Érase una vez un tren que recorría toda el país. Una locomotora frenaba en cada pueblo con gente, alimentos, productos para vender, cartas. Todo iba en vagones arriba de unas vías alrededor de la Argentina. Pero ese país -este- quedó atrás. El tren quedó atrás, y poco a poco se volvió un evento ver a un tren marchar.
El sueño de volver a tener el país verdaderamente conectado por trenes no murió: cada nuevo gobierno fantasea con hacerlo. Pero mientras tanto, suceden pequeños avances. El nuevo proyecto del Tren Sanitario es uno de esos.
Funciona exclusivamente en la Provincia de Buenos Aires. Se trata de dos vagones especialmente diseñados para atención sanitaria que recorrerán la provincia durante más de un mes, parando en distintas ciudades y pueblos. Comenzó el viernes pasado en Vicente Casares y terminará en Bahía Blanca. Entre medio, parará en 12 municipios más.
Es un proyecto en conjunto entre el Ministerio de Transporte de la Nación (que provee los vagones de tren y la locomotora que los lleva de estación en estación), y el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires (que se encarga de los insumos médicos que se utilizan y de todo el personal sanitario).
“Viene mucha gente. Fuimos súper bien recibidos por los vecinos y las vecinas. El primer día en Cañuelas se acercaron cerca de 200 personas, muchos vienen porque la misma municipalidad estuvo comunicando o por el boca en boca de la población. Viene gente por las consultas médicas pero también otros muy contentos con el tren, a sacarse fotos, a hacer preguntas”, dice Carolina Guerrero, terapista ocupacional y coordinadora del equipo de salud del tren sanitario.
Si bien el tren va a estar recorriendo la provincia durante todo junio, el personal está dividido en dos equipos: el primero irá en la primera etapa, y luego lo reemplazará el segundo. En algunos casos se mueven en el mismo tren, y en ocasiones los traslada una combi. Desde San Miguel del Monte en adelante, duermen en cada localidad que visiten. Las restantes paradas serán: Las Flores (4 y 5 de junio), Cachari (6 y 7), Azul (8 y 9), Hinojo (10 y 11), Olavarría (12 al 15), General Lamadrid (16 y 17), Coronel Suárez (18 y 19), Pigüe (20 y 21), Saavedra (22 y 23), Torquinst (24 y 25), Bahía Blanca (26 al 30).
“Cuando nos avisaron que íbamos a llevar adelante el proyecto fue muy emocionante. Estos trenes vienen ya desde la época de Ramón Carrillo, que fue nuestro primer Ministro de Salud. Formar parte de esto es algo histórico, y es hermoso. Así que cuando nos realizaron la propuesta fue un sí rotundo y un orgullo, obviamente”, cuenta Carolina.
Los servicios que ofrece el Tren Sanitario son hisopados para que los habitantes puedan hacerse tests de COVID con facilidad y sin turnos, atención médica general, y vacunación contra la gripe y la neumonía. Por esto último es que los vagones están ploteados con la imagen de la campaña de vacunación nacional contra el COVID (“Vacunate”), pero en rigor, la imagen es un poco engañosa: en el tren aun no se vacuna contra el coronavirus.
Sin embargo, el gobernador de la provincia ya adelantó que eso es parte del proyecto. Es que cuando inauguró el tren, Axel Kicillof dijo que la intención es poder también inocular contra el COVID en el tren en tanto vayan llegando más vacunas.
¿Cómo es el tren por dentro? El primer vagón contiene cuatro puestos de hisopados y un laboratorio instalado donde se realizan los testeos. El segundo vagón tiene dos consultorios médicos (en uno de ellos se vacuna), un estar para los profesionales, una farmacia donde estarán almacenadas las vacunas, y una pequeña sala de espera. Las unidades cuentan además con un grupo electrógeno para estar cubiertos ante cortes de energía y que no corran riesgo las vacunas.
Por el momento el tren recorrió Vicente Casares, Cañuelas (donde fue realizada esta nota), y actualmente está en San Miguel del Monte. La vacunación contra la gripe y los hisopados son lo más requerido por la población. En Cañuelas se realizaron cerca de 100 test, con una positividad altísima: cerca del 51% de los hisopados arrojó resultado positivo.
“Lo bueno es que estamos realizando testeos rápidos, lo que nos permite tener el resultado y poder hablar con la persona, ver cómo está realizando el aislamiento, cómo se siente, si cuenta con las condiciones adecuadas para llevar el tiempo de mejor manera posible”, explica Carolina.
“Muchos consultan también por la vacunación COVID, que por ahora no la estamos realizando, pero inscribimos a la gente para que puedan recibirla cuando le corresponda”, agrega.
Todo el personal del tren está vacunado contra el COVID (lo cual resulta estrictamente necesario, ya que tratan con casos sospechosos y confirmados todos los días). La manera en que tratan a la gente que se acerca es ejemplar, con una mezcla perfecta de calidez y eficacia. En las horas que compartimos en Cañuelas, el flujo de gente es permanente. Los vagones funcionan entre las 9 y las 16 horas, y cada uno que se va le agredece con emoción al personal del tren. “Lástima que no pude traerte unos bombones”, dice una señora a una de las chicas antes de retirarse.
“Siempre que vienen con dudas tratamos de saldarlas, y hay una muy buena respuesta del otro lado. Nos asombra y alegra ver a niños y niñas que quieran vacunarse por el solo hecho de subir a un tren. Muchas de nosotras venimos trabajando en dispositivos similares en territorio y es algo nuevo ver que quieran vacunarse. La gente mayor también viene muy emocionada por volver a ver los trenes recorriendo los pueblos, como en otra época. Así que realmente es impresionante”, concluye Carolina, que también se confiesa emocionada de ser parte del tren.
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