Empezó como un proyecto de la facultad haciendo gorras con retazos: hoy vende 150 mil unidades en el mundo

Pedro Roisman (28) estaba a punto de recibirse cuando ideó un proyecto sustentable para su carrera como Administrador de Empresas. El homenaje a su abuela, el cuidado del medio ambiente y el sueño cumplido -seis años más tarde- de expandirse a mercados como Estados Unidos con dos socios argentinos

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Pedro y Alejandro en Los
Pedro y Alejandro en Los Ángeles la nueva sede de la marca que nació como un proyecto de facultad

Hace exactamente seis años Pedro Roisman (28) creó su primera gorra con retazos de tela reciclada. Todavía cursaba la carrera de Administración de Empresas en la Universidad Católica Argentina (UCA), pero ya tenía en claro que sería el líder de su propio camino.

Ese modelo que armó para una materia de la facultad fue el inicio a lo que hoy se transformó en una marca de sombreros que no solo creció durante la pandemia, sino que cruzó fronteras.

“Siempre quise emprender. Nunca se me ocurrió tomar otra vía. Lo pensé, lo deseé y fui por eso”, le cuenta Pedro a Infobae. Así, el estudiante universitario dejó lugar a un emprendedor a cargo de nueve empleados, con proyección de expansión mundial a los Estados Unidos.

Martha es el nombre que eligió para dar vida a su idea eco friendly. Le pareció un nombre que “sonaba” a abuelas. Y lo hizo como un homenaje a ellas. Esa primera gorra que fabricó fue hecha a partir de un cubrecolcha que Luli, su abuela materna, le donó para su plan. “Estaba al tanto de lo que estaba preparando, y me acercó algo que para ella significaba mucho porque lo había comprado en un viaje. Todavía no le había puesto nombre a mi emprendimiento, pero con ese gesto de apoyo pensé que sería una linda manera de rendir tributo a esas personas que nos dejan un maravilloso legado como son los abuelos”, recuerda Pedro, que hoy no solo es fundador sino también CEO de su emprendimiento.

Pedro se crio y vivió toda su vida en San Isidro, en la zona Norte del Gran Buenos Aires. Viene de una familia de emprendedores en la industria de la decoración. “No sé si eso tuvo algo que ver, pero la pasión por lo que hacemos o por las ideas propias es algo que lo llevo en la sangre”, admite.

Allá por 2014 dio los primeros pasos. “Hice una pre venta de gorras (baseball cap) y nos fue muy bien. Al otro año ya teníamos cinco puntos de venta en los principales shoppings de Buenos Aires y alrededores. Siempre tuvo una buena recepción entre el público, tal es así que ahora proyectamos 150.000 unidades de ventas”, admite.

Desde entonces, se han producido 6 colecciones de headwear diferentes y algunas líneas de bolsos todos fabricados a partir de residuos textiles que compra o recibe de donaciones. “Como insumo principal usamos los retazos que la industria textil descarta y que representan hasta el 3% de los residuos urbanos”, relata.

Y sigue: “El concepto siempre fue el de crear conciencia por el medioambiente porque ese es un poco mi estilo de vida, el de estar en pleno contacto con la naturaleza desde el deporte o el ocio, para eso hay que cuidarlo. Me encanta los deportes al aire libre como el ski o el surf, es algo que práctico hace años y por eso estoy en sintonía con la naturaleza”.

Las gorras son hechas de
Las gorras son hechas de retazos de telas creando conciencia ambiental

De 1500 a 150.000 unidades

Con tanta repercusión positiva, Pedro tuvo que salir a buscar socios e invertir más de 10.000 dólares para dar el gran salto a escala. Fue ahí que sumó a dos amigos de la vida: Alejandro Machado (30) y Neil Johnson (28), que vive en Hong Kong. “Ale vino del mundo corporativo para hacer su aporte desde las finanzas y Neil emigró hace años y está muy involucrado en el rubro de la innovación. Así que fueron fundamentales para el crecimiento”,

En 2018, tras la incorporación de varios miembros nuevos al equipo, Martha dividió su negocio en dos áreas diferentes: minorista y corporativa. Mientras continúan diseñando colecciones inspiradas en la naturaleza para consumidores individuales, se desarrollan productos específicos destinados principalmente al merchandising de empresas.

“Tuve suerte, en todos estos años nunca nos fue mal, jamás perdimos plata. El crecimiento fue escalonado, y gradual”, destaca.

Diseñando para las personas y el planeta

Como bien dice su slogan, ‘diseñando para las personas y el planeta’ el leitmotiv de estos tres emprendedores sigue firme, aun en pandemia con un panorama de incertidumbre total y poca estabilidad económicas ellos fueron por más. El equipo se expandió a Hong Kong, sumando a Neil para aventurarse en nuevos materiales como poliéster reciclado hecho de botellas de plástico y fibras orgánicas, revolucionando el mercado.

“Hicimos un upgrade incorporando este novedoso material que le brinda mayor calidad. Desde Hong Kong, Neil se encarga de la cadena de producción para el mundo”, sostiene.

En Hong Kong implementaron una
En Hong Kong implementaron una línea con poliéster reciclado hecho de botellas de plástico y fibras orgánicas.

-¿Cuál es el secreto para emprender?

-En lo personal vencer los miedos y las barreras propias de lo desconocido. Ese es el piso para dar el primer paso. Después, que esa idea tenga poder de ejecución. Muchos piensan que lo más importante es tener esa idea, pero también hay que poder concretarla.

Imparable, apasionado, este 2021 ya empezaron con el pie derecho. La empresa fue certificada como B en cuanto a su preocupación por la ecología. “Esto significa que el modelo de negocio está validado con los más altos estándares en términos de desempeño social y ambiental, transparencia y responsabilidad corporativa”, dice orgulloso.

Lo que comenzó como un simple proyecto universitario se convirtió en una propuesta de solución al impacto ambiental negativo de la industria de la moda en Argentina. Ahora van por el mercado de los Estados Unidos, específicamente el de Los Ángeles que comulga con este estilo de vida.

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