Luego de la salida de Egipto, el pueblo judío inició su éxodo al desierto. Libres de las opresiones que les impusiera el tiránico Ramsés —y antes su padre, el rey Seti—, el pueblo elegido celebraba el fin de los 210 años de esclavitud guiado por Moisés. Éste había sido hermano de crianza del faraón que por negarles la liberación hizo que los egipcios padecieran 10 plagas en un año. La última fue la muerte de los primogénitos, incluido el suyo.
Los judíos ya eran un pueblo que comenzaba, socialmente, a tener sus propias normas aunque no todos las obedecían. La vida en libertad pronto se volvió en un camino sin rumbo y algunos comenzaron a poner en duda qué hacían en aquel desierto desprovistos de posesiones, carentes de agua y comida. Otros pusieron en duda la existencia divina y que Moisés fuera el erigido como el libertador y guía. La falta de fe rodeaba el campamento donde esperaban las órdenes divinas. En ese contexto, se mezclaban también las pasiones desenfrenadas. Habían pasado 49 días.
“Un pueblo que estuvo esclavizado durante tanto tiempo y de repente sale a la libertad, después de vivenciar un año (que duraron las 10 plagas contra sus opresores) estaban como descontrolados y en un estado de libertinaje, de confusión, a veces de falta de fe, de a dónde vamos a ir, dónde nos están llevando, ¿a la Tierra prometida? ¿Vamos a ir por el desierto? Esos 49 días fueron cruciales en el acomodamiento de las ideas. Y en esa situación, esos 49 días, tiene que ver con un proceso de acomodar las ideas de la Libertad”, explica el Gran Rabino de la Comunidad Sefaradí de Buenos Aires, Isaac Saca, al introducir al significado del Shavuot, una de las festividades judías más importantes que este año se celebrará desde la noche del domingo 16 hasta el martes 18 de mayo.
“En Shavuot, que se celebra 49 días después de Pésaj, recordamos la entrega de la Ley. Es la conmemoración en que recordamos la entrega de la Torá al pueblo de Israel y a la humanidad entera. El pueblo judío, guiado por Moisés y bajo la conducción de Dios, se libera de la opresión y esclavitud impuestas por el Faraón y sale de Egipto hacia la libertad. Se dirige hacia el Monte Sinaí y, una vez allí, se prepara con entusiasmo y alegría para recibir la Ley. Finalmente, pasados 49 días del éxodo de Egipto, Dios le comienza a transmitir la Torá, especialmente los Diez Mandamientos y los fundamentos de la Ley”, cuenta la historia del pueblo.
Shavuot, que significa semanas, se refiere a la culminación de la cuenta del Omer de siete semanas de largo, que se inicia después de Pésaj.
Todo lo que es importante saber para celebrar Shavuot
El Gran Rabino de la Comunidad Sefaradí de Buenos Aires abrió las puertas del templo judío de Villa Crespo para recibir a Infobae y contó la importancia de la celebración y el significado social que aún tiene la revelación de la ley a las que define como “los mandamientos básicos de la sociedad”.
“Esta festividad judía que rememora la revelación de la Torá, especialmente los Diez Mandamientos, nos invita a darle valor a las normas y luchar por la justicia y el bienestar general. Fue el pacto que Dios hizo con el pueblo, con el ser humano, de que hay que cumplir una ley. O sea, que los valores no son sólo valores sino que los valores a partir de ahora están reglamentados: el que los transgrede tiene una consecuencia, el que los cumple también tiene una consecuencia”, dice y remarca: “La libertad no es un libertinaje, la libertad debe estar regulada por la ley”.
El Shavuot se festeja durante un solo día en la Tierra de Israel y durante dos días en la diáspora. El saludo tradicional es “Jag Shavuot Saméaj” o simplemente “Jag Saméaj” que se traducen respectivamente como “Fiesta de Shavuot (semanas) alegre” o “Fiesta alegre”.
El objetivo de esta festividad es recordar la importancia de la existencia de leyes justas y ecuánimes. Respetar el orden legal y fomentar la justicia es un pilar del judaísmo. También es un momento para conectarse con el estudio profundo de la Torá. El objetivo es reconocer la espiritualidad inherente al ser humano y ayudarlo a relacionarse con Dios y sus semejantes de manera adecuada.
“En esta festividad, solamente el elemento central es el estudio. Tradicionalmente existe la costumbre de estudiar durante toda la noche de Shavuot, no dormir y estudiar la Torá, estudiar la ley porque este es el sentido”, agrega el Gran Rabino y destaca que se trata de un momento de regocijo individual en que es importante la unidad familiar para que los mayores le transmitan las enseñanzas a los menores.
Al referirse a los Diez Mandamientos, leyes tomadas también por otras religiones. Alentado por lo que representan, dice: “Es muy interesante cómo la humanidad entera absorbe de esta religión monoteísta que funda Abraham y Moisés que constituyen los fundamentos de las religiones cristianas musulmanas y judías, se absorbe en todas las sociedades modernas de hoy. Los 10 Mandamientos básicos de toda la sociedad son mandamientos universales, que son judíos, cristianos y también del islam. Son los mandamientos básicos de la sociedad: no mentir, no robar, no cometer adulterio, descansar una vez por semana, creer en Dios, no envidiar… Es lo básico que tiene una sociedad. En realidad no es una gran novedad, la novedad es que está reglamentado ahora”.
Con el mismo entusiasmo asegura que desde que ocurrió la entrega de la ley “ya pasaron más de 3.000 años y el efecto fue exitoso porque la mitad de la humanidad hoy adherimos a estos 10 Mandamientos: los judíos, los cristianos y los musulmanes, en forma cronológica, adoptamos todos estos valores y son los que, dentro de todo, rigen la sociedad hacia la civilización”.
Alentado por eso, invita a que se respete esa ley más allá de la fe individual. “Uno puede llamarlo Dios, Rey, puede llamarlo Señor, de la manera que queramos, pero la idea de esto cuál es. Es que que hay consecuencias de los actos, hay alguien que va a pedir una revisión de cuentas a los hombres. Esto no es tierra de nadie, es la tierra de Dios donde Dios te dio vida y tenés que hacer con tu vida una práctica positiva. Si no utilizás la vida para bien, entonces va a haber alguien que va a reclamar y va a haber alguien que va a recompensar.
Fuera del contexto de pandemia actual, para esta celebración se decoran las sinagogas y los hogares con flores y ornamentos. También se realizan rezos especiales relacionados con la festividad. Este año las reuniones se realizarán respetando las medidas de aislamiento y de prevención de contagio por Coronavirus, según las disposiciones de los organismos sanitarios de cada ciudad: los rezos deben adecuarse a los nuevos protocolos. La comida festiva debe realizarse con la familia más cercana y no reunir varias familias y menos aún, público en general.
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