estima que comenzará a tratarse el tema la semana próxima.
La intención del Poder Ejecutivo es que esta legislación se debata y se apruebe este año y que la rueda productiva comience a girar. La fila de inversores privados, emprendedores, organizaciones civiles, comerciantes, investigadores, intermediarios y consumidores es larga. En Casa Rosada miran lo que pasó en otros países y proyectan un futuro venturoso para el país.
Según cálculos “conservadores” del equipo de trabajo del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, estiman que para 2025 se podrían haber generado en Argentina 10.000 nuevos empleos (con un 20% estimado de trabajadores calificados en investigación, desarrollo e innovación), US$ 500 millones en ventas al mercado interno anuales y US$ 50 millones de exportación por año.
La iniciativa promete convertir al cannabis en otro commodity de exportación, tal como ocurre con los granos o la carne. De acuerdo con los fundamentos del proyecto, “durante los últimos años, la industria del cannabis legal ha generado gran interés a nivel mundial” por lo que “el avance gradual hacia la legalización del uso medicinal, terapéutico y paliativo del cannabis, como así también la reconsideración del potencial del cáñamo industrial ha dado lugar al surgimiento de una industria naciente y muy dinámica que involucra iniciativas del sector público, privado y de organizaciones de la sociedad civil”.
El proyecto contempla la creación de una agencia reguladora que oficiará como órgano rector y articulador de la cadena productiva del cannabis y tendrá a su cargo las múltiples instancias de regulación involucradas. La Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICCAME) tendrá autarquía técnica, funcional y financiera y quedará bajo la órbita del Ministerio de Desarrollo Productivo.
Al momento de analizar las solicitudes de licencias para producir cannabis medicinal o industrial, la nueva agencia establecerá los requisitos y antecedentes que se solicitarán al peticionante, con el fin de “maximizar los controles destinados a prevenir actividades ilegales, incluyendo el lavado de activos”.
“El objetivo es justamente lograr actividad económica, empleos de calidad, desarrollos regionales. Sobre esta base empezamos a trabajar, viendo las experiencias, también conociendo que, dado que ya había otros desarrollos en otros países, a ver qué cosas buenas habían tenido, qué cosas eran mejorables”, comentó a Infobae el ministro Kulfas en una entrevista publicada el último sábado.
El gobierno de Alberto Fernández aspira a que Argentina se convierta en un líder regional en el negocio del cannabis industrial, confiado en las capacidades agropecuarias y científico-tecnológicas del país. Con el cannabis y sus semillas se elaboran infinidad de productos desde hace cientos de años. Se espera que con esta regulación el mercado local reciba la llegada de ropas, calzados, cosméticos, materiales de construcción, alimentos fabricados a base de esta planta. Pero también que se desarrolle la exportación de estos mismos elementos y tecnología aplicada a esta nueva matriz productiva. Según detalla el anteproyecto de ley, la Agencia reglamentará y controlará el almacenamiento, fraccionamiento, transporte, distribución y trazabilidad.
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