Si hay una masterpiece en la música rock argentina es Artaud, firmada por Pescado Rabioso pero grabada por Luis Alberto Spinetta con el hermano y dos viejos amigos recurrentes.
Fue en 1973, Pescado Rabioso se separa definitivamente, mal pero sin afectar el cariño, eran diferencias conceptuales respecto del rumbo artístico que ansiaban para el futuro.
Quizás nadie entendía del todo donde estaba apuntando Spinetta, Pescado era una banda fuerte, definitivamente no necesitaba virar su propuesta, de manera que la nueva postura de Luis no encajaba en los planes de los otros.
Aunque cuentan las leyendas que cuando David Lebon, Carlos Cutaia y Black Amaya (los otros pescados rabiosos) escucharon Artaud quedaron shockeados. Y si ellos que estaban ahí quedaron shockeados, imagínense lo que lograba este disco con los que lo escuchaban desde otra galaxia.
Una de las mejores experiencias de mi vida fue a los 13 años perder mi virginidad auditiva con Artaud de Spinetta.
Fue por una cuestión cronológica absolutamente que éste sea el primer disco que compré y que escuche entero solo en mi casa una tarde de otoño. Venía de escuchar sonidos de discos ajenos que iban desde Troilo hasta Roberto Carlos pero el primer disco que yo compré fue Artaud.
Es como haber sido el primer novio adolescente de Jodie Foster, la vara te queda demasiado alta. Artaud de Pescado Rabioso es nuestro Dark side of the moon. Nada seria igual después.
Luis mismo me contó que nada era igual desde ahí para el.
Separado de su banda, llama a su hermano Gustavo -destacado percusionista- para que lo acompañe. También recurre a sus amigos de siempre. Emilio Del Guercio y Rodolfo García, que fueron la base rítmica de Almendra, su grupo previo a Pescado casi obviamente. Y con ellos se encierra en el estudio a darle forma a ese tsunami de ideas que lo atormentaban. Es que dedicarse a leer Artaud ya de por sí es complejo, sumado a la ruptura de su grupo por un lado y por el otro a haber encontrado a su amor vital, Patricia Salazar, personaje esencial en esta historia. Luis decía que este disco era para él como (perdón por la analogía pero es del propio Luis) el primer eructo después del Uvasal. Metáfora de un brillante dudoso gusto pero muy ilustrativa.
En este disco el amor y la locura se cruzan todo el tiempo, ya desde la tapa que no era cuadrada pero el disco entraba perfecto, idea de Luis muy bien terminada por Juan O. Gatti. Verde y amarilla, como eran los colores de la vida y la pudrición para Antonin Artaud, solo ilustrada por dos fotos carnet de Artaud, una en la tapa viejo y otra en la contratapa joven. Mas el sobre interno que era similar a una gigantesca receta medica, todo era destapacerebros.
Cuando hablo del amor y la locura cruzándose durante el disco hablo de que hay canciones como “Todas las hojas son del viento”, bellísima, dedicada a su ex novia Cristina Bustamante, la muchacha ojos de papel, la del Blues de Cris, que se iba lejos para siempre y embarazada mezclándose con “Cantata de puentes amarilos”, canción en forma de suite que dura 9 minutos inspirada por un cuadro de Van Gogh rescatado a su vez por Antonin Artaud en su ensayo “Van Gogh, el suicidado de la sociedad”, que a su vez inspiró a Luis en el manifiesto que repartían en los shows presentando el disco, algo que ya hemos traído aquí. Ese manifiesto se llamaba “Rock, música dura. La suicidada de la sociedad”. Y asi todo.
Una de las mas celebradas creaciones de este disco es “Por”. Construida por Luis y su novia entonces Patricia Salazar, después la madre de sus 4 hijos, Dante, Catarina, Valentino y Vera. Una mujer única de gracia inigualable. Juntos hicieron la letra de “Por” que consiste en una serie de sustantivos sin hilo conductor, uno atrás de otro, que iban escribiendo de la misma manera, uno él, uno ella, con una sola preposición al final que era justamente por.
Emulando de alguna manera esos ejercicios literarios de Antonin Artaud, el autor del trascendente “El teatro y su Doble”, y de “Heliogábalo” historia del primer príncipe transgénero de la humanidad. Asesinado cruelmente demasiado joven.
Vale decir que poner de mascarón de proa a Artaud no aseguraba absolutamente nada aquí, ni desde lo artístico ni desde lo económico. Fue un disco que se planeó y se ejecutó desde la mas esclarecida libertad creativa. Inspirado por la obra del francés, que pasó su vida experimentando arte y terminó sus días de gira por varios loqueros.
“Por” tiene una letra deshilachada y carente de cualquier tipo de referencias, aun así, lo que ha generado pasado el tiempo este tema es inimaginable. Por citar dos brillantes ejemplos recientes que hacen de “Por” una gema basta nombrar el disco del gran pianista Diego Schissi “Te” que consiste en 19 temas instrumentales inspirados en las palabras que hacen “Por”, y el libro de Eduardo Berti, escritor argentino que ya había trabajado con Luis “Por, lecturas y reescrituras de una canción de Luis Alberto Spinetta” que aborda la canción brillantemente desde lo musical, lo narrativo y lo lúdico, ya que la edición incluye un juego de naipes ad hoc ilustrado con todos los sustantivos que nombra la canción.
Conozco y hablé con ambos del asunto y coincidieron en un punto, la genialidad que demuestra la canción, un juego entre una pareja de veinteañeros en una casa de Bajo Belgrano, que escuchando una música compuesta por ellos mismos empezaron a colocar palabras que armonizaran con esos acordes.
Muchos han intentado estudiar la secuencia, el metamensaje, algún código secreto o alguna deconstrucción de “Por” y a nada sólido han llegado. No hay lógica ni testamento alguno en la canción, es genio nomas. Salió perfecta. Tanto así que hoy a casi 50 años de compuesta acá estamos hablando de ella.
Incluida en el disco después de “Todas las hojas son del viento” 2´de amor por la ex novia embarazada lejos y de “Cementerio Club” un blues dark con Emilio en el bajo y su hermano Gustavo en batería que también lleva su propia historia, llega “Por”
Árbol hoja salto luz aproximación
Mueble lana gusto pie
Te mar gas mirada
Nube loba dedo cal gesticulador
Hijo cama menta sien
Rey fin sol amigos cruz
Alga dado cielo riel
Stalactita mirador
Corazón
Hombre rayo rayo felpa sed
Extremidad insolación parecer
Clavo coito dios temor mujer
Por
Solo acompañado por su guitarra acústica en algo más de minuto y medio Luis Alberto Spinetta cambió todo, y hasta hoy desmenuzamos la canción buscando algo más que una canción, eso es genialidad.
Mas de Artaud en el final.
Luis contaba de una vez, en ese año, en una razzia policial tan en boga en esa década nefasta socialmente hablando en este país, levantan a Luis y va a parar a un calabozo que había en la comisaria 31, en la avenida Cabildo. Sin nada que hacer mas que esperar que lo suelten empieza a mirar las paredes encontrando frente a él mismo, escrita a los apurones, un pedazo de canción que algún huésped anterior sin nada que hacer también escribió con un lápiz.
La canción era de él, de Artaud, justamente de “Cementerio Club”. La parte que dice
- ... que solo y triste voy a estar en este cementerio –
-¿Y vos qué hiciste? -le preguntamos.
Contestó :
Le escribí lo que seguía
-... que calor hará sin vos en verano –
En un par de años se cumplirán 50 años de Artaud.
Ya imagino la cantidad de homenajes y reescrituras que lloverán torrencialmente sobre nosotros.
Solo me atrevo a decir esto:
Nada, en absoluto, nada ni nadie logrará siquiera acercarse a la desmesurada belleza y originalidad de esta obra maestra.
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