Según una encuesta del monitor Nacional de Taquion, Horus, Inclusión y Gestión Federal, que contiene indicadores sociales, políticos y económicos, la mayoría de los argentinos se encuentra desesperanzado. Sucede que 7 de cada 10 consideró que está peor que hace un año y, a su vez, ve con poco optimismo el futuro. Es decir que, la mayor parte de la población cree que “estamos peor que ayer pero mejor que mañana”, resume el informe.
La consulta puntual fue “¿qué sentís respecto del futuro de los argentinos?”. Y en esa dirección, el 50,5% optó por “preocupación”; el 11,4% por miedo; el 10,2% desconfianza; el 18,1% esperanza; el 8,8% confianza; y el 1,1% seguridad. O sea que el 72,10% tiene sensaciones negativas con respecto al porvenir.
El coronavirus, el encierro, la crisis social y económica, una agenda política paralela a los problemas de la ciudadanía conforman según los datos un cocktail letal para el optimismo. “La desesperanza está anclada en nuestra visión de futuro, pero también en nuestra evaluación de presente. La falta de relación directa con alguien que nos muestre una luz al final del túnel, nos aleja de todo lo bueno que hay para encontrar. Hoy la realidad golpea a gran parte de la sociedad, que ve pocas esperanzas en soluciones que cambien el contexto y su propia vida”, concluyó el estudio.
Asimismo, el 46,9% de los encuestados sostuvo que “no le creería a nadie si una persona le hablara del futuro”. “La falta de confianza y la falta de futuro muestran su peor cara cuando pensamos en la persona a la que los argentinos le creen cuando le hablan de un posible futuro. Y ni siquiera a los propios argentinos le creemos. Sólo el 18,2% le creería a otro argentino. Políticos, funcionarios, policías y sindicalistas se ubican en el fondo de la tabla, evidenciando desinterés y desconfianza en sus declaraciones y su accionar. No obstante, el sector privado también carece de confianza”, se manifestó en el informe del monitor Nacional de Taquion, Horus, Inclusión y Gestión Federal.
En medio de una crisis de semejante magnitud, 5 de cada 10 argentinos consideran que el Estado debería dar una mayor ayuda económica a personas en situación de vulnerabilidad. La misma cifra considera lo contrario: un síntoma de la grieta. Ciudadanos ideológicamente afines a Juntos Por el Cambio y a sectores libertarios, evidencian su oposición en redes sociales diciendo que “si no trabajas, te va mejor”, señala el documento. Mientras que aquellos afines al oficialismo creen que los principales beneficiados deberían ser personas en situación de vulnerabilidad que no reciben ayuda y comedores comunitarios.
El marco de desesperanza alcanza a los políticos. Seis puntos aumentó el porcentaje de argentinos que sostienen que no hay un líder de la oposición. En paralelo a las últimas restricciones, “el previo esclarecimiento del panorama político para haberse difuminado”, advierte la encuesta que precisa que bajó cuatro puntos el porcentaje de aquellos que perciben a Horacio Rodríguez Larreta como líder de la oposición. Ante la pregunta “¿Confías en que los políticos pueden resolver tus problemas y proporcionarte una mejor calidad de vida?”, el 59,9% respondió “no” y el 13,6% no sabe o no contestó.
Alberto Fernández acumuló una imagen negativa del 59,3 por ciento frente al 31,6% de imagen positiva. Significa un descenso abrupto, considerando que al inicio de la cuarentena -fines de marzo, principios de abril de 2020- el Presidente tenía una imagen positiva del 74,6%. Con menor impacto, Rodríguez Larreta también sufrió una baja en su imagen: en abril del año pasado se encontraba en 52,8 por ciento, decayó con el correr de los meses hasta llegar a 37 puntos en marzo de este año y volvió a tener un leve repunte ubicándose actualmente en el 41,1 por ciento de imagen positiva, frente al 41,8 de negativa. No obstante el jefe de gobierno porteño sigue ubicándose al frente de los dirigentes considerados “líderes” de la oposición: el 21,7% de los consultados lo percibió así. Le siguen Patricia Bullrich (15,4%), Mauricio Macri (12%) y en cuarto lugar se ubica, sorpresivamente por encima de María Eugenia Vidal, Javier Milei (5,2%). Sin embargo, el 21,5% sostiene que “no hay un líder en la oposición” y un 11,6% directamente considera que “no hay oposición” a la gestión de Alberto Fernández.
La vicepresidenta Cristina Kirchner mantiene estable desde hace meses tanto su imagen negativa (65%) como la positiva (29,3%). Su delfín político, Axel Kicillof acumula una imagen negativa similar (61,3%) pero la positiva decayó al 27,8 por ciento.
No sorprende que con estos guarismos la mayoría de los consultados considere que la grieta “está más viva que nunca” (52,2%), y el 28,7% piense que incluso “está creciendo”. Solo el 4,4% supone que “esta desapareciendo”.
Economía y sociedad
A pesar del colosal incremento de casos y de muertes a causa del COVID-19 así como el riesgo al colapso sanitario, la segunda ola de COVID no produjo el mismo miedo en la sociedad que la primera ola. Por tanto tampoco no se recuperaron los valores de aceptación del confinamiento al nivel que tenían al comienzo de la pandemia allá por abril del 2020. Un 61% está en contra de restricciones y un nuevo confinamiento y exigen al gobierno que traiga más vacunas contra el COVID-19. En cambio, un 34% mantiene su aceptación hacia los controles de circulación y expresa una actitud de agradecimiento hacia el Presidente y los gobernadores “por adoptar medidas restrictivas”.
Parte de la sociedad entiende que las actividades regidas por el cierre “deben retomar la normalidad”. “Un poco por su aseguramiento de respeto a los protocolos, otro por la necesidad de reactivación, otro por la necesidad de nuevos espacios. Para la ciudadanía, en algunos sectores, es necesario retomar la actividad a pesar de las dificultades que presenta convivir con el COVID-19″, remarca el informe. El mejor ejemplo es representado por los gimnasio: un 75,6% cree que deberían volver a abrir.
Estas percepciones se trasladan también al home office, donde descendió 12 puntos desde diciembre el uso de apps de videoconferencia.
En este contexto, el 57% de los consultados asume que está pasando un momento “intranquilo”, “desequilibrante” y “triste” en su hogar con su familia. Solo el 3,7% se siente “feliz”. La principal preocupación que radica al día de hoy en las casas es por el acceso al trabajo (23,4%), seguido por el acceso a oportunidades de desarrollo (21,5%). Pese al avance de la segunda ola de contagios y el aumento en el número de víctimas por COVID-19, la salud se encuentra en el tercer lugar con el 17,7%, apenas tres puntos por encima de la seguridad. El 9,8% tiene a la educación como su principal preocupación, mientras que el temor por no acceder a la alimentación alcanzó al 6% de los encuestados.
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