Juanse, los Ratones Paranoicos, un bar que nunca cerraba y una canción de las noches lisérgicas de los 80

Con él hemos compartido shows, viajes, vidas familiares, accidentes, noches gloriosas, días interminables. Me lo presentó Geniol, el que canta con vos finita La rubia tarda con Luca Prodan. Y nos hicimos muy amigos. Esta es la historia detrás de Rainbow, un tema incluido en el álbum Los chicos quieren rock y que cuenta la sorprendente historia de los jóvenes que iban a buscar frenéticamente LSD a los bares donde los músicos esperaban el amanecer

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Juanse, uno de los mas
Juanse, uno de los mas exitosos, populares y prolíficos compositores del que se tenga noticia en la música popular de Latinoamérica (Netlfix/Rocanrol Cowboys)

Cuando era chiquito se decía en los barrios que si tomabas Geniol con Coca te drogabas.

Con el tiempo Geniol con Coca fue un clown del demonio que andaba por la noche porteña vestido como un guasón con un perro de peluche atado a su cintura y jugando magistralmente con un yo-yo. Tomaba por asalto cuanto escenario del under estuviera funcionando con quien sea y siempre era ovacionado por esos chicos que eran la intelligentzia de la ciudad y veían en él vaya a saber qué cosa.

Geniol es el que canta con Luca Prodan en La rubia tarada con voz finita. Lo conocí un día que le vino a comprar a mi viejo una de las máquinas serigráficas que mi padre fabricaba. Geniol fue el que un día en 1981 me dijo que tenía que ir a ver a unos chicos de Villa Devoto que tocaban en un boliche de Avenida del Libertador que se llamaba DiscoBar, cerca del bajo de San Isidro. Allí fui entonces y lo veo a Geniol con Coca en acción jugando al yo-yo entre los Ratones Paranoicos, el público, los equipos de sonido y los de seguridad que no estaban muy convencidos de la calidad artística de su performance.

Así conocí a los Ratones Paranoicos, Juanse Gutiérrez, Sarcófago Sarcos, Roy Quiroga y el genial Pablo Memi . De allí en más todos terminamos amigos hasta hoy.

Los Ratones Paranoicos (Netlfix/Rocanrol Cowboys)
Los Ratones Paranoicos (Netlfix/Rocanrol Cowboys)

Siempre digo que el homenaje pendiente en el rock argentino, que se especializa en homenajear a cualquiera, es el homenaje a Juanse, uno de los mas exitosos, populares y prolíficos compositores del que se tenga noticia en la música popular de Latinoamérica. Su lista de éxitos y grandes éxitos es interminable, desde Sucia Estrella y Descerebrado de su primer disco pasando por Rock del gato, Rock del pedazo, Carol, Vicio, Para siempre y así podemos seguir 20 renglones más.

Hemos compartido juntos shows, viajes, vidas familiares, accidentes, noches gloriosas, días interminables y lo que se pueda ocurrir en cualquier mente humana. Fui el primero en pasarlos en una radio, y siempre admiré a estos chavales hasta el paroxismo, sobre todo por la pasión y el talento que desplegaban en cada una de sus actuaciones.

La historia entre quien les habla y los Paranoicos es extensa, así que me detendré en una de esas canciones que marcaron la vida de todos nosotros sin que la incluyan jamás en un grandes éxitos ni sea de las más difundidas. Aunque es para mí, y comparto esto con Juanse, una de las canciones mas representativas de la época.

Rainbow, Los Ratones Paranoicos

La canción se llama Rainbow y está incluida en el segundo disco de la banda que se titula Los chicos quieren rock. Uno de los segundos disco más brillantes de la historia del rock nacional.

Rainbow es una canción de lo más elemental, con un riff de guitarra hipnótico y una letra que dice todo el tiempo como un mantra:

Va de Rainbow, a los bares

Sale de Rainbow, se agita en los bares”

“La aparición del segundo disco
“La aparición del segundo disco hizo que tuviéramos que preparar una artillería mas profunda, porque Gustavo Nosferatu Gauvry, productor artístico y factótum del grupo, nos presionaba para que compactemos más el repertorio, alejándonos del rock de garaje del primer disco” (Netlfix/Rocanrol Cowboys)

Es que esa es la historia, y transcribo una conversación al respecto que mantuve con Juanse hace unos días.

Rainbow es una canción de la primer etapa de la formación definitiva de los Ratones. La primer formación tocaba mucho pero nunca tuvo disco, Fabián Nuñez en batería, Gaby Carámbula conmigo en guitarras y Pablo Memi en bajo. Cuando Gabriel se va a Alto Voltaje, que era su grupo propio, es que entra Sarcófago a reemplazarlo y empezamos a ensayar un montón de bases. Yo ya tenía bastante estructura pero nada definido. De ahí son el Rock del pedazo, la Orden de Dora, Autocine, Sedán y entre esas canciones estaba Rainbow”, me cuenta.

Y agrega: “Ahora, no solamente ensayábamos, sino que también salíamos todas las noches, de lunes a lunes. Entre todas las cosas que hacíamos, generalmente al final de las noches llegábamos a Rainbow porque era un local que estaba abierto hasta muy tarde, que tuvo varias direcciones aquí en la capital, pero especialmente en esta de Santa Fe y Paraná, ubicado en un primer piso muy bien puesto. Ahí estaba Rainbow”.

El hada violada, Los Ratones Paranoicos

“Pasaba que no nos podíamos quedar las 12 horas que nos restaban ahí adentro todo el tiempo. Más en esa época que era la más lisérgica de los 80´s. De manera que para hacer un break en nuestra estadía en Rainbow nos íbamos a un bar que quedaba enfrente y ahí nos quedábamos hasta que nos aburríamos de ese bar y nos íbamos a otro, ocupándonos de hacer una devolución de afecto entre los chicos que se arrimaban a nosotros por ser una banda”, recuerda.

Fue una gran época de ser dueños de una adolescencia dinámica. Así que cuando demeamos la canción, le pusimos esa letra que hablaba de aquella actividad nocturna, marginal. Y terminamos incluyéndola en el segundo disco si bien yo quería ponerla en el primero”, dice.

Juanse sigue: “La aparición del segundo disco hizo que tuviéramos que preparar una artillería mas profunda, porque Gustavo Nosferatu Gauvry, productor artístico y factótum del grupo, nos presionaba para que compactemos más el repertorio, alejándonos del rock de garaje del primer disco, acercándonos más temáticamente a Lou Reed, Sex Pistols, New York Dolls y a nuestros tan escuchados Rolling Stones”.

Carol, Los Ratones Paranoicos

“Incluimos Rainbow porque era una canción para los Ratones y los amigos muy paradigmática, con una letra que relataba una historia muy abstractamente, pero refleja una parte de lo que todos nosotros vivíamos. Así quedó, y la historia es lo que escuchás en esa canción, la imagen de esos marginetos que iban a buscar frenéticamente LSD a los bares donde nosotros estábamos”, concluye.

Así eran las noches en esos años iniciáticos de una década que cambió la vida de todos los que teníamos 20 años. La dictadura estaba mostrando las feas hilachas que la harían terminar mas bochornosamente de como había comenzado, los jóvenes teníamos ya un circuito donde movernos con cierta comodidad lejos de las balas y los carros de asalto, y lugares que se cuidaban discrecionalmente más que las novias.

Había entre la muchachada un preclaro concepto de cuidado colectivo. Se hacían amistades eternas en una noche y nadie delataba a ninguno delante de quien se pusiera.

Enlace, Los Ratones Paranoicos en Cemento (1989)

Por el lado de Los chicos quieren rock y de canciones como Rainbow o El hada violada o Carol es que Ratones Paranoicos emerge del underground y se coloca a la altura de los consagrados del rock argentino. Hablando de la lista de grandes éxitos para el homenaje de Juanse Gutiérrez, rebautizado para los íntimos JohnC por el comandante Charly G, y ahijado musical de Pappo y Luis Alberto Spinetta, en ese álbum estallaron en la difusión radial, además de Rainbow, Enlace, Carol, Una noche no hace mal y El hada violada. Me atrevo a colocar a Los chicos quieren rock en el panteón de los más grandes discos de música argentina de finales el siglo pasado.

Vuelvo al testimonio de mi adorado Juanse.

“Con ese disco entramos en la agencia de Carlos Rodríguez Ares, que tenía entre otros a Virus y Soda Stereo, y llegábamos a hacer entre 4 o 5 shows por noche. Algo casi imposible para una banda de rock. En medio de ese vértigo llegamos a Cemento que estaba colmado, casi peligrosamente rebalsado. No sé de dónde veníamos. Era una noche rara porque en Cemento estabas todo el día del show, probando sonido a la tarde, después nos quedábamos ahí un rato, nos íbamos a casa y volvíamos tipo 2 o 3 de la madrugada para instalarnos en el camarín del fondo esperando empezar a tocar tipo 4, a veces a las 5, nunca sabíamos bien. No había horarios para actuar en Cemento”, recuerda.

Rocanrol Cowboys, trailer oficial de Netflix del documental Ratones Paranoicos

Juanse continua con su relato: “Me acuerdo que veníamos de San Justo o de Banfield y llegamos totalmente desintegrados, no sé si era el segundo o tercer show. La gente estaba increíble, nos tiraba de todo al escenario: billeteras, drogas, documentos, las llaves del auto... Nos tiraban todo tipo de elementos, incluidos algunos de gran valor. Pero me acuerdo como si fuera hoy que había un pibe que me gritaba todo el tiempo ¡Rainbow, Rainbow...! hasta cansarme. La letra de la canción era... ‘Va de Rainbow, a los bares, sale de Rainbow’, era eso nada más. Salías de Rainbow, ibas a comprar al bar y volvías a Rainbow, y salías otra vez a comprar y volvías a Rainbow. Así. Y me acuerdo que gritaba tanto, lo pedía tanto...y nosotros no lo teníamos que tocar hasta casi el final del show. Bueno, queda un minuto de silencio roto en medio del caos que era Cemento esa noche, entre el ruido, el vapor de los equipos, las luces de escenario, los acoples y el murmullo gritado de la gente... entonces me acerco al pibe y le pregunto qué es lo que quería. Entonces el pibe me grita: ‘¡Padre Rainbow...!! ¡Toquen Padre Rainbow...!’”.

Y riéndose Juanse me dice: “Siempre creí que eso fue una premonición. Ése pibito desconocido diciéndome donde iba a terminar. Una premonición nacida de la cacofonía de las noches eternas de los 80´s, una premonición de jarra loca..”.

Y entre risas chocamos las palmas de las manos y acá seguimos viviendo.

¡¡¡Gracias JohnC !!!

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