Este fin de semana comenzó a regir un nuevo confinamiento estricto debido a la fuerte escalada de casos y muertes por coronavirus que se registraron durante las últimas semanas en el país. Infobae realizó un recorrido por los distintos puestos de control vehiculares, ferias en el conurbano, accesos y calles del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) para observar cómo se llevó a cabo este sábado el primer día de las medidas anunciadas el jueves pasado por el presidente Alberto Fernández, que durarán hasta el 30 mayo en más de 170 distritos de todo el país.
“Ya paramos 14 autos sin autorización para circular”, dijo por la mañana un agente de Seguridad Vial Nacional a Infobae apostado en un puesto de control sobre la avenida General Paz, a pocos metros del Puente de la Noria viejo, en la zona sur del conurbano bonaerense. “Pero tampoco paramos a todos los vehículos, no queremos generar un caos de tránsito”, agregó, mientras le requería el permiso para circular a un conductor. “Lo que ocurre cuando no cuentan con la habilitación, es simple. Se le da aviso a la Justicia, se le toma los datos y se les abre una causa por el incumplimiento al decreto”, indicó.
Tras el anuncio, las autoridades de las áreas de Seguridad y Transporte de Nación, la ciudad y la provincia de Buenos Aires delinearon una serie de dispositivos a modo de intensificar los controles para que se cumplan las nuevas medidas impuestas ante el avance de la segunda ola de coronavirus.
Como parte del operativo, 71 accesos a la Ciudad fueron cerrados hasta la finalización del decreto. Con vallados policiales en las bajadas de las autovías, las autoridades intentaron así dificultar la circulación entre las jurisdicciones. A su vez, los bloqueos durante la mañana del sábado generaron complicaciones en el tránsito y los conductores mostraron su enojo con el personal policial que cuidaba para que nadie ingresara por esos accesos, salvo por una emergencia.
“Somos personal de salud y no nos dejan pasar. Son unos sinvergüenzas. Somos enfermeros del hospital, tenemos que entrar a trabajar las 12 del mediodía, están todas las bajadas bloqueadas, cómo puede ser que no dejen un carril exclusivo para el personal médico”, le reclamó un enfermero a los policías que intentaban manejar la situación que se había generado: un fuerte embotellamientos de varios kilómetros de largo. Luego, el hombre fue autorizado a pasar por ser personal esencial.
“Por este acceso solo ingresa el personal de salud, el resto tiene que seguir hasta la próxima bajada habilitada”, sostuvo un efectivo frente a cada conductor que intentaba pasar por esa vía. “Yo soy un laburante, cómo puede ser que no me dejen pasar, vivo a pocas cuadras de acá”, le recriminaba un hombre a los policías. “No señor, tiene que seguir hasta la bajada Goyeneche que está abierta”, le respondió el oficial en medio de insultos y bocinazos.
Tal vez, esas escenas de tensión sean consecuencia del cansancio generalizado ante una situación que no aparenta estar cerca de llegar a su fin. Los casos y las muertes que publica a diario el Ministerio de Salud de la Nación revelan un contexto cada día más difícil con un virus que avanza y se esparce en medio de una delicada situación económica que espera el antídoto de las vacunas para que todo, de a poco, vuelva a la normalidad.
Pocos kilómetros más adelante de la bajada de los Constituyentes, en los accesos de la avenida de Cabildo y Maipú, los controles eran más laxos. Los ciudadanos podían ingresar a Capital o a Provincia sin mostrar el requerido permiso para circular. En parte, explicaron las autoridades, para no generar complicaciones de tránsito sobre la autovía, como ocurrió dos semanas atrás, cuando el gobernador bonaerense, Axel Kicillof intensificó los controles en los accesos a provincia, sobre todo de los que llegaban desde la ciudad de Buenos Aires.
Así, sobre la avenida General Paz, el movimiento de vehículos pareció no cesar para ser un primer día de confinamiento estricto. Sin embargo, la afluencia en lugares, como las ferias en el conurbano, que antes de las nuevas medidas dejaron impresas postales de aglomeramiento de personas que preocuparon a las autoridades, no ocurrieron y existieron controles.
Por ejemplo, en la Feria Olimpo de Lomas de Zamora, donde este medio había realizado una recorrida el 17 abril pasado mostrando la cantidad de clientes que asistían sin controles, el sábado se encontraba cerrada y con patrulleros recorriendo la zona para que no se organizaran los feriantes.
Así avanzaba el primer día de un confinamiento estricto que promete levantarse en nueve días. Si bien esta nueva medida permite a más personas salir a trabajar, es similar a la que rigió en marzo de 2020, ya que su objetivo es el mismo: ganar tiempo para que descienda el número de contagios y muertes. Lo que cambió fue el para qué: el año pasado se necesitaba tiempo para fortalecer el sistema de salud. En cambio, ahora, la urgencia es el arribo de más vacunas para poder contrarrestar la segunda ola que ya impactó fuerte en medio de un contexto social cada más delicado.
Fotos y video: Maximiliano Luna y Matías Arbotto
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