El drama de un padre: su hija de 34 años está embarazada, se contagió de COVID-19 y está intubada en estado crítico: “Está tratando de sobrevivir”

Paola Nucci transita el quinto mes de gestación, espera a su primer hijo y no posee comorbilidades. “A la noche, no puedo dormir y me quedo temblando: tengo miedo de que suene el teléfono y me den una mala noticia”, le dijo a Infobae su padre, Salvador

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El drama de un padre: su hija de 34 años está embarazada, se contagió de COVID y está intubada hace una semana: “Está tratando de sobrevivir”
El drama de un padre: su hija de 34 años está embarazada, se contagió de COVID y está intubada hace una semana: “Está tratando de sobrevivir”

Paola Nucci (34) trabaja en el área de recursos humanos de una empresa, vive en Bahía Blanca y está embarazada de cinco meses, ya que espera a su primer hijo con su marido, Leonardo Kunis. Sin embargo, toda la felicidad de la pareja se evaporó cuando el hisopado de él dio positivo y, a los pocos días, ella empezó a ahogarse.

Ambos conviven en la misma casa con el padre de Paola, Salvador Nucci (61), y con la abuela materna de la futura mamá, Élida, de 92 años. De los cuatro, Élida fue la única que no se contagió de COVID-19. Un fuerte dolor de cabeza hizo que Leonardo se fuera a hisopar. Unos días después, Salvador y Paola también comenzaron con síntomas.

Paola y Leonardo están a cuatro meses de convertirse en padres por primera vez
Paola y Leonardo están a cuatro meses de convertirse en padres por primera vez

Salvador padece de diabetes tipo 2. Sin embargo, solo tuvo síntomas leves, mientras que Paola, quien no posee enfermedades de base, está intubada hace una semana.

En una nota con Infobae, Salvador Nucci -quien también es padre de Joana (29) y de Diego (37)- contó la angustia con la que transita estos días, mientras su hija se encuentra internada en estado crítico. La familia aún no logra recuperarse de un 2019 lleno de dramáticas pérdidas: su mujer Adriana -la madre de Paola- falleció a los 56 años por un sarcoma que se la llevó en pocos días. Un mes antes, Salvador había perdido a su suegro y, al poco tiempo, perdió a su madre.

Cuando parecía que la familia estaba recuperándose, en la última semana de mayo el COVID-19 llegó a su casa. Hoy, Salvador se apoya en su fe y participa de las cadenas de la oración, esperanzado en que pronto volverá a abrazar a su hija.

Paola y Salvador Nucci en unas vacaciones en familia
Paola y Salvador Nucci en unas vacaciones en familia

“Mi hija, su marido y yo nos contagiamos de COVID. Tengo una dosis de Sputnik V, así que supongo que por eso tuve síntomas leves, porque pertenezco al grupo de riesgo. Mi yerno también tuvo pocos síntomas, pero Paola estuvo una semana con fiebre y, como se ahogaba de noche, tuvimos que llamar varias veces a emergencias. La auscultaban, nos decían que estaba todo bien y que solo tomara paracetamol por el embarazo”, le contó Salvador a Infobae.

“Nos aislamos, sobre todo para preservar a mi suegra, que tiene 92 años, pero por suerte ella fue la única que no se contagió. A los tres días del hisopado positivo de mi yerno, llegó el mío y con el mismo resultado. Los tres la íbamos llevando bien, hasta que mi hija empezó con el calvario de que se ahogaba. Yo solo tuve dolor de cuerpo y cabeza. Todos perdimos el gusto y el olfato. Creo que en mi caso, la vacuna atenuó el impacto, pero el médico me dijo que las cepas nuevas les pegan muy fuerte a los jóvenes y, en especial, a las mujeres embarazadas”, afirmó.

Paola Nucci, en la plenitud de su embarazo de 5 meses
Paola Nucci, en la plenitud de su embarazo de 5 meses

Los ahogos de Paola cada vez eran más severos, así que su marido la llevó al Hospital Privado del Sur, de Bahía Blanca, donde estuvo internada dos días con oxígeno. Sin embargo, su cuadro se agravaba, y hubo que tomar medidas más drásticas.

“Como saturaba muy bajo, la llevaron a Terapia Intensiva y le colocaron una máscara facial completa para oxigenar. La aguantó hasta que pudo y el 8 de junio nos llamó la médica para decirnos que la iban a intubar. Hace una semana que está intubada. Está tratando de sobrevivir, porque tiene una neumonía bilateral importante. Cuando entré a Terapia, me arrodillé porque me quebré al verla. Pregunté por ella y me dijeron que estaba frente a mí: no la reconocí por todo el equipo médico al que está conectada. Traté de que me escuche, le hablé... le pedí que tenga fuerzas para salir adelante por ella y por su hijo”, afirmó.

Está embarazada de su primer hijo y hace una semana está intubada en Terapia Intensiva
Está embarazada de su primer hijo y hace una semana está intubada en Terapia Intensiva

“El esfuerzo que hace todo el personal de sanidad, para que las personas salgan adelante, es inimaginable. Uno cree que lo puede imaginar por lo que lee, pero no: hay que verlo. Y yo lo vi. Son un ejemplo. Hay que ponerse hoy en los zapatos de un médico... Yo me arrodillo ante ellos y ante los enfermeros, porque lo que hacen es impagable. Mueven a los pacientes todo el tiempo, los bañan, los cambian, les hablan... Lo hacen por vocación, no solo porque es su trabajo. En este país, estamos al revés: la gente que no hace nada gana cinco veces más y, los que realmente ponen el hombro, están pidiendo monedas para tratar de salir adelante. No les alcanza la plata para vivir... no les alcanza con el aplauso”, expresó.

Paola y Joana, su hermana menor
Paola y Joana, su hermana menor

Cada mediodía, Salvador recibe los partes médicos de su hija de manera telefónica y, a pesar de que en su empleo -en el polo petroquímico de Bahía Blanca- le permiten trabajar desde su casa, prefiere ir y cumplir con su jornada laboral de doce horas para tener la cabeza ocupada y no desmoronarse.

“Recibir los partes diarios es muy difícil, pero todo los días veo cómo en el Hospital le ponen todo para que mi hija pueda salir adelante. Rezo y muchísima gente nos ayuda haciendo cadenas de oración. Eso hace que me ponga en positivo y creo que va a salir bien. Es muy duro, porque es un cuadro muy complicado. El médico terapista me dice que, cada día que pasa, es un día ganado. Buscan salvar a las dos vidas, la de mi hija y la de mi nieto. Confío en los médicos, porque en el país tenemos excelentes profesionales y, sin nada, hacen un montón de cosas”, destacó.

Paola espera a su primer hijo con toda la ilusión de convertirse en madre por primera vez
Paola espera a su primer hijo con toda la ilusión de convertirse en madre por primera vez

Salvador dice que cuando Paola entró a Terapia Intensiva estaba muy asustada, porque tenía mucho miedo de perder a su bebé. Ella misma, le mandó un mensaje a su papá para avisarle que la iban a intubar y le dijo que sería solamente por 3 o 4 días.

“Me dijo por WhatsApp que nos quedáramos tranquilos, porque su ginecólogo le había hecho escuchar los latidos del bebé y estaba bien. Por eso, creo que la sedación la tranquilizó, ya que sabía que su hijo estaba bien. Es su primer bebé: lo quería, lo soñaba y siempre se lamentaba de que su mamá no fuera a conocerlo”, indicó.

“Esto me cambió la vida. Venimos de un golpe grande, porque mi señora falleció hace dos años y, con mis tres hijos, nos estábamos tratando de reponer. Ahora, nos golpea lo de Paola, algo inesperado y que me tiene muy mal. A la noche, no duermo y me quedo temblando: tengo miedo de que suene el teléfono y me den una mala noticia. Además, tengo que contener a mis otros hijos y a mis tres nietos... Hay un montón de factores que hacen que uno se desborde”, dijo.

Salvador y su mujer Adriana, junto a sus hijos Joana, Paola y Diego
Salvador y su mujer Adriana, junto a sus hijos Joana, Paola y Diego

“Nunca alcancé a recuperarme de la muerte de mi esposa. Antes de su partida, la traté de contener a ella por la muerte de su padre y enseguida mi mujer se enfermó. Estuve dos meses internado con ella y no pudo salir. Se fue mi señora, de 56 años, y al mes murió mi mamá. Lo de mi mamá era lógico, porque tenía 98 años, y ella vivió... Y mi suegro también vivió, pero mi suegra Élida, de 92 años, está todo el tiempo pensando por qué le pasó a su única hija y no a ella. Y ahora su nieta está internada...”, agregó.

Tiempos felices, Salvador y su hija disfrutando de la playa
Tiempos felices, Salvador y su hija disfrutando de la playa

Salvador dice que con su testimonio solo busca que la gente tome conciencia de la gravedad de la situación actual de la pandemia y que los jóvenes también comprendan que su vida está en riesgo.

“Todos creemos que no nos va a pasar nada: hasta que te toca y empezás a ver las cosas de otra manera. Mi cabeza está a mil, porque corro el riesgo de perder a mi hija. Trato de ser positivo y la fuerza de la gente que reza por mi hija me ayuda mucho. Pero esto no es un chiste, es muy serio. Hay que cuidarse muchísimo. Cuando te toca de cerca, lo entendés. Siempre nos cuidamos y, sin embargo, nos contagiamos. Toda la familia es parte de esta historia que hoy nos toca vivir, pero juntos vamos a salir adelante”, aseguró.

Salvador junto a sus tres hijos
Salvador junto a sus tres hijos

“Estamos atravesando una situación crítica y todavía no empezamos julio. El personal de sanidad está haciendo un esfuerzo terrible para tratar de salvar a la gente y lo vivo con mi hija. Pase lo que pase, les tengo que dar una medalla, porque lo valoro igual. Yo sé que va a salir, pero igual se los digo. Cuando no te toca está todo bien, pero cuando te toca... Uno está preparado para perder a un padre, pero no para perder a la gente joven. La vida me está pegando mal, no sé por qué. Los chicos tienen la vida por delante, son jóvenes y quiero que vivan. Si nos tiene que tocar algo, que me pase a mí. Yo cumplí una etapa... No soy viejo, pero cumplí una etapa. Voy a luchar con fe para que mis hijos estén bien”, sostuvo.

En 2019, pasaron por tres pérdidas dramáticas: la muerte de Adriana -esposa de Salvador y madre de Paola- y los fallecimientos de la abuela paterna de Paola y de su abuelo materno
En 2019, pasaron por tres pérdidas dramáticas: la muerte de Adriana -esposa de Salvador y madre de Paola- y los fallecimientos de la abuela paterna de Paola y de su abuelo materno

El verano pasado, su hija menor, Joana, su marido y su nieta se contagiaron de COVID-19, pero solo tuvieron síntomas leves. Por eso, nunca imaginó que el estado de Paola se podía agravar de tal manera.

Todo el tiempo me dicen que el estado es crítico, que es una bomba de tiempo y que puede pasar cualquier cosa, porque le están inyectando oxígeno a presión y el corazón tiene que aguantar un montón... Hay varios factores que hacen que se pueda complicar. El punto es que le puedan desinflamar los pulmones para que, de a poco, pueda ir progresando. Buscan la alternativa para que mi hija y mi nieto salgan adelante. Y yo les agradezco todos los días.

Los médicos le dijeron que tuvieron casos de pacientes con COVID-19, que estuvieron intubados durante seis meses y se recuperaron. Le aconsejan que viva el día a día, y le aseguran que su hija corre con ventaja porque es joven y sana.

Paola junto a su abuela Élida, de 92 años, su hermana Joana de 29, y su madre Adriana, quien falleció en 2019, a los 56 años
Paola junto a su abuela Élida, de 92 años, su hermana Joana de 29, y su madre Adriana, quien falleció en 2019, a los 56 años

Cuando salga del hospital, la voy a abrazar con todas mis fuerzas y le voy a decir que la voy a amar toda la vida. Trabajo doce horas por día y ahora llego a mi casa, abro la puerta y mi hija no está. Quiero que disfrute más de todo, y que se preocupe solo por ella y su familia. Es un sol, es emprendedora y una luchadora. Siempre está estudiando y buscando alternativas, pero todo el tiempo está preocupada por los demás. Por sus hermanos, por su abuela, por su marido, por su bebé, por sus amigos, por mí... La pérdida de su madre fue terrible para ella y ahora tenía mucho miedo de que la abuela o yo nos contagiásemos, porque somos de riesgo, pero... ¡mirá lo que pasó!”, se lamentó.

La familia de Paola es muy unida, al punto que antes de la pandemia todas las semanas se sentaban a compartir la mesa, pero dejaban los celulares de lado
La familia de Paola es muy unida, al punto que antes de la pandemia todas las semanas se sentaban a compartir la mesa, pero dejaban los celulares de lado

El padre de Paola sueña con el día que pueda volver a abrazar a su hija y dice que, cuando pueda hacerlo, le va a regalar la letra de la canción “Girasoles”, de Luis Fonsi, ya que una parte de su letra lo inspira hoy a seguir de pie. “Como la lluvia y la flor. Una tormenta puede hacerte florecer. Y cuando ya se calma el viento, más linda tú te vas a ver. Aquí estaré, yo sé que tú vas a volver. Te esperaré, te esperaré. Y cuando vuelvas con un beso, aquí estaré. Te esperaré, te esperaré. Con la certeza que respiro, te amaré”.

Paola y Leonardo en sus últimas vacaciones
Paola y Leonardo en sus últimas vacaciones

Salvador trata de ser el sostén emocional de su familia y se ocupa de sus tres hijos, pero también de su suegra. A pesar de que él y su yerno ya están recuperados, prefiere que Élida siga aislada por unos días más para protegerla, y a diario le deja la comida en la puerta. Pero, ¿en qué se apoya este padre de familia cuando se queda sin fuerzas para seguir?

“Me voy a mi cuarto y me pongo a charlar con mi señora. Le pido que nos ayude. Después que falleció, empecé con un grupo de meditación y eso hoy me ayudó mucho. Me di cuenta de que el momento es hoy, que no podés esperar. Hay que vivir el presente, porque no sabés si hoy te acostás y mañana no te levantás. Pero, ¿sabés qué? Lamentablemente, eso nadie lo entiende”, finalizó.

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