La fila de autos esperando para cargar nafta o de gente portando bidones con la esperanza de llenarlos hasta el tope es interminable en algunos puntos de Neuquén. Todo es consecuencia del desabastecimiento de combustible que está generando la protesta de autoconvocados del sector de salud en el acceso a Vaca Muerta y otros 25 puntos de la provincia, que reclaman un incremento salarial en medio de la pandemia y nos son escuchados por las autoridades locales.
En algunos casos, los automovilistas hacen hasta cinco horas de cola y solo pueden cargar $1.500. Se la pasan día y noche frente a las estaciones de servicio esperando su turno para abastecer su tanques y así poder movilizarse para ir a trabajar.
“Al principio tuvimos un desabastecimiento total en las estaciones de YPF y poco a poco se fue solucionando trayendo combustible, sobre todo nafta súper, de otras provincias como San Luis, ya que todas las estaciones de Neuquén se abastecen de la planta de Plaza Huincul, que está 150 km de la ciudad”, detalló a Infobae Marcelo Pirri, secretario de la Cámara de Expendedores de Combustibles de Río Negro y Neuquén.
Si bien la situación es preocupante, desde el miércoles pasado empezó a llegar combustible desde Villa Mercedes, que se encuentra a 1.000 kilómetros de Nuequén. “No alcanzan las unidades de transporte para abastecer la gran demanda que tiene YPF acá, que abastece el 70% del mercado. A cada camión que venía de Huincul lo tenemos que reemplazar por cinco de San Luis”, señaló Pirri.
“Hoy el tema de la nafta súper está bastante solucionado porque se priorizó ese producto por sobre los demás. Pero tenemos inconvenientes con el gasoil común, que presenta mucha faltante en las estaciones de servicio; no así del gasoil premium porque no se trae desde Huincul sino de otras refinerías”, explicó.
Los cortes de ruta no solo se producen a largo de la zona petrolera, desde Neuquén capital y Cipolletti, sino que también afectan a Villa La Angostura, San Martín de los Andes y Río Negro, donde hay alrededor de 150 turistas que se encuentran varados sin poder regresar por tierra a sus viviendas y casi 1.200 camiones que no pueden llegar a destino.
En Zapala, el malestar de los transportistas se percibe a lo largo de 8 kilómetros de la ruta nacional 22, a la altura “El “Cristo, donde dejan pasar a cuenta gotas y por horario a algunos de los 80 camiones apostados en ese lugar.
A pesar de que la mayoría de los choferes comprende el reclamo de los trabajadores de la salud, piden que los manifestantes también entiendan que ellos necesitan continuar con su viaje porque vienen de recorrer distancias muy largas -algunos de Buenos Aires y otros de Uruguay- y necesitan realizar las entregas.
Este reclamo hizo que muchos vecinos se acercaran hasta la ruta para entregarles agua y comida mientras aguardan una solución definitiva. Conscientes de que son rehenes involuntarios de esta pelea y advertidos de que están racionando sus viandas para sobrevivir, hacen lo que está a su alcance porque los ven afectados emocionalmente y desamparados.
“Esto es Zapala, localidad importantísima de Neuquén. Al desabastecimiento allí se suma la falta de gas para muchos también. No sólo los gobiernos provincial y nacional no se ocupan de los médicos, están perjudicando a toda una provincia por ineptos”, tuiteó Francisco Sánchez, diputado nacional por Neuquén junto a un video en el que muestra un supermercado que tiene las heladeras sin cortes de carne y los cajones de frutas y verduras sin mercadería.
Tras 17 de días de bloqueos, muchos de los camioneros tuvieron que buscar caminos alternativos para ingresar a la provincia y es por eso que el desabastecimiento de alimentos aún no se siente con fuerza. Lo que sí hay es falta de variedad en la mercadería, sobre todo en Añelo, Rincón de los Sauces y Plaza Huincul.
Es que a la provisión irregular de productos también se sumó el miedo de muchos clientes que recurrieron a comprar más de lo que necesitaban para stockearse, sobre todo en la primera semana del inicio de las protestas y los supermercados no daban a tiempo de reponer las góndolas.
Así lo confirmó a Infobae Eduardo Del Prete, gerente de la cadena de supermercados La Anónima: “La sucursal más afectada fue la de Añelo, pero con el correr de los días nos fuimos reponiendo y logramos tener un abastecimiento acorde al momento que estamos atravesando. Es necesario aclarar que no hablar de desabastecimiento porque es una palabra muy fuerte que genera psicosis y hace que la gente salga a comprar más cuando no es necesario”.
Del Prete contó que varios de sus camiones pudieron ingresar a esas localidades cuando los manifestantes flexibilizaron los cortes y levantaron los piquetes por franjas horarias. “Fue más duro al principio porque nos agarró desprevenidos. Tal vez los camiones ahora demoren más en llegar y haya faltantes de algunos productos que estamos tratando de solucionar. Lo que no hay es variedad y quizás las marcas que ofrecemos no se ajustan a las que buscan nuestros clientes”
Además del faltante de naftas y alimentos, hay quiebre de stock de insumos para la actividad petrolera e industrial, alimento para el ganado, riesgo de pérdida de cosecha de frutos y parálisis de la actividad turística.
Esto sucede en momentos en los que el país necesita aumentar la producción en Vaca Muerta para limitar las necesidades de importación de gas cuando se avecina un aumento de la demanda ante el próximo invierno y en momentos en que el Gobierno busca proteger las reservas del Banco Central. En ese sentido, las petroleras informaron que este conflicto ya generó pérdidas económicas que rozan los USD 400 millones.
Para atender el reclamo, desde el gobierno de Neuquén habían propuesto el pago de una “asignación COVID” de $40.000, a pagar en cuatro cuotas; pero para los autoconvocados la oferta no fue suficiente y destacaron que “un bono no es una recomposición salarial”.
“En la medida en que los autoconvocados insistan en este formato de protesta salvaje, de tener de rehén a la población y con esta imposición en el marco de la negociación, no hay forma de llegar a un arreglo”, remarcó el ministro de Economía de Neuquén, Guillermo Pons, en diálogo con medios locales.
En tanto, desde el gobierno de Alberto Fernández miran de reojo la situación, aclararon que no piensan meterse en ese conflicto provincial y que entienden que la solución debe estar a cargo de la gestión del Movimiento Popular Neuquino, que gobierna desde 1963.
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