Esta mañana, desde las 7, la Policía Bonaerense instaló puestos de control vehicular en el ingreso a la Panamericana mano hacia el norte, en la Autopista del Oeste, la Autopista Riccheri hacia el Sur y en el Puente Pueyrredón. Esto generó demoras en el tránsito y muchas quejas de los ocupantes de los vehículos, quienes circulan “a paso de hombre” y contaron que en los retenes les tomaron la temperatura.
La medida va de la mano con lo anticipado ayer por el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, quien había anunciado que se intensificarían los controles en los accesos, sobre todo los que vienen de la ciudad de Buenos Aires.
Fuentes cercanas al Gobierno provincial confirmaron que se trata de un “operativo sanitario” de las autoridades, para lo cual se requirió el apoyo de la Policía. Se toma la temperatura a algunos conductores y se registran los datos, pero de ninguna manera se está restringiendo la circulación, afirman.
Sin embargo, el control y el cierre de carriles están generando embotellamientos y largas filas de autos en la cercanía a las salidas de la Capital Federal hacia Provincia.
Eso ocurre en el kilómetro 12 del Acceso Norte, donde hay siete carriles cerrados y solo dos liberados al tránsito. Esto provocó la congestión que se registra desde la Avenida General Paz.
Como parte del operativo, los efectivos de seguridad instalaron carpas de salud. También controlan al transporte público de pasajeros, actualmente habilitado solo para trabajadores considerados esenciales. Por eso en estos casos sí se solicita el permiso de circulación correspondiente.
Usuarios de las autopistas manifestaron en las redes sociales su malestar por la imprevista situación. Compartieron videos en los que se observa las carpas sanitarias que montó la Policía en el marco del operativo. Algunos aseguraron incluso que, además de la temperatura, les pidieron la documentación para circular, aunque la limitación es entre las 20 y las 6.
“¿Por qué hay controles en Panamericana con colas de 12 km si de día se puede circular?”, se preguntó una, reclamando explicaciones. “A quién se le ocurre tomar la fiebre? Ni las ambulancias pueden pasar, son de terror! 1 hora frenados y seguimos...”, protestó otra con indignación.
El jefe de Gabinete, Carlos Bianco, desmintió que la Policía esté solicitando el permiso de circulación. “Obviamente en los horarios en los que no está permitido circular los controles son más estrictos y se les pide el certificado de Cuidar, cosa que en este caso no sucede. Lo que estamos haciendo ahora es un control sanitario, como lo hacemos sobre todo en los fines de semana”, dijo en diálogo con TN.
“Con una situación tan compleja, con tantos casos y muertes cotidianas, nos tenemos que mover lo menos posible, solo para ir al trabajo y a las actividades estrictamente obligatorias. El resto del tiempo tenemos que priorizar quedarnos en nuestras casas”, recomendó el funcionario.
“La huevada de controlar la Panamericana, la General Paz, el Acceso Oeste y demás... ¿Creen que con esas aglomeraciones están ayudando algo? ¿O sencillamente quieren que nadie circule libremente en horarios permitidos? ¿Quién va a poner limites a esta locura?”, manifestó otra usuaria que pasó por el lugar.
Quien también quedó en medio del embudo fue el médico pediatra y ex Presidente del Hospital Garrahan, Carlos Kambourian, que contó que llegó “tres horas tarde para atender pacientes” por el control “absurdo” en Panamericana.
Por otra parte, anoche se cerraron 18 accesos a la ciudad de Buenos Aires durante el horario de prohibición de circulación, entre las 20 y las 6. A lo largo de la avenida General Paz se restringió el paso en 16 bajadas, cruces de calles y puentes. Lo mismo ocurrió en los puentes Bosch y Pueyrredón viejo, ubicados al sur de la Ciudad. Esto se repetirá todas las noches hasta el 21 de mayo.
La Policía de la Ciudad además se ubicó en el puente Victorino de La Plaza, en Barracas; en avenida Rivadavia y Cuzco, Liniers; en avenida Beiró y Ostende, Villa Real; y por último en avenida San Martín y José León Cabezón, Villa Devoto. En esos lugares hizo controles vehiculares.
Además, como parte de la estrategia para hacer más efectivos los controles de movilidad, el gobierno porteño cerró siete estaciones de subte: Acoyte, en la Línea A; Dorrego y Callao, en la Línea B; Palermo y Callao, en la Línea D; Boedo, en la Línea E; y Caseros, en la línea Línea H.
Todas estas no funcionarán en las próximas tres semanas. Según señalaron las autoridades, esto permitirá administrar el ingreso de usuarios a las estaciones y tener una mayor precisión del aforo y de los permisos de cada usuario.
Todos estos controles se sumaron a los realizados por las fuerzas federales durante la noche. La Policía Federal Argentina (PFA) se ubica en Puente La Noria, el Camino de la Ribera y en el peaje de Autopista Panamericana, ramal Tigre.
En tanto, efectivos de la Prefectura Naval Argentina (PNA) están a cargo de retenes en la estación de peaje del ramal Campana de dicha autopista, y en los puentes Pueyrredón y Avellaneda.
Por último, la Gendarmería Nacional (GNA) controla los peajes Ituzaingó y ramal Pilar del Acceso Oeste y Autopista Panamericana, respectivamente; mientras que la Policía de Seguridad Aeroportuaria lo hace en la Autopista Richieri.
Fotos: Franco Fafasuli
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