La muerte por COVID-19 de una enfermera de 34 años que había recibido las dos dosis de la vacuna contra el coronavirus conmueve a todos los profesionales de la salud del Hospital Santojanni, donde trabajaba la joven.
María Castelló empezó con síntomas el miércoles pasado y se dirigió a la Unidad Febril de Urgencia (UFU) de ese centro de salud público, donde le practicaron un PCR que dio positivo, de acuerdo confirmaron a Infobae desde el Ministerio de Salud porteño. Presentaba unas líneas de fiebre pero saturaba bien. Le indicaron que permaneciera aislada en su casa y le dijeron que iba a ser monitoreada por teléfono para seguir de cerca su evolución.
Pero un día después su cuadro empeoró y tuvo que ser internada de urgencia al sanatorio Méndez, perteneciente a la Obra Social de Buenos Aires (OSBA). Ese mismo jueves por la tarde fue trasladada a terapia intensiva y horas después falleció. Nada hacía prever ese desenlace: el pasado 4 de abril había recibido la segunda dosis para completar la inmunización y, al poco tiempo, sufrió una fractura de codo que la mantuvo de licencia laboral hasta que contrajo coronavirus.
La enfermera se desempeñaba en el sector COVID-19, ubicado en el segundo piso del Santojanni desde hacía un año. Se había graduado en la Escuela Superior de Enfermería Cecilia Grierson, en 2017, y antes de ingresar a ese hospital había trabajado en instituciones privadas.
Era soltera, no tenía hijos y vivía con sus padres. “Su única preocupación eran ellos porque son grandes y tenía miedo que se contagiaran”, contó a Infobae Úrsula, íntima amiga de María, que también trabaja en el Santojanni y cursaron juntas sus estudios.
Úrsula confirmó que María, al igual que la mayoría de las enfermeras, ya había tenido COVID-19 antes de vacunarse. “Fue algo moderado. Tuvo algunas líneas de fiebre y dolores corporales nada más. Se recuperó lo más bien y siguió trabajando hasta finalmente recibió las dos dosis de la vacuna Sputnik”, recordó.
De acuerdo a la reconstrucción de los hechos que hicieron sus familiares y amigos, María empezó a sentirse mal el 1° de junio. “Me mandó un mensaje y le recomendé que fuera a hisoparse a la UFU. Lo curioso es que al otro día cuando le dieron el resultado dio negativo”, admitió su compañera. Esto contrasta con lo informado por el Ministerio de Salud de la ciudad de Buenos Aires.
“Como se seguía sintiendo mal, el 2 de junio se presentó en la guardia del Santojanni y al ver que saturaba bajo la trasladaron al Sanatorio Méndez. No la pudieron volver a hisopar porque le habían dicho que tenía que esperar tres días”, relató.
A pesar de que María “era sana y no tenía ninguna enfermedad preexistente”, el virus causó estragos en su cuerpo. “Se le llenaron de agua los pulmones, la intubaron, permaneció estable un par de horas pero falleció en la madrugada del jueves”, precisó Úrsula.
Infobae se comunicó con la hermana de la víctima pero no quiso hacer declaraciones al respecto. “María falleció como cualquier otra persona que tenía COVID. Le pasó lo mismo que a muchos y recibió el mismo trato que todos. No tengo más nada para agregar”, dijo Lizet Castelló, que fue quien le comunicó a Úrsula la triste noticia.
“Cuando llamé a María a su celular para preguntarle cómo se sentía me atendió la hermana y me contó que había fallecido”, señaló la enfermera. “Era la amiga de mi vida. Nos recibimos juntos, nos veíamos siempre, antes de la pandemia salíamos a bailar, nos juntábamos a comer. Nos contábamos todo y éramos muy confidentes”, aseguró Úrsula, que fue quien la recomendó para empezar a trabajar en el Santojanni.
“María estaba trabajando en una clínica privada antes del inicio de la pandemia y no estaba muy conforme. Se quejaba de que quería buscar otra cosa y yo le conté que acá estaban buscando personal. Así que empezamos a trabajar en el mismo lugar pero sin compartir piso ni horario porque a mí me toca de noche”, contó Úrsula.
María era la más joven del grupo de amigos que comparte con Úrsula. “Todavía no lo podemos creer. Es muy estresante y triste lo que le pasó. Nos da mucho miedo porque aunque estemos vacunados eso no quita que nos pueda pasar a nosotros también”, completó la mujer.
Por otro lado, y según un informe al que accedió Infobae con datos hasta el 8 de mayo, más de 125.000 personas vacunadas en el país contra el COVID-19 se contagiaron y 3.141 murieron.
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