“Hoy les vamos presentar a una autora con poca trayectoria pero mucho talento”, anuncia Eliana Epelbaum (43) -Coordinadora del área de Voluntariado de AMIA- desde la pantalla de Zoom. El misterio se develó cuando apareció, en uno de los cuadritos de la charla, una niña pampeana de apenas 8 años, Ada Azul Portillo, autora de un cuento premiado: Ada y su piano.
Azu, como le dicen cariñosamente, participó del Proyecto CuentaCuentos, que existe desde fines de 2018 en ese departamento de la mutual judía. Epelbaum leyó la nota de Infobae publicada el pasado 10 de marzo, y la convocó para el encuentro virtual de capacitación que se realiza una vez por mes.
En estas reuniones los voluntarios leen narraciones a los más chicos y tienen como objetivo generar la donación de ejemplares a la red de hogares y hospitales de la Ciudad de Buenos Aires. Siempre son adultos quienes le ponen voz a las historias, por eso la presencia de Azul emocionó a todos los presentes.
Azu es hija de Melina Scheffer (39) y Martín Portillo (40) y hermana menor de Ignacio. Ya en la salita de cuatro aprendió a leer y escribir, y le pidió a su mamá que le comprara libros. El ritual entre madre e hija se convirtió en un hábito en la familia Portillo, que se volvió más frecuente en la pandemia. “El momento de la lectura es la manera que encontramos para conectarnos, nos lleva a viajar a otros mundos y los hacemos con mucho disfrute”, coinciden Melina y Martin, que estuvieron compartiendo la sesión virtual.
En plena pandemia, la niña escribió su primer libro. Eso no es todo, desde los cinco que participa en talleres literarios y competencias de narración nacionales e internacionales. “Al tener experiencia no le resultó difícil leer y que la escuchen”, dijo Melina. Algo que las voluntarias destacaron es que la pequeña “es dulce, expresiva y tiene mucha soltura”.
Los días previos al encuentro, Melina y Epelbaum mantuvieron encuentros vía Zoom para preparar la presentación. “Estaba muy contenta y entusiasmada por la convocatoria. Le contó a todos que presentaría su libro en la AMIA”, relató su madre. “Rescató los bocetos y el material que guarda en un caja de madera para mostrar como fue el proceso”, agregó.
Melina -comprometida con la educación de sus hijos- se encargó a su vez de mostrarle el edificio de la AMIA a través de fotos. “Le trasmití el peso de esta la comunidad, y todos los valores que apoyan, que en definitiva son los que quiero para ella”, destaca la mamá de Azu.
Las inquietudes de la niña no se limitan a la escritura. Es muy curiosa y también ama la gimnasia artística, danza, taekwondo y ballet: “Cada vez que se ha presentado en el teatro por ballet o por sus clases de teatro siempre la hemos esperado en primera fila con flores.En sus ojitos y su sonrisa se refleja la alegría al recibirlas. Para este día le preparé un ramo especial”.
Por su don para la narración, en 2020 Azu fue convocada para participar de un concurso de escritura infantil “Un cuento de película” (organizado por la cooperativa La Comunitaria) donde obtuvo el primer lugar. “Había chicos de todas las edades y nacionalidades. Todo lo hizo por Zoom, y estaba súper entusiasmada”, dice Melina.
Durante ese taller, Azu escribió Ada y el Piano a mano, en su cuaderno preferido. La protagonista podría ser la propia Azul, el piano el que está en el living de su casa, y Chilote el perro chihuaha que tiene como mascota.
La historia trata de una nena -la protagonista- que tiene un piano en su casa, al que describe como algo luminoso, mágico. Se acerca a tocar las teclas pero no sabía como generar la melodía. Le pregunta a su madre, que tampoco tenía conocimiento en el tema, entonces se le ocurre ir al sótano a explorar junto a su perrito. Allí encuentra una caja resplandeciente, la abre y encuentra partituras. De ahí surge la magia.
Ada y su piano también se convirtió en un cortometraje por obtener el primer premio. La niña hizo, además, las ilustraciones de su libro. Para eso tuvo la ayuda de su maestra de arte. Durante algunas semanas se reunieron a pintar en acuarela y darle color a las palabras. “Me contacté con su editorial, cerca en Santa Rosa, y les conté la idea, no dudaron en darme el sí”, explicó la mamá.
El objetivo de la familia nunca fue comercializar el libro. De hecho, solo se hicieron 12 ejemplares. “Hemos incrementado las impresiones porque muchos niños se lo han pedido, así que nada mejor que regalar un libro con el amor y el valor que tiene”.
La otra sorpresa del zoom fue la presencia de la reconocida escritora Marta Cardoso, también de La Pampa. La pequeña es fanática de su literatura y también alumna de esta. Al finalizar la lectura le dedicó unas palabras: “Agradezco que le brinden este espacio. Al trabajar con la palabra Azul está construyendo su voz narradora”, dijo. Además, destacó la labor de la familia Portillo en estimularla. “Ojalá todos los padres llevarán así de la mano a los niños a sus sueños”.
Este encuentro quedará marcado tanto para Azul como para el proyecto de Cuentacuentos de la AMIA “Fue un momento momento tan bonito e importante para ella. Por acá tenemos el corazón colmado de emoción, nos sentimos bendecidos”, concluyó Epelbaum.
SEGUIR LEYENDO: