Junio amenaza con temperaturas que en la noche apenas superen los 5 grados y tormentas. Pronóstico que significa otro golpe a quienes no tienen un techo donde cobijarse por las noches y que hasta agosto deberán lidiar con el rostro curtido por el frío porteño.
Este año, la Ciudad lanzó Buenos Aires Presente, un programa de asistencia a personas en situación de calle. Está compuesto por 30 móviles equipados con alta tecnología en conectividad de almacenamiento, análisis, estadística y planificación de datos. La idea -dicen- es establecer un vínculo de confianza con ellos y llevarlos a uno de los 32 Centros de Inclusión distribuidos en la Ciudad.
“El BAP es un programa es prioritario para la Ciudad, se hace todos los inviernos y nuestro objetivo principal es que no haya personas en las calles, que no es un lugar para vivir, sobre todo cuando hace frío. En los meses de más frío realizamos un operativo especial en el que reforzamos los equipos móviles para prestar asistencia”, le explicó a Infobae María Migliore, ministra porteña de Desarrollo Humano y Hábitat.
El programa de esa cartera, indican, recorre la Ciudad con asistentes sociales y psicólogos que son los encargados de establecer ese primer contacto y ofrecerles, en primera instancia, el ingreso a un Centro “y si no quiere, se le deja un abrigo, una frazada y una vianda caliente, para que al menos tengan lo mínimo para pasar la noche”. En caso de aceptar ir a un centro, el siguiente objetivo es “buscar que cada uno trabaje en el rearmado de un proyecto de vida que sea sostenible en el tiempo”.
Hay tres puntos fundamentales para asistir a una persona en situación de calle: atender la emergencia e iniciar el despliegue territorial tras el llamado al 108; ingresarla a un Centro de Inclusión y su nuevo proyecto de vida.
Muchos de esos centros están gestionados en forma conjunta con ONG’s y abiertos las 24 horas de los siete días de la semana. Algunos son exclusivos para hombres, otros para mujeres, y también hay para mujeres con niños o niñas y para familias.
Respecto al programa BAP, Daniel Arroyo, ministro de Desarrollo Social de la Nación, sostuvo que “sabemos que pobreza con frío es un escenario muy complicado, y desde los Estados tenemos que estar presentes y acompañar con acciones concretas a quienes están en situaciones de vulnerabilidad, especialmente a los que están en situación de calle. Por eso, el lanzamiento de este operativo muestra que la Argentina tiene una gran red social, que trabaja en el territorio con una enorme solidaridad”.
Durante el aislamiento de 2020, se habilitaron 10 nuevos Centros de Inclusión Social (ubicados en la Comuna 3, 4, 5, 7, 8, 9 y 12) que se sumaron a los 32 que funcionan todo el año. Por el Operativo Frío, además, habilitaron el Centro Roca III. De esta manera, sumaron 1280 plazas a las 2099 preexistentes, alcanzando un total de 3.379.
Cómo trabajan las unidades móviles del BAP
Buenos Aires Presente se ocupa de atender a personas y familias en condición de riesgo social, afectadas por situaciones de emergencia o con derechos vulnerados y, en general, a población en situación de calle con necesidad de orientación, información y asesoramiento sobre servicios sociales.
Para ello, un equipo formado por trabajadores, psicólogos, trabajadores sociales y operadores sociales recorren la ciudad las 24 horas, todos los días de año para atender, orientar y acercar a las personas y familias en situación de calle todos los recursos con los que cuenta el Ministerio de Desarrollo de Desarrollo Humano y Hábitat.
“Lo primero que hacemos es preguntarles hace cuánto tiempo están en la calle y les ofrecemos pasar la noche en los Centros; y si no quieren ir, intervenimos para ver si necesitan otro tipo de ayuda sea para poder alquilar, se les ofrece el subsidio habitacional o sacar el DNI”, detalla Hugo Sánchez, uno de los choferes de los móviles del BAP que cada noche recorre las calles de la Ciudad, alertados por un llamado al 108 o bien, para asistir a quienes ya tienen censados.
En el momento del abordaje, lo que intentan es conocer la situación personal de cada uno más allá de la situación en la calle porque “por lo general, están asociados a consumos problemáticos, disfunciones familiares o estructuras disfuncionales y la idea es apuntar en la dinámica de las personas para que puedan acceder y sostener las alternativas que el programa ofrece”, explicó la psicóloga del BAP, Alba Sequera.
Generalmente, la propuesta es muy bien recibida. “Yo estoy tratando de sobrevivir, comiendo en la calle, pasando frío. ¿Cómo no voy a estar contento si sé que voy a poder bañarme, que voy a poder estar un poquito mejor?”, se ilusiona un hombre que duerme en las calles de la Comuna 6 frente a la propuesta de ayuda que le representaría un subsidio para costear un hotel y que podrá lograr una vez tramitado su DNI.
A todas las personas que se encuentran en situación de calle, la Ciudad les ofrece el traslado a alguno de los refugios y hogares para hombres y para mujeres solas o con hijos, o al primer centro de inclusión social para familias.
Estos programas se refuerzan entre los meses de junio a agosto, los más fríos, a través del Plan Prevención del Frío que busca incrementar y fortalecer la capacidad de respuesta por parte de la Ciudad, a través de sus diferentes áreas, con el fin de minimizar el impacto de las bajas temperaturas en las personas privadas de una vivienda.
Cómo funcionan los Centros de Inclusión
En estos espacios, quienes ingresan reciben atención social y acompañamiento profesional, elementos de higiene personal; ducha y ropa; comida caliente y una cama para dormir. También pueden participar de las distintas actividades con los protocolos establecidos por el Covid-19, que apuntan a contenerlas y acompañarlas y, además, “comenzar a trabajar en la reconstrucción de un mejor presente y futuro mediante talleres de oficios, deportes, acompañamiento psicológico, entre otras opciones”, enumeran desde el Ministerio de Desarrollo Humano.
En estos meses sitiados por la propagación del coronavirus, ninguno de los centros alcanzó su capacidad máxima de recepción: de las 2.492 plazas totales, actualmente sólo 1.517 están ocupadas.
También en este lapso, durante los recorridos de rutina el equipo de asistencia se ocupó de tomar la temperatura y entregar el kit de higiene a quienes visitaron. Si se presenta algún caso de fiebre o síntomas compatibles con coronavirus, se les ofrece ir a una Unidad Febril de Urgencia, aseguran desde el Gobierno de la Ciudad que pone a disposición la línea 108. Durante 2020, recibieron más de 155 mil llamados de alerta y en lo que va de 2021, superaron los 40 mil.
A la par del BAP está disponible el 108, la línea gratuita del Gobierno porteño para la atención social inmediata. Atiende todos los días durante las 24 horas.
Recuperar la identidad y construir una nueva vida, los objetivos del programa BAP
La meta a lograr una vez que las personas llegan a los centros o cuando establecen lazos de confianza con los equipos de asistencia se inicia la tarea de revinculación con su familia y con sus lugares de origen. En caso de encontrarse frente a personas con adicciones, se les ofrece el tratamiento y se las ayuda a generar nuevas redes de apoyo.
También tienen la posibilidad de recibir asistencia médica y la practica de estudios médicos regulares. “Algunas personas pudieron hacerse un chequeo médico después de 10, 15 o 25 años”, cuentan desde el Ministerio que además ofrece la vacuna contra la gripe que, hasta el momento, recibieron 646 personas.
Otros de los objetivos en los que se centra la ayuda es tramitar el Documento Nacional de Identidad. “Tener identidad les devuelve la posibilidad de sentirse personas íntegras y significa poder realizar cualquier tipo de gestión o solicitud, como pedir un turno médico o presentarse en una entrevista laboral. Por eso, la Ciudad les facilita su tramitación con operativos en los mismos paradores. El año pasado, se tramitaron más de 500″.
Finalmente, se trabaja con ellas en la construcción de un nuevo proyecto de vida sostenible en el tiempo: realizan talleres de reinserción laboral y de oficios que brindan más herramientas de cara a una futura búsqueda laboral; también brindan asistencia en la tramitación del subsidio habitacional de la Ciudad, la tarjeta alimentaria Ciudadanía Porteña y la Asignación Universal por Hijo.
Todos estos trabajos se refuerzan durante el invierno con el objetivo de prevenir las consecuencias que pueden provocar las bajas temperaturas en las personas en situación de calle.
El programa ofrece presencia permanente de equipos distribuidos en zonas fijas, favoreciendo así la formación de un vínculo entre los operadores sociales y las personas en situación de calle, lo cual es clave para recomponer la confianza y poder comenzar a trabajar en la reconstrucción de un proyecto de vida.
Este programa, además, se encarga de acudir a los lugares con personas en situación de calle notificados a través los llamados a la Línea 108.
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