A un año de la tragedia de los bomberos en Villa Crespo habla un sobreviviente: “Es un día para rendirle honores a nuestros compañeros”

Walter Ramón Cáceres combatía el incendio de una perfumería cuando una explosión terminó con la vida de Ariel Gastón Vázquez y Maximiliano Firma Paz. En diálogo con Infobae cuenta cómo se repuso al accidente que lo dejó 42 días internado y lo obligó a cinco operaciones. Además, una recorrida por la División Cuartel VI donde hoy habrá un acto para homenajear a los caídos

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Desde la izquierda. Walter Ramón
Desde la izquierda. Walter Ramón Cáceres; el Comandante Juan Cruz Giordano Jefe Estación IV Recoleta; el fallecido Maximiliano Firma Paz y el Subcomandante Roberto Daniel Lorenzo 2° Jefe de Estación VI

Cuando dice que hace un año volvió a nacer, Walter Ramón Cáceres (51) no exagera. El 2 de junio, Día del Bombero Voluntario, Cáceres sobrevivió a la explosión de la perfumería Pigmento donde fallecieron dos de sus compañeros: Ariel Gastón Vázquez y Maximiliano Firma Paz, Comandante Director y Subcomisario de la División Cuartel VI del barrio porteño de Villa Crespo.

Tras el siniestro, Cáceres sufrió una fractura en ambos brazos (el húmero y la escápula derechos y el codo izquierdo) y quemaduras en las piernas. Como si fuera poco, al ingresar al Hospital Churruca, se enteró que era COVID-19 positivo.

Pasé 42 días internado y me operaron cinco veces”, resume el Comisario Inspector de la Ciudad y Bombero Voluntario del cuartel de Quilmes que, a 365 días del episodio, todavía sigue con licencia médica y sesiones de kinesiología para mejorar la movilidad y recuperar la fuerza, sobre todo, en el brazo izquierdo. “Extraño el oficio. Llevo toda una vida ligada a esta profesión”, apunta en comunicación con Infobae.

Walter Ramón Cáceres tiene 51
Walter Ramón Cáceres tiene 51 años y es bombero desde los 16. Después de la explosión del 2 de junio de 2020, pasó 42 días internado en el Hospital Churruca y debió someterse a cinco operaciones

Cáceres dice que nunca tuvo pesadillas con la explosión que lo hizo volar por la Avenida Corrientes y desplomarse contra la parada de un colectivo. Sí en cambio, tiene muy a flor de piel el sonido del estruendo que lo dejó “completamente aturdido”. A la hora de rememorar lo que le sucedió el 2 de junio de 2020, los recuerdos aparecen como secuencias en cámara lenta y así los transmite: el impacto de la onda expansiva, gente corriendo a su alrededor, polvo y su cuerpo tendido en el asfalto.

Nunca perdí el conocimiento. Enseguida me di cuenta de que tenía los brazos rotos, así que en cuanto vinieron a asistirme, clarifiqué el cuadro y pedí que me empaquetaran”, explica acerca del sistema por el cual se asegura a una víctima, para trasladarla de un lugar a otro en camilla o tabla.

El incendio se desataron en un depósito de la perfumería y luego se produjo una fuerte explosión que quedó registrada por un transeúnte que observaba la situación desde la vereda opuesta

Cuando decidió que quería ser bombero, Walter Ramón Cáceres tenía 16 años. De tanto escuchar la sirena, dice, un día se fue hasta el cuartel de Quilmes, se presentó y pidió formar parte del cuerpo de voluntarios. Como era menor de edad, aclara, necesitó del permiso de sus padres. Una vez concedido pudo empezar a capacitarse y a tomar cursos.

Aunque no recuerda su primera intervención (“Fueron tantas que ya perdí un poco el registro”) la del 2 de junio de 2020 no se la olvida nunca más. “Para los bomberos voluntarios el 2 de junio siempre fue una fecha especial porque se celebra nuestro día. Ahora tengo una mezcla de sentimientos porque también coincide con el aniversario de muerte de dos compañeros muy queridos”, dice sobre Ariel Gastón Vázquez y Maximiliano Firma Paz.

Con Maxi tenía una relación muy cercana porque éramos los padrinos de los hijos de una familia amiga. Además, compartimos grupos de rescate y éramos relevos. A Ariel lo conocí porque coincidimos en algunos cursos y era un profesional super apasionado. Pero en realidad, mi vínculo más estrecho era con ‘el negro’ Maxi. Siempre lo voy a recordar con una sonrisa en la cara. Siempre riéndose...”, sostiene Cáceres.

El Subcomisario Maximiliano Firma Paz
El Subcomisario Maximiliano Firma Paz y Walter Cáceres eran colegas y amigos. "Siempre lo voy a recordar con una sonrisa en la cara. Siempre riéndose...”, dice Cáceres (Foto/Nicolás Stulberg)

Cáceres dice que recién pudo regresar al cuartel cuando le dieron el alta. “Pasé de visita a saludar a mis compañeros. Extraño poder ayudar porque, en definitiva, el que eligió esta profesión eligió ayudar a la gente”, dice.

¿Si tiene miedo de volver al ruedo? La negativa es rotunda. “A lo largo de mi carrera tuve otros episodios, no tan fuertes como el de hace un año, pero uno se va acostumbrando a manejarlos. Ser bombero es un estilo de vida. Ahora que estoy en mi casa, cada vez que escucho la sirena paro la oreja. Después de tantas décadas de oficio el músculo de la profesión sigue intacto”, reconoce.

En la puerta del cuartel
En la puerta del cuartel una bandera recuerda a Ariel Gastón López y Maximiliano Firma Paz. "Gracias", dice junto a una manguera negra que emula el símbolo de luto (Nicolás Stulberg)

EL RECUERDO

Falta menos de un día para que se cumpla el primer aniversario de la tragedia que se cobró al vida de Ariel Gastón Vázquez y Maximiliano Firma Paz. Con el objetivo de indagar cómo siguieron adelante tras el deceso de sus colegas, Infoabe recorrió la División Cuartel VI de los bomberos de Villa Crespo, que ahora lleva el nombre de Firma Paz, y conversó con sus colegas.

Aunque no están presentes físicamente, Ariel y Maximiliano conservan sus espacios en el cuartel. En el sector de “la plaza”, por ejemplo (antes destinado a los momentos de recreación) se montó un mástil con la bandera nacional y un paredón de ladrillo del que se colgaron varias placas en reconocimiento de ambos. Allí, explica el Subcomandante Roberto Daniel “Toto” Lorenzo, Segundo Jefe de la Estación, realizarán el acto este miércoles a las 15 horas para rendirle homenaje a los fallecidos.

Unos metros más adelante y rodeada de flores, una vitrina de vidrio exhibe el uniforme de Firma Paz: casco, guantes, campera y dos portarretratos con su imagen. En ambas fotos “el negro”, como lo llamaban cariñosamente, muestra los dientes de felicidad. Su sonrisa es lo que más que recuerdan y extrañan sus compañeros.

Una vitrina de vidrio exhibe
Una vitrina de vidrio exhibe el uniforme de Maximiliano Firma Paz: casco, guantes, campera y dos portarretratos con su imagen (Foto/Nicolás Stulberg)

Fernando Centurión (33) oficairá de guía por el cuartel. La mayoría de los incendios, explica, se desencadena por “contingencia eléctrica”. El 2 de junio de 2020, Centurión estaba de vacaciones. “Me enteré de la tragedia por mis compañeros. Los bomberos somos una gran familia. Esto que pasó es un puñal en el pecho y hay que aprender a convivir con ello”, sostiene acerca de la muerte de sus colegas.

Bombero desde los 21, Centurión dice que cuando suena la sirena “salen preparados para lo peor” y que lo primordial es ser “rápidos y efectivos”.

Además, hace hincapié en el entrenamiento tanto físico como mental. “Al momento del rescate uno tiene que estar entero. El que diga que no tiene miedo, miente o está loco”, sostiene sobre su vocación.

Antes de despedirse, él y resto de los bomberos que van y vienen por el cuartel posan para una foto. “Detrás de cada bombero hay una familia y nosotros también funcionamos como un clan. Uno no está solo contra el incendio: tiene a su gente al lado y por eso se siente seguro”.

"Los bomberos somos una gran
"Los bomberos somos una gran familia", dicen los integrantes de la División Cuartel VI de Villa Crespo (Foto/Nicolás Stulberg)

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