“Estamos desesperados buscando una cama en terapia intensiva en las distintas instituciones de la localidad, pero no aparece”, reclama con angustia Jesica, la hija de Carlos Nieves, que contrajo COVID-19 y hoy atraviesa una pulmonía bilateral.
Carlos tiene 64 años y es policía retirado de la fuerza. El 24 de abril recibió la primera dosis de la vacuna del COVID-19. A los dos días empezó a manifestar síntomas compatibles con la enfermedad: tenía fiebre y tos fuerte. Rápidamente acudió a su clínica de cabecera donde le ordenaron un hisopado y aislamiento preventivo. Ya aislado en su casa -donde convive con su esposa Norma y su hijo menor- recibió el resultado positivo.
Él es uno de los tantos pacientes que llegó al Hospital Bouquet Roldán, de Neuquén, en las últimas semanas. La institución, de complejidad 4, no cuenta con terapia intensiva. Dado el colapso sanitario fruto de la segunda ola, el personal de salud debió improvisar.
“El personal médico está haciendo malabares para que mi papá se mantenga estable porque no cuentan con el equipamiento necesario”, le relata Jesica a Infobae.
Los médicos confirman la situación. Desde las redes exponen el contexto de saturación. “Tenemos 16 pacientes muy graves y 5 en la guardia esperando a ser atendidos o una cama. El sistema está colapsado. No hay camas en las unidades de terapias intensivas de la parte pública como privada”, cuenta el doctor Torres, médico de guardia del hospital en un video que publicó en su cuenta de Facebook.
En la capital hay otros dos hospitales públicos preparados: el Horacio Heller y Hospital Provincial Neuquén Dr. Castro Rendón. Pero nada alcanza.
A su vez, desde la cuenta Trabajadores de Salud Autoconvocados HBR, dejaron por escrito lo que viven a diario. La publicación tiene fecha del día 22 de mayo.
“Queremos hacer pública la situación que estamos atravesando los trabajadores del Hospital Bouquet Roldán. Esta es la guardia del hospital totalmente colapsada, donde conviven pacientes COVID-19 y pacientes con otras urgencias, lo que es sumamente peligroso.
Como verán tuvimos que improvisar habitaciones por no contar con más camas para los pacientes, hasta en el depósito de materiales se improvisó una habitación. Sumado a esto la guardia funciona ahora como una sala de internación, donde atendemos pacientes de máxima complejidad, más la demanda cotidiana.
Que se entere la sociedad cómo estamos trabajando, totalmente colapsados y sumamente estresados, enfrentando esta segunda ola con mucha más presión que la anterior por la falta de insumos y por llevar en nuestros hombros una dura lucha que aún no termina”.
En este contexto, Alejandra Sagarna, médica clínica del Hospital Bouquet Roldán, de Neuquén, reconoció: “Si seguimos así en una o dos semanas no vamos a tener boca de oxígeno para los pacientes que ingresan y la lista de espera es cada vez más larga. La situación es grave, es preocupante, no queremos pasar de héroes a asesinos, estamos haciendo más de lo que podemos”, señaló la profesional en diálogo con la periodista María Laura Santillán en CNN radio.
Infobae intentó más de una vez comunicarse con el Hospital. La única respuesta que recibió es que Carlos ya obtuvo la atención necesaria, es decir, un respirador. Sin embargo hasta el cierre de la nota, la familia Nievas sostiene que sólo está conectado al oxígeno en una sala “improvisada”.
Carlos presenta comorbilidades preexistentes, sufre de hipertensión y es diabético. “Sabíamos que no podía contagiarse, durante meses no salimos de casa ni vimos a nuestros hijos. No sé qué pasó…”, dice a Infobae su esposa, Norma (58) quien, a diferencia de su marido, no llegó a contraer COVID-19.
De acuerdo con el relato de la mujer, a los pocos días del positivo el cuadro de Carlos empeoró. “Como ya se habían cumplido los 11 días de aislamiento fue con mi nuera a consultar con el médico. Le pidieron una radiografía de tórax, confirmando la neumonía bilateral avanzada. Solicitaron un traslado inmediato para internación”.
Ahí empezó la odisea. “Vino la ambulancia a buscarlo, ya no saturaba bien y lo llevaron en camilla. Allí lo asistieron con oxígeno. ‘Lo vamos a mantener dentro de ambulancia, hasta conseguir una cama’, me dijeron”.
Después de recorrer sin éxito las clínicas privadas de Neuquén Capital, finalmente, Carlos ingresó a la guardia del Hospital Bouquet Roldán donde permanece con un tubo de oxígeno, “pero debe ser internado en una UTI de inmediato”, reclamó su esposa con angustia.
“La estamos pasando muy mal como familia. No tienen el equipamiento necesario. Lo pudieron intubar y está resistiendo. Desde hace días está estable, aunque sin mejoras”, resaltó Norma.
Yésica detalló que su papá aún es positivo en coronavirus y tiene “los pulmones muy tomados”. Sigue bajo tratamiento. “Es devastador saber que no tiene la atención de una terapia intensiva. Golpeamos más de una puerta y no hay nada. No está recibiendo la asistencia que precisa”, se lamenta.
Siguiendo el último reporte del Ministerio de Salud en las últimas 24 horas Neuquén reportó 903 nuevos casos de coronavirus y una ocupación hospitalaria de camas de terapia intensiva al límite. En el total acumulado de casos la provincia suma 87.335.
En estos días la única que pudo ver a Carlos fue a Yésica: el día que lo ingresaron y minutos antes que lo intubaran. Es ella quien se encarga de recibir los partes médicos diarios. “Los médicos han hecho lo posible. No tengo nada que decir del hospital, se han portado muy bien... lo que es una locura es este colapso. Todo el mundo tiene el derecho a la vida y la atención médica que corresponde”.
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