En un confuso episodio, un argentino fue asesinado por error en la Península de Yucatán. Se trata del marplatense Eugenio Senese, que se encontraba radicado en la localidad de Tulum desde hacía años. Según las primeras informaciones, el hombre de 35 años transitaba por una ruta junto a un amigo mexicano a bordo de un Mercedes Benz blanco cuando fue confundido con otra persona. En ese momento, debido a un aparente ajuste de cuentas vinculado al narcotráfico, ambos ocupantes del automóvil fueron muertos a balazos.
El hecho se produjo el viernes 14 de mayo y fue reportado a las 12.20 del mediodía en la localidad turística de Tulum, muy próxima a Cancún y Playa del Carmen en el estado de Quintana Roo.
En Mar del Plata, “Buje” Senese era bien conocido. Según cuenta el periodista Bruno Verdenelli en el diario La Capital de esa ciudad, fue alumno del colegio Fray Mamerto Esquiú y luego de terminar el colegio secundario estudió Arquitectura. Al terminar la carrera concretó un viaje a México con el objetivo de trabajar en la playa. Consiguió un empleo en Playa del Carmen y decidió quedarse en el lugar. Al poco tiempo se mudó a Tulum.
Uno de los amigos argentinos que Senese tenía en aquel lugar confirmó que lo mataron por ir “en el auto equivocado”. “Esas cosas acá pasan… Son ajustes de cuentas entre gente que está metida en la falopa. La ligó de rebote, pobre. Pero él trabajaba acá y no tenía nada que ver con la droga”.
Senese -que cumplió años el último 22 de abril- estaba de novio desde mayo del 2014 con una chica mexicana, Jackeline Becerra, según la información que ella compartió en su cuenta de Facebook. La mujer -que fue la encargada de reconocer el cadáver- lo despidió en sus redes sociales con un simple mensaje: “Amigos para el resto de la vida”. Por su parte, su madre, Mirtha, escribió en su cuenta: “Eugenio, y otra vez tanto dolor… Vuela alto con tu papi y Santy, sé que te abrazaran… Nosotros destrozados, pero cuidaremos de tus peques y de Jackie tu amor. No sé cómo seguir… Te querré siempre tanto y más”.
Tanto Eugenio como Víctor (el mexicano, del que los medios locales sólo consignaron el nombre de pila) fueron ultimados mientras circulaban por el kilómetro 5 de la carretera que une Tulum con Punta Allen, a la altura del hotel de lujo Papaya Playa. Según las primeras investigaciones, los sicarios viajaban a bordo de una camioneta Chevrolet Suburban negra. Los ocupantes del Mercedes Benz, malheridos, llegaron a avanzar un poco más pero se estrellaron contra otro vehículo a la altura del hotel Azulik. Los testigos refirieron que uno de ellos tenía dos impactos de bala en la cabeza y el otro en la cabeza y en el pecho.
En Quintana Roo, la presencia de los cárteles del narcotráfico se remonta a los años de gobierno de Mario Villanueva (1993-1999). El político llegó al poder abanderado por el gubernamental Partido Revolucionario Institucional. Actualmente está preso y es acusado de tener nexos con el líder del Cártel de Juárez, Amado Carrillo Fuentes, el “Señor de los Cielos”.
Pero en los últimos tiempos, ese estado se convirtió en el campo de batalla predilecto de los narcotraficantes, que irrumpieron en una de las zonas turísticas por excelencia de ese país. Según el INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía), Cancún -la ciudad más importante de esa región- comparte el luctuoso ranking de ser una de las seis urbes más inseguras de todo México, junto a Cuernavaca, en Morelos; San Luis Potosí, San Luis Potosí; Fresnillo, Zacatecas; Coatzacoalcos, Veracruz; y Ecatepec, de Morelos.
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