Mark Kent (55) llegó a la Argentina en junio de 2016 y a fin de este mes, cuando se cumplan sus cinco años en el país, volverá a Londres. Se convirtió en el embajador británico con el tercer mandato más largo en la Argentina, pero además, se ganó el corazón de todos aquellos que lo conocieron.
“Tengo 30 mates para llevarme. El 30 de junio vuelvo a Londres -donde junto a su mujer Martine, se reunirá con sus hijos Alec (28) y Aurelie (25)- pero antes voy a descansar una semana en Ayamonte, en la playa de Isla Canela, al sur España. Hace varios años que vivo en países fantásticos, pero muy lejos de casa y, con la pandemia, se hace más difícil regresar si estás distante”, le dijo Mark Kent a Infobae.
Antes de su llegada a la Argentina, su primer destino como embajador fue a los 41 años en Hanoi, en Vietnam y el segundo en Bangkok, Tailandia. Sin embargo, América Latina no le era ajena, ya que también trabajó en Brasil y México, al margen de haber ocupado importantes cargos en distintos países de Europa como Bruselas, Bélgica y, por supuesto, en el Reino Unido.
En esas tres oportunidades en las que fue designado embajador, Kent tuvo la misma cantidad de audiencias con la reina Isabel II. “La tradición es que los embajadores nos reunamos con ella cada vez que asumimos funciones. Tiene un sentido del deber muy importante. Con 95 años sigue trabajando y, cuando estás con ella, te das cuenta que estás hablando con una de las grandes figuras de los últimos tiempos”, enfatizó.
Para Mark Kent la educación es fundamental y fue una herramienta clave en su vida, con la que siente que pudo forjarse un futuro a base de mucho esfuerzo y una gran voluntad.
”Mi padre era granjero y camionero, al igual que mi abuelo. Sin educación, mi vida hubiera sido completamente diferente y pude estudiar en la Universidad de Oxford. La educación te da una visión más amplia del mundo. Eso es muy importante en este momento por la globalización, con las redes y la posibilidad de aprender otro idioma, que te abre más oportunidades. Cuando uno ve las nuevas tecnologías, las nuevas economías, los distintos modos de servicios, las startups, la creatividad... Uno tiene que aprender. Por eso, es importante que las instituciones educativas colaboren con el Gobierno y con el sector privado, para ver cuáles son los desafíos en el futuro para las sociedades y cómo podemos colaborar para buscar soluciones”
Kent dice que pasó cinco años fantásticos en la Argentina, y que hasta pidió una prórroga para poder quedarse más tiempo, pero este mes su período alcanzó el plazo máximo permitido.
“Antes de la pandemia, pude viajar mucho por el país, donde conocí a los gobernadores de las provincias y a muchos empresarios. Fue una experiencia muy rica. Me gustan las relaciones internacionales, como asimismo, tener contacto con países y culturas diferentes. Me encanta la negociación y la comunicación”, expresó.
Entre los recuerdos que se lleva de nuestro país, que son muchos, rememora con especial emoción los viajes humanitarios de los familiares de los soldados de Malvinas al cementerio de Darwin, realizados en 2018 y 2019. También, la llegada de la ex Primera Ministra británica, Theresa May, quien vino especialmente a nuestro país para el G20. Se trató de una operación logística muy importante, fue la primera vez que un Primer Ministro británico vino a Buenos Aires y Mark Kent se reunió con ella al pie del avión.
El embajador cuenta que en su trabajo le gusta poder divertirse con la gente y que siempre busca el contacto humano. Asegura que, en estos años, descubrió que el sentido del humor de los argentinos es similar al de los británicos.
Sobre Malvinas dijo que las posiciones de base política no cambiaron, “pero que en muchos casos -acá, en las Islas y en el Reino Unido- se ha quitado la conflictividad. Reconocemos que tenemos posiciones diferentes y que no estamos de acuerdo en ciertas cosas, pero no somos enemigos y no estamos en un conflicto. Es muy importante para la relación, porque los países siempre van a tener diferencias y nunca van a estar todos de acuerdo. No obstante, podemos reconocer la buena voluntad de todos lados y el proyecto humanitario ayudó mucho en eso”, reflexionó.
En cuanto a sus logros durante su gestión, que fueron muchos, el embajador británico elige tres: “Primero, el proyecto humanitario en Malvinas, que fue un logro en conjunto con el Gobierno de la Argentina, con la Comisión de Familiares, con los isleños, con la Cruz Roja... Todos trabajando juntos para lograr este hecho humanitario que, al inicio, mucha gente pensaba que no iba a ser posible. Otro punto fue la colaboración en la pandemia. Hemos trabajado con el Ministerio de Salud, porque entendemos que esto se trata de un desafío global y ningún país puede salir solo. Por eso, es importante intercambiar experiencias y colaborar de una manera multilateral e internacional con la Organización Mundial de la Salud, y con los demás países, como a través del mecanismo de distribución de las vacunas por medio del COVAX”, dijo.
Kent destaca la aproximación con los argentinos, que en parte fue posible gracias a las redes sociales “ya que te permiten contar tu historia, pero también, gracias a los medios de comunicación”.
“Me gusta mucho hablar con gente diferente, algo que antes los embajadores antes no podíamos hacer porque no estaban los recursos tecnológicos. Para nosotros, el uso de las redes sociales cambió la relación con los ciudadanos del país. Los fines de semana salgo a correr por los Bosques de Palermo y muchas personas me paran para preguntarme cómo estoy. Son muy simpáticos conmigo y ese contacto me encanta”, aseguró.
”Voy extrañar el sentido del humor de los argentinos, que es muy parecido al de los británicos. Son ácidos, sarcásticos, irónicos y me encanta el intercambio que tenemos. Incluso, cuando hay problemas un poco de humor ayuda hasta en cuestiones profesionales, para que la gente pueda aproximarse y estrechar los vínculos. También, voy a extrañar su calidez, las invitaciones a sus casas y a comer asado. Yo era un desconocido y me abrieron las puertas de sus hogares con mucho cariño”, afirmó.
En términos gastronómicos, confiesa que también va a extrañar el asado y el vino argentino. Asegura que descubrió que, una invitación a un asado no es solo una simple invitación a comer, sino que es un momento extenso para compartir, relajarse y estrechar amistades.
”Es mucho más que sentarse a comer: es sentarse con otras personas para tener una experiencia de amistad y ese intercambio es muy importante. La primera vez que fui a un asado pensé que era un almuerzo, pero mis colegas me explicaron que por lo menos se necesitaban tres horas, porque se generan charlas muy interesantes. Y es así, es una experiencia hermosa”, destacó.
Ahora toma mate, pero también té verde, que es una costumbre que adoptó tras vivir 10 años en Asia. Otro hábito que incorporó, en su paso por Buenos Aires, es practicar deporte al aire libre.
“La comida argentina me gusta mucho y la voy a extrañar. Por suerte, en el Reino Unido se consiguen vinos argentinos. Me gustaba hacer actividades deportivas al aire libre, algo que hacen mucho los argentinos, sobre todo ahora en pandemia. Voy a intentar seguir su ejemplo en mi regreso al Reino Unido”, prometió.
Su estilo descontracturado y sencillo, conjugado a la perfección con la formalidad habitual de un diplomático, hizo que los argentinos mantuvieran una estrecha amistad con él y que se ganara miles de seguidores en las redes sociales.
”Es una tendencia mundial: los gobiernos y sus representantes tienen que tener una cercanía con los ciudadanos. Empecé mi carrera hace 34 años, pero comencé muy mal porque era muy ingenuo, pero luego me di cuenta que estaba intentando ser una persona que no era. Quería ser muy formal y serio, pero no me sentía bien. Por eso, decidí ser de una manera con la que me sienta a gusto. Esa es la razón por la que siempre estoy contando chistes, aunque por supuesto, hay momentos en los que hay que mostrar seriedad, pero es importante que todo el mundo pueda trabajar a gusto. Es mi actitud frente al trabajo, para que sea interesante y diferente. Con ese modo de ser, en la Argentina me fue excelente”, dijo.
Fanático del fútbol, disfrutó de muchos partidos en nuestro país y pudo conocer a muchas figuras locales, aunque aclara que su club siempre será el Arsenal Football Club, de Londres.
”Me llevo muchas memorias relacionadas con el fútbol, en La Bombonera, en el Monumental... Pude hablar con genios como Jorge Burruchaga, Sergio Goycoechea, Antonio Rattín, Osvaldo Ardiles… Fue fenomenal hablar con estas leyendas, me encantan las historias del fútbol porque son muy interesantes y, además, aproximan a la gente”, indicó. “Mi equipo es el Arsenal, pero acá soy neutral. Me encanta ir a la cancha y, para ser diplomático, siempre hincho por el equipo local (risas)”
Kent no descarta volver al país más adelante, sobre todo, para visitar a la gran cantidad de amigos que cosechó en la Argentina y tampoco deja de lado la posibilidad de volver a vivir en Buenos Aires. Lamenta que la pandemia le impida despedirse personalmente de cada uno de sus amigos, ni poder hacer un gran recepción en la embajada, para poder agasajarlos antes de su partida.
”Hasta ahora, nunca regresé a los países en los que estuve como embajador, porque hay que mostrar respeto a tu sucesor. Esperaría un tiempo antes de volver. Los asiáticos tienen un dicho “Uno nunca pone el pie en el mismo río”. Es decir, que el agua siempre cambia, así que nunca voy a tener la misma experiencia que tuve como embajador. Pero en el futuro, es factible que venga a visitar a mis amigos argentinos y… quién sabe si surge una oportunidad para vivir aquí. Nunca se sabe, pero me encantaría volver a vivir en Buenos Aires, es la ciudad más hermosa en la que he vivido en toda mi vida”, reveló.
El embajador ya sabe quién será su sucesora. Se llama Kirsty Hayes, quien se desempeñó como embajadora de Portugal entre 2014 y 2018 y como directora de Asuntos Internacionales en el Ministerio del Interior de su país.
“Siempre hay que tener cuidado cuando uno da consejos o recomendaciones a su sucesor. Pero, una de las cosas que le dije y que es primordial, es hablar español. Es muy importante tener ese contacto con la gente. Lo digo en base a mi propia experiencia, ya que empecé mi carrera en Brasilia a los 23 años y aprendí a hablar portugués en un nivel muy alto. Pero después, me mandaron a México y tuve una gran confusión entre el español y el portugués. Muchas veces, hablaba en “portuñol” (risas) porque me costaba distinguir entre ambos idiomas. Como ella viene de Portugal, le puede pasar lo mismo, aunque sé que habla bien, pero creo que es un punto importante”, aseguró.
Finalmente y para despedirse, el embajador británico Mark Kent expresó: “Después de cinco años, les agradezco a los argentinos por la calidez con la que siempre me trataron: por su amistad, por su sentido del humor y por la capacidad de resiliencia que siempre mostraron en situaciones difíciles. Por la pandemia, es raro irse de un país sin tener la posibilidad de despedirse de mucha gente, pero es la “nueva normalidad” y ojalá que el año que viene esto cambie. Espero volver para ponerme al día con mis amigos y colegas. Hasta pronto y nos vemos... allá o acá”.
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