El brusco crecimiento de los contagios en las últimas dos semanas, hizo encender todas las alarmas por una posible saturación del sistema de salud. Tres indicadores despiertan especial preocupación: el nivel de ocupación de las camas de terapia intensiva, con pacientes más jóvenes que en la primera ola, y períodos de estadías en terapia más prolongadas, justamente por la menor edad.
“La situación es delicada y estamos preocupados, el sistema de salud está en tensión. No es lo mismo que en 2020. El aumento acelerado hace que se haya puesto en tensión sobre todo las camas de terapia intensiva”, sostuvo la ministra del área Carla Vizzotti el miércoles en conferencia de prensa.” Y agregó: “Estamos en un momento de aumento acelerado de casos, lo que hace que se haya puesto en tensión las camas de terapia intensiva, sobre todo en el sector privado, y con un porcentaje importante de ocupación de camas no Covid porque nuestro sistema de salud se encontró trabajando dando respuesta a la demanda retenida, a otras patologías que debían atenderse”.
El promedio de los nuevos casos diarios creció en las últimas dos semanas un 89% a nivel nacional. En consecuencia, las camas de cuidados intensivos también pasaron a ocuparse a una velocidad mayor de la prevista. La ocupación de plazas UTI a principios de marzo era en todo el país del 54%, incluyendo todas las patologías y hospitales públicos y privados. Ahora es del 64%.
Pero el aumento más preocupante se observa en el Área Metropolitana de Buenos Aires, donde la ocupación escaló al 72,5%. Hace dos semanas, estaba en el 61,5%.
Por este motivo, Vizzoti puso especial hincapié en el distrito porteño y los 40 municipios del conurbano que conforman el AMBA.”Se está trabajando muy fuerte en el Área Metropolitana de Buenos Aires, que es el lugar donde está aumentando en forma más acelerada el número” para “volver a expandir la posibilidad de camas de terapia intensiva y también trabajando fuertemente para poder generar ámbitos de internación o aislamiento de pacientes leves en ámbitos no hospitalarios”.
La ocupación de camas UTI en PBA y CABA
Según le dijo Carlos Bianco, jefe de Gabinete del Gobierno bonaerense a Infobae esta semana, la Provincia de Buenos Aires tiene “más de 1.600 camas de terapia intensiva libre en el sistema público y privado, 900 de la región AMBA”. “No estamos con un sistema saturado, pero sí aumentó la ocupación. Hoy estamos en un 70% de ocupación de camas en el AMBA, cosa que nos empieza a preocupar de todos modos. El sistema no se satura cuando llega al 100%, sino cuando empieza a incrementarse la capacidad. Se empiezan a hacer más complejas las derivaciones y hay que derivar a lugares más lejanos. Estamos poniendo las alertas del caso”.
Desde la cartera sanitaria bonaerense, ante la consulta de Infobae, precisaron que en la provincia de Buenos Aires la ocupación de camas UTI, “al día de ayer (por el miércoles) se contaban con 1.686 camas libres, pero la velocidad de ocupación es muy rápida y obliga a tomar decisiones para evitar el colapso sanitario”.
Este panorama es el que activó las alertas en el gobernador bonaerense Axel Kicillof y su ministro de Salud, Daniel Gollán. La vicepresidenta Cristina Kirchner consultó al mandatario bonaerense sobre la situación y su respuesta, según pudo saber Infobae, habría sido que “quedaban camas para siete días” con el actual nivel de demanda.
En la Ciudad de Buenos Aires, el 31 de marzo, había 148 camas ocupadas en el sistema público, de las 450 disponibles en ese sector. Según los datos de ayer jueves, permanecían ocupadas 241, lo cual representa un 63% de aumento en solo 14 días.
En tanto, los pacientes que requirieron el uso del respirador en la Ciudad, aumentaron en 14 días un 65%. El 30 de marzo había 97 casos y el 12 de abril, 160.
En el sector privado, la situación es más crítica ya que la ocupación de camas con cuidados intensivos y respiradores está en un 95% en promedio en los sanatorios del AMBA. “Algunas instituciones están en el 90 y otras en el 100%. Esta segunda ola nos agarra con los sanatorios que ya venían con una ocupación de enfermedades no relacionadas con COVID-19″, explicaron desde la Unión Argentina de la salud (UAS) a Infobae.
“Que hoy el sistema esté trabajando al 95% significa que cuando una ambulancia retira a un paciente en un domicilio, y empieza a buscar camas en todo el sector privado del AMBA, puede pasar entre 4 o 5 horas buscando una plaza hasta que el call center de la mesa de entradas de las prepaga identifica donde una cama disponible”, señaló la fuente de la UAS.
“Por otro lado, un 95% de las camas de terapias ocupadas implica, en realidad, tener una ocupación a pleno, porque hay que tener un backup para pacientes internados en sala común o las urgencias, por un infarto, un parto o un accidente, por ejemplo. Si un paciente en sala común se descompensa, hay que mandarlo a terapia del mismo sanatorio, no se lo manda a otro sanatorio”, agregó la fuente del sector privado.
Otro referente de una empresa de medicina prepaga agrega que, de ese 95% de camas UTI ocupadas, entre un 60% y un 70% corresponden a pacientes con COVID-19. “Depende del centro. No es lo mismo una clínica general que un centro de alta complejidad como el Hospital Alemán por ejemplo”.
Para ejemplificar el panorama que enfrenta hoy el sector privado, afirma. “Hoy tenés 70 personas esperando una cama de internación en una guardia. En los momentos de mayor demanda, tenías 20”. Aunque aclara, que en esa espera en la guardia, mientras tanto, se puede asistir al paciente “con un monitor y un respirador. Cuando la situación se desborda, por cada cama que te falta se mueren tres personas”.
Frente a esta situación, y para evitar un colapso del sistema, clínicas y sanatorios privados empezaron desde hace dos semanas a suspender cirugías programadas para liberar camas de terapia intensiva. “Se vino haciendo una desprogramación de aquellos que se pueden desprogramar, pero eso te da cosas comunes, no camas de terapia. Pero hay un porcentaje que no se puede pasar para más adelante. Y un trasplante bipulmonar lleva 10 días de internación”, señalan desde una prepaga.
Lo otro que está haciendo el sector privado “medicalizar”: ampliar las camas para pacientes con COVID, leves, en hoteles que alquilan las propias prepagas para sus afiliados, como prolongación de sus sanatorios. “Con el concepto de internación domiciliaria, podes optimizar la atención en un solo hotel, con todo un equipo médico, con enfermería, kinesiologia y equipos de oxigeno, y tenés un sistema de derivación en caso de urgencia”, explican en una de las principales prepagas del AMBA a Infobae. Esta modalidad comenzó a finales de marzo cuando comenzaron a subir los casos, y fueron autorizados por el Ministerio de Salud porteño y bonaerense.
Y en paralelo a esa ampliación de camas para casos sin complicaciones en hoteles, agregaron que están “complejizando las camas comunes en los sanatorios”. Aunque admiten que “el limitante es el recurso humano”.
Si bien hoy la casi saturación de camas de terapia se da hoy en el sector privado de la salud, desde el sector público miran con mucha atención la ocupación en hospitales por la vertiginosidad de los contagios. “El año pasado, el virus comenzó por el sector socioeconómico medio y medio-alto, y luego comenzaron a subir los casos en el nivel socioeconómico más bajo. Si la curva sigue subiendo como estas últimas semanas, es factible que en los próximos días, ese 95% alcance también a la atención pública”, especuló la fuente de la UAS.
Pacientes más jóvenes en UTI
El dato nuevo es que las camas para pacientes graves, a diferencia del año pasado, están comenzando a ocuparse por pacientes más jóvenes.
Durante la primera quincena de marzo pasado, el 30% de las camas UTI estaban ocupadas por pacientes de menos de 60 años. En los últimos 14 días, ese porcentaje comenzó a subir y es del 34%.
Hoy, solo el 66% de las camas de terapia están ocupadas por pacientes que tienen más de esa edad, según surge del dataset del Ministerio de Salud de Nación, que se actualiza diariamente y analizó Infobae.
“En la primera ola, los pacientes en camas UTI tenían un promedio de edad de 70-80 años, porque el virus afectaba mucho más a los adultos mayores, muchos de los cuales se morían. Hoy la edad de contagios está por debajo de los 50 años. Entonces, esa persona más joven que que entra a terapia, está mucho más tiempo en cuidados intensivos que un adulto mayor, y agrava la saturación del sistema”, advirtió la fuente de la UAS.
“Todos los casos que se internan ahora en el sistema privado son más jóvenes. El año pasado, en promedio, el que falleció tenía 75 años. Ahora, la edad bajó entre 10 y 15 años. En gran parte, porque los adultos mayores están en su mayoría vacunados con una dosis contra el COVID”, señalan desde una de las principales prepagas.
Desde la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva observan el aumento de ingreso a camas de Terapia Intensiva en población joven, sin comorbilidades, los que “un 5% pueden evolucionar mal y un 2% necesitar respirador”.
En cuanto al uso de respiradores, a principios de marzo, los pacientes de entre 50 y 59 años ocupaban el 16% con relación al total de los pacientes intubados por Covid. En las últimas dos semanas ese valor aumentó al 19%.
A nivel nacional, casi el 70% de los respiradores están ocupados por mayores de 60 años y el 30% por menores de esa edad.
La edad de los contagiados
Con los 24 contagios reportados en las últimas 24 horas, Argentina acumula 2.629.156 casos. Pero mientras que en la primera quincena de marzo pasado, el 83% de los contagiados tenían menos de 60 años de edad; en los últimos 14 días, ese número aumentó al 87%.
Los contagios en mayores de 60 años, en cambio, muestran una tendencia a la baja: en los primeros quince días de marzo representaban el 17% del total; y en los últimos 14 días el 13%.
Durante la primera ola, el grupo etario de entre 20 y 29 años representaba el 20% de los contagios; en los últimos días, subió al 23%
El grupo que más creció fue el de los adolescentes; la franja que va de los 10 a los 19 años. En la primera quincena de octubre pasado, durante el pico de la primera ola, hubo 8.380 contagios en ese rango etario. En las últimas dos semanas, se registraron 18.331, es decir más del doble.
Fallecimientos
En las últimas 24 fueron reportados 383 muertos, una cifra que no es la más alta del año –el 18 de enero se habían reportado 424 fallecimientos–, pero que se acerca al pico que hubo el 9 de octubre cuando se informaron 515 muertos en un solo día, en el punto más álgido de la primera ola de la pandemia. En las dos últimas semanas, hubo un aumento de los muertos diario promedio del 128%. El 2 de abril, el promedio semanal era de 113 fallecidos por día. Con los datos de ayer, ese promedio escaló a 258.
Y si bien los menores de 60 son los que más se contagian, los que más pierden la vida siguen siendo los adultos mayores. Los decesos por coronavirus suman hoy en el país 58.925.
De los números de las últimas dos semanas, mientras el 87% de los contagios se da en los menores de 60 años, en términos de fallecidos es casi al revés: el 81% tiene más de esa edad.
Sin embargo, si se compara la primera quincena de marzo con la primera de abril, los muertos por COVID-19 hubo una variación: los fallecidos menores de 60 años aumentaron del 17% al 19% y los mayores, bajaron del 83% al 81%.
En la Ciudad de Buenos Aires, el 87% de positivos fallecidos tiene más de 60 años. Y la edad promedio de los fallecidos por COVID-19 no ha variado desde la primera ola hasta el presente, y se mantiene en 77 años.
Cómo se procesó la información
La Unidad de Datos de Infobae procesa diariamente el repositorio de datos abiertos sobre COVID-19 del Ministerio de Salud de la Nación.
Sobre la base de esa información, se analizaron tres períodos: el pico de la primera ola que se produjo entre el 15 y 30 de octubre del año pasado; las dos semanas que van del 1 al 14 de marzo pasado y los últimos 14 días.
Con los datos de casos, fallecidos, internaciones en UTI y uso de respiradores, se construyeron los porcentajes para cada grupo etario.
Si desea visualizar y/o descargar la hoja de cálculo con los datos, siga este enlace.
Visualizaciones: Daniela Czibener
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