Un empleado de seguridad escondía cámaras en habitaciones de menores: lo detuvieron con más de 500 videos e imágenes de pornografía infantil

Fue a hacer un trabajo en una casa y dejó dispositivos ocultos en las piezas de los hijos. Fue detenido y lo procesaron por cuatro delitos. La historia del caso

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Los celulares del acusado donde
Los celulares del acusado donde se hallaron más de 500 videos e imágenes de pornografía infantil

El empleado de una empresa de seguridad fue detenido a mediados de marzo cuando se descubrió que en sus celulares y computadoras tenía 533 videos e imágenes de pornografía infantil. A ese hallazgo se llegó después de investigar la denuncia de un matrimonio que había encontrado en las habitaciones de sus hijos dos cámaras ocultas que apuntaban a las camas. Fue después de que un técnico instalara en su casa un sistema de alarmas y cámaras perimetrales.

En uno de los teléfonos del acusado, de 26 años y quien la semana pasada fue procesado con prisión preventiva, se encontraron imágenes de las cámaras ocultas mientras menores se cambiaban en su habitación junto con el resto de las imágenes de pornografía infantil. “La causa se sigue investigando por lo que todavía no sabemos si los hechos se vinculan. Si quería obtener las imágenes de la casa para sí o para circular en el mundo de la pedofilia en el que se sabe que para entrar hay que dar material”, le dijo a Infobae con prudencia una fuente del caso.

El juez federal de Lomas de Zamora Federico Villena, a cargo del caso, sostuvo en la resolución de la semana pasada en la que procesó al acusado que con la instalación de las cámaras ocultas “el destino de la maniobra realizada era la producción de material sexual” de los menores de edad.

EL VIDEO DE LA DETENCIÓN

Empleado de seguridad detenido por instalar cámaras ocultas

La historia comenzó a principio de año cuando C., empleado de una empresa que brinda servicios de seguridad a viviendas, llegó a una casa del conurbano bonaerense para instalar un sistema de alarma y cámaras perimetrales para la vivienda. El trabajo duró dos días.

Según la denuncia que presentó la familia, al día siguiente de la instalación del sistema uno de los hijos observó algo ocultó en una habitación. Era una cámara. Revisaron el resto de la casa y encontraron una segunda en otro dormitorio donde también duermen menores. Las cámaras apuntaban a las camas. Cuando eso ocurrió, C. los llamó por teléfono. Daban por hecho que los estaba observando o fue alertado cuando encontraron los dispositivos.

Otros técnicos de la empresa contratada fueron a la casa y confirmaron que las cámaras escondidas estaban conectadas a internet y a un dispositivo “DVR” de grabación. La familia presentó una denuncia penal. Lo mismo hizo la compañía y despidió al empleado. Por tratarse de una causa que involucra a menores este medio no publicará ningún dato que pueda identificarlos.

El caso quedó a cargo del juez Villena que ordenó el allanamiento de la vivienda del empleado. Allí se secuestraron dos celulares y una notebook que fueron peritadas. En uno de los teléfonos se encontró un archivo llamado “Telegram videos” que tenía 211 videos de menores de entre cuatro y 12 años obligados a tener sexo con adultos y otro “Telegram imágenes” con 52 fotos similares. En la computadora se hallaron 226 videos y 44 imágenes de pornografía infantil. El peritaje también arrojó que en los tres dispositivos se encontraron imágenes de las habitaciones en las que C. había instalado las cámaras ocultas. Allí se ve a menores cambiándose de ropa.

Lo que no se pudo determinar es si los videos habían sido realizados por C. o si los recibió u obtuvo a través de las redes de pedofilia que circulaban por internet. El técnico, según las constancias de la causa a la accedió Infobae, utilizaba toda la tecnología disponible para su accionar: las cámaras escondidas estaban conectadas a internet y a un DVR y obtenía las imágenes a través de la aplicación “Hikconnect” en su celular para ver lo que ocurría en tiempo real. “Pero su modus operandi era algo burdo que un nene se dio cuenta que había algo escondido”, sostuvo una fuente.

Además, en uno de los celulares se detectó un caso de grooming a una menor de 13 años. Se encontró una conversación de whatsapp en la que C. se hacía pasar por menor. “...tendrías relaciones conmigo? ? ?..”, le preguntó en una de las charlas.

Durante la investigación del caso surgió la pregunta de si C. también había ocultado cámaras en otras viviendas en las que trabajó. Así se obtuvieron las direcciones de 115 casas en las que había instalado sistemas de seguridad. En ninguno de los domicilios que la Policía pudo inspeccionar se hallaron dispositivos ocultos.

El juez Villena ordenó el 15 de marzo la detención de C, quien sigue detenido. En la indagatoria el acusado se negó a declarar y hace una semana fue procesado con prisión preventiva por cuatro delitos.

Federico Villena, el juez del
Federico Villena, el juez del caso (Adrián Escandar)

“La acción efectuada por el Sr. C., evaluada a Ia luz de la gran cantidad del material probatorio que se ha secuestrado en este legajo, permite inferir el destino de la maniobra realizada era la producción de material sexual del menor de edad hijo de la denunciante”, sostuvo el magistrado en su resolución y agregó que el menor “vio cercenado su derecho a la privacidad e integridad personal”.

Villena destacó sobre el material de pornografía infantil que se encontró en los celulares y la computadora que “no se pudo determinar si aquél resultaba ser de producción casera como así tampoco si era compartido o distribuido por algún medio”, por lo que se le imputó la tenencia simple de material de abuso sexual y de explotación sexual de niñas, niños y adolescentes. También fue acusado por el caso de grooming.

C. fue procesado por los delitos de acceso sin la debida autorización a un sistema informático de acceso restringido; tentativa de producción de representaciones de un menor de 18 años dedicado a actividades sexuales explícitas; tenencia de material que contiene representaciones de personas menores de 18 años dedicado a actividades agravado por tratarse de víctimas menores de 13 años; y contactar a una persona menor de edad, con el propósito de cometer un delito contra su integridad sexual.

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