Paulo Vilouta: “Aspiro a una Argentina con menos pasado y más presente, con menos Cristina y menos Mauricio”

En diálogo con Infobae, el periodista habló sobre su presente como conductor y de su rol como “el reemplanzante perfecto”. También opinó de fútbol y de los principales dirigentes políticos

Guardar
Paulo Vilouta (Thomas Khazki)
Paulo Vilouta (Thomas Khazki)

Su primer trabajo en los medios fue a los 18 años como periodista deportivo. Aunque había comenzado la carrera de Derecho, sabía que no iba a ser abogado. Su paso por Polémica en el Fútbol, en Canal 13, con más de 60 puntos de rating lo sacó del anonimato y lo formó en la profesión. Hoy se encuentra agradecido con Fernando Niembro, Marcelo Araujo, los Vila y los Ávila, porque lo convirtieron en el periodista que es. Lejos de esa realidad, Vilouta se siente muy seguro de su trabajo y entiende las reglas del juego.

Cuando cayó el gobierno de Fernando De la Rúa, tuvo su momento bisagra, comenzó a involucrarse con la actualidad y a pesar de no sentirse cómodo al principio, hoy es un periodista todo terreno.

En una charla distendida con Infobae, el conductor de Vilouta 910, habló de todo. Está feliz de conducir la primera mañana en La Red y con su participación preponderante en Intratables. También recordó varias anécdotas: el día que se enojó con el vocero presidencial de Mauricio Macri y cuando Julio Grondona intentó comprarlo.

Sobre Alberto Fernández, afirmó: “Lo veo flojo. Me hubiese gustado que el rol protagónico lo tenga él. Y no que cada vez que habla Cristina tiemble absolutamente todo”. De este Gobierno solo destaca a Axel Kicillof: “Es jóven, honesto y transparente. No es un gobernador corrupto”.

De periodista deportivo a conductor de Intratables

—¿En qué momento de su vida profesional se siente?

—En un lindo momento. Yo creo que son todos buenos, porque en todos los momentos hay expectativas. Yo nunca me fijé mucha meta, sino que fui disfrutando cada uno de los momentos. Trabajé con gente importante siempre y en lugares destacados. Trabajé muchos años en dos empresas a la vez, en Torneos y Competencias, donde estuve hasta el 2014, más o menos, y en el Grupo América. Entonces, como que fui creciendo profesionalmente con gente que conozco de toda la vida. Mantuve la carrera más nivelada en ese sentido.

—Desde sus inicios al presente, ¿cuáles fueron los momentos bisagra de su carrera?

—El primer momento bisagra fue cuando tenía 19 años, cuando me dijeron, por primera vez: “Vas a hacer un partido”. El segundo fue trabajar en la tele, porque en el año 86, yo hacía Polémica en el Fútbol en Canal 13, y me dijeron: “¿Te animás a ser un panelista? porque se van Apo, Ibarra y Paenza a México”. Y yo acepté y me fui de mi casa a hacer Polémica en el Fútbol, en el mes del Mundial; el programa en esos tiempos medía 60 puntos de rating y hacíamos la previa, el post y Argentina campeón. Yo salí de mi casa siendo un pibe que iba al colegio hasta el año anterior y, cuando salí del canal la primera vez, la gente me reconocía, me saludaba y yo decía: “¿Qué es esto?”. El tercer momento se dio cuando empecé a hacer actualidad. Yo medio me negaba porque trabajaba en La Red y a la tarde con Araujo, pero a la noche empecé a hacer un magazine y ahí es donde empecé a hablar de actualidad, porque cayó el gobierno de De la Rúa, tuvimos el accidente de LAPA en Aeroparque, entre otras cosas. Yo tenía dudas porque la gente me identificaba solo con el fútbol y me hicieron ver que, por ejemplo, Nelson Castro, Mauro Viale, Víctor Hugo, Néstor Ibarra, empezaron como periodistas deportivos. Ahí me empecé a convencer y la gente lo aceptó.

Paulo Vilouta en Polémica en el Fútbol. Canal 13. (1986)
Paulo Vilouta en Polémica en el Fútbol. Canal 13. (1986)

—¿Cómo es conducir Intratables, la dualidad de ser panelista un día y al otro conductor?

—Y, es mucho más cómodo ser panelista o columnista en la radio, porque el columnista o el panelista interviene cuando quiere, o cuando lo convoca el conductor. En cambio, el conductor es el que lleva el hilo del programa, además en Intratables lo que hay que buscar es una cohesión entre los invitados, entre los panelistas, que haya debate, que no se quede frenado el programa. Vos estás como a 220. La ventaja que tiene el que proviene del fútbol es que generalmente es muy buen bastonero. ¿Por qué? Porque nosotros hacíamos esas previas, que es lo anterior a un partido, tal vez de dos o tres horas. Entonces tenés el hilo de la conducción muy impregnado. Y yo cuando voy al medio, en Intratables, siento eso, que tengo un poco el espíritu del periodista deportivo de la previa. Vamos para acá, vamos para allá. Es cansador, pero bueno, es nuestro trabajo.

—Fue el primer periodista en ganar un Martin Fierro en el rubro “Mejor Panelista”. Entonces, ¿qué cree que debe tener un buen panelista?

—Creo que el panelista debe tener también la aceptación del conductor. Cuando lo gané conducía Santiago del Moro, que me adora. Y bueno, tal vez eso hizo que él me potencie. El panelista tiene que estar atento a saber levantar el programa cuando hay que levantarlo, a cambiar de tema cuando está medio agotado. El panelista tiene que estar activo. Y en los programas como Intratables decimos que es como Twitter, son 140 caracteres, vos tenés que tener el látigo y ser rápido. Si yo quiero explicar una teoría y ponerme a disertar cuatro minutos el conductor no me va a dejar.

Paulo Vilouta, feliz con su Martín Fierro a mejor panelista, por su labor en Intratables
Paulo Vilouta, feliz con su Martín Fierro a mejor panelista, por su labor en Intratables

—¿A usted siempre lo convocan para reemplazar a distintos conductores? ¿Cómo vive esa idea de ser el “perfecto reemplazante”?

—Y sí, en un momento lo charlé con amigos y lo charlé con el propio Eduardo Feinmann. Porque Eduardo reemplazaba mucho a Oro, al Negro. Y Eduardo pasó, en un momento, de número dos a ser número uno, en la tele, en la radio. Lo charlamos un día porque en un momento sentí que era un muy buen Portales para un Olmedo; porque Olmedo sin Portales funcionaba distinto, pero Portales fue un gran actor, aunque siempre estuvo a la sombra de Alberto Olmedo. Y digo: “Bueno, por ahí me tocó una carrera donde soy un muy buen segundo y reemplazo”. Me pasó en la tele también con Santiago del Moro y, ahora, me pasa con Fabián Doman.

En un momento sentí que era un muy buen Portales para un Olmedo

—¿Hoy se siente un segundo?

—No, yo me siento cómodo. En la radio estoy encabezando. En el canal hago el noticiero en A24, encabezo. En Intratables sé que soy una pieza importante. No le doy mucha bola. Me siento seguro con mi laburo y en cómo lo hago.

—¿Cómo se maneja el ego en este medio?

—Y, no es fácil. Yo vi mucha gente que cambió mucho. A mí la vida, en ese aspecto, no me cambió. Vos podés preguntarle a todos los que trabajaron conmigo y ninguno te va a decir: “Este tipo es un hijo de puta o este es un trepador”. Yo me dejé llevar. Tampoco es lo único en mi vida; mi vida tiene otras cosas, tiene valores que para mí son importantes. Yo no es que estoy todo el día obsesionado.

Actualidad y anécdotas

—¿Recuerda alguna experiencia en la que haya perdido el control en la televisión?

—Recuerdo un momento muy particular en Intratables que habíamos decidido bajar un poquito el tono porque estaba muy confrontativo todo. Una noche vino un sindicalista, Leonardo Fabre, y entramos en una confrontación, él en un momento para atacarme me dijo: “Yo mañana voy a averiguar datos suyos, porque usted debe tener deudas”, me hizo como una amenaza. Yo no lo escuché bien, pero mis compañeros lo tomaron mal. Entonces, como todos lo agredieron, y el tipo me la seguía, yo en un momento me saqué y le dije al aire: “Usted es un pelotudo”. Ahí me escribieron desde producción: “Paulo, ¿qué quedamos en la reunión? Bajemos el tono, por favor” y otro mensaje atrás de Daniel Vila: “Me encanta esa transgresión que tenés, estás cada vez mejor”. Y entonces le reenvié el mensaje a la producción y la producción me dijo: “Seguí, seguí que vas bárbaro”. Tuve algunas peleas terribles. Pero en el marco de mis compañeros y compañeras de equipo no pueden pasar. Si yo debato con vos y vos te ofendés no va. Si yo trabajo con vos y me ofendo yo no sirvo para ese tipo de trabajo. Las peleas terminan ahí.

—¿Cómo ve a Alberto Fernández a un año de gobierno?

Y, lo veo flojo. Yo aspiraba a otro presidente. Siempre le pongo el atenuante de la pandemia. Porque si esto le hubiese pasado a Macri, o le hubiese pasado a Lavagna, o a quien sea, es un cimbronazo donde vos tenés que destinar presupuesto, ideas, poner énfasis en algo impensado. Si vos me decías el año pasado que iba a pasar esto y yo era candidato, hubiese deseado que ojalá no me tocara. Pero lo noto flojo desde el lado político, me hubiese gustado que el rol protagónico lo tenga él. No que cada vez que habla Cristina parece que tiembla absolutamente todo. A mí él, previo a ser presidente, me parecía interesante porque tenía manejo político, yo lo consultaba. Todavía tiene tiempo. Y veremos sin pandemia cómo actúa.

—¿Cómo ve a Cristina Fernández de Kirchner?

—Y, a la Vicepresidenta la veo como siempre, la veo dura, lejos, distante, muy en sus temas. Reconozco que es un cuadro político súper, una mujer que llega a ser dos veces presidenta y que determina el destino de un país siendo vice, eligiendo quién es el presidente, porque ella eligió a Alberto Fernández.

Yo aspiro a una Argentina con menos pasado y más presente. O sea, menos Cristina, menos Mauricio

—¿Alguna vez tuvo algún problema con algo que dijo?

—Tuve muchos problemas en el fútbol, cuando era más chico, con el tema de los dirigentes por los barrabravas. Me hicieron la vida imposible, porque te mandaban barras, al menos en aquellos tiempos, a apretarte, a desestabilizarte, a que tengas miedo. Pero en la actualidad no. Fuera del ámbito del fútbol una vez tuve un problema con un vocero de un presidente.

—¿Cuál fue el problema y de qué presidente estamos hablando?

Un día, viniendo a la radio a reemplazar a Eduardo Feinmann me llamó Iván Pavlovsky, porque Mauricio Macri quería contar que River y Boca iban a jugar con público local y visitante. Hicimos la nota, pero yo no quería hablar solamente del público de Boca-River, tenía al presidente y quería hablar de economía, hablar de dos o tres cosas más. Hice algunas preguntas, el señor Pavlovsky después me dejó un mensaje, lo tengo guardado porque esas cosas hay que guardarlas, molesto diciendo que yo no había cumplido. Yo ni le contesté, con todo respeto a Pavlovsky, muchas veces me escribía con Macri sin Pavlovsky. Así que él para mí cumple una función o cumplía una función, pero si el jefe de él hablaba conmigo yo no necesitaba pedirle permiso a Pavlovsky. Un día le dije: “Iván, mirá, el problema no es que yo tenga vínculo con Macri, que lo conozco desde Boca, el tema es que tu jefe me conteste a mí y pase por arriba tuyo. Arreglalo vos con él”.

—¿Cómo ve al fútbol hoy?

—Mal. Mal en lo organizativo, tomado por los barrabravas desde hace muchísimos años. Barras que son narcotraficantes, que son piratas del asfalto. Un fútbol con dirigentes que gastan de más, es como el país, se gasta más de lo que ingresa. Con muchas presiones en el resultado y con arbitrajes que veo demasiado polémicos, resultados que uno duda: “¿Habrán empatado porque les convenía a los dos?”. Hemos perdido también mucha calidad porque nuestra economía hace que los clubes no puedan traer figuras, no puedan pagar en dólares. El momento es realmente complicado.

—¿Algo o alguien para destacar?

—Y, yo destaco mucho a Rodolfo D’Onofrio, a Víctor Blanco en Racing. Tengo muy buen vínculo con Jorge Ameal. Mi carrera se dio de una forma muy particular, yo siempre fui explosivo y cuestionador. A Jorge Ameal, pobre, le dije que era el peor presidente de la historia de Boca, cuando trabajaba con Mariano Closs. Un día llegó acá a la radio, me dijeron que estaba el presidente de Boca en la puerta, yo pensé que era un chiste, bajé y estaba Jorge con su auto abriendo el baúl con un montón de carpetas, me había traído los balances, toda la explicación de su gestión. Y la verdad es que me conmovió.

—¿Qué opina del actual presidente de la AFA?

—Yo no lo hubiese elegido presidente de la AFA, porque para mí hay puestos donde tienen que estar los mejores. El técnico de la Selección no tiene que ser Scaloni, tiene que ser el mejor porque es una distinción. El presidente de la AFA tiene que ser el mejor dirigente para coordinar y Tapia llegó después de lo que fue la democrática dictadura de Grondona y de todos esos deslices que hubo con Macri y ese cuarteto o quinteto, no sé cuántos fueron.

—¿Se lo extraña a Grondona?

—No, para nada. Grondona fue de lo peor. Por ejemplo, yo era chico, pero él tenía la mala costumbre de llamarte al minuto que lo criticabas en el programa, siempre estaba cuestionando, siempre estaba pidiendo que nos saquen. Yo le agradezco mucho a Niembro y a Araujo, a Torneos y Competencias de la vieja camada, de Carlos Ávila y Juan Cruz, porque nos protegían y porque nos permitían hablar. Cuando nosotros, a través de esta radio, pasamos a ser empleados de Daniel Vila, quien siempre combatió mucho con él, Grondona buscó desestabilizarme con una propuesta económica para que yo deje de estar cerca de Vila y quedarme con él.

—¿Cómo le hicieron la oferta?

—Fue en una reunión en una estación de servicio en Avellaneda.

Grondona buscó desestabilizarme con una propuesta económica para que yo deje de estar cerca de Vila y quedarme con él

—¿En una estación de servicio?

—Sí, y me hizo una propuesta como en su momento el señor Burzaco, el que estaba preso en Estados Unidos, también él siendo CEO de Torneos me llamó y me dijo: “Paulo, es momento de que te quedes con nosotros y que dejes a los Vila. Yo te ofrezco esto, esto, lo otro”. Le dije: “No pasa por la cuestión de la radio, yo con Daniel y su familia estoy desde el 92 y no solo me respetan, sino que me hicieron crecer y yo respeto esas cosas”. Yo por Niembro, por Araujo, por los Vila, por los Ávila, tengo mi casa. Tuve desde los 18 años un crecimiento profesional, tuve mi posibilidad económica. Me armaron y me hicieron. Yo esas cosas las agradezco. Esa propuesta, por supuesto, no prosperó.

Paulo Vilouta - ping pong político

Ping-pong político

—El papa Francisco

—Soy católico, pero siendo argentino me hubiese gustado una participación más activa de parte de él con todos los líos que tenemos. Yo creo que, a mucha gente, por la pobreza, por los dolores y por los problemas que tenemos le hubiese encantado que el Papa esté más atento a las cuestiones sociales, más que a cuestiones políticas.

—Alberto Fernández

—Ojalá le vaya bien, porque si a él le va a bien nos va a ir bien a nosotros. Hoy lo veo en 5 puntos.

—Cristina Fernández de Kirchner

—Una ex presidenta que cumplió dos mandatos y que, para mí, cumplió un rol. La veo más en el pasado que en el futuro.

—Axel Kicillof

Me gusta. Tiene fuerza, tiene ganas. A veces lo veo como demasiado enojado. Como demasiado chinchudo. Y creo que tiene ideas. Es joven, y otra cosa, es transparente y honesto, no tiene causas con la Justicia. Eso en Argentina, que tendría que ser la regla, es la excepción.

—Horacio Rodríguez Larreta

Labura mucho, trabaja. Fue el motor de Macri en la Ciudad. No para. Tiene muchas ganas, muchas ideas. Aunque él busca no confrontar en nada. A veces lo veo muy zen y yo creo que en algún momento tenés que marcar las diferencias con los demás, si no a veces terminás siendo parecido y él pretende ser distinto.

—Carla Vizzotti

—La respeto porque es un cuadro técnico importante. Sé que la salpicó un poco todo el tema de Ginés y del vacunatorio VIP, pero técnicamente es muy apta. Tengo un vínculo porque me responde siempre, aun cuando la critico. Hace dos semanas le escribí porque yo con el vacunatorio VIP le pegué bastante y le mandé un: “¿Amigos?”. Y me contestó: “Siempre”. Obviamente, no somos amigos, pero tenemos un ida y vuelta, me contesta lo que necesito y la valoro porque sabe lo que hace, y en la Argentina, muchas veces, hay Ministerios que se los dan a gente que no tiene la más mínima idea. Y el Ministerio de Salud no es un Ministerio menor y menos en pandemia.

—Sergio Massa

Me gusta. Yo creo que va a ser presidente en algún momento. Es joven. Tiene un conocimiento del Estado muy amplio, creo que muchísimo más amplio que otros que están en el Estado hace muchos años.

—Máximo Kirchner

—Tiene a favor y en contra. Yo creo que tiene en contra el apellido, porque cuando hablan es más del padre y de la madre que de él. Es joven, tiene ideas. Demostró que no es el gordito de la PlayStation, como dijeron muchos. Pero esto hay que demostrarlo todos los días y en algún momento va a tener que sortear el hecho de ser el hijo y tener su propia situación, aislado de lo que es la madre y el padre, que sin dudas marcaron la política argentina.

—Paulo Vilouta

—Y, Paulo Vilouta es un tipo que trata de vivir bien, contento y de buen humor. A veces lo logra y a veces no. Pero lo logra más veces de lo que ustedes pueden imaginar.

(Thomas Khazki)
(Thomas Khazki)

Algo personal

—¿Qué hace cuando no trabaja?

—Me encanta no tener horarios. Me encanta decir “bueno, duermo hasta las once”. No agendo actividades. Me gusta no hacer nada y me gusta mucho estar en mi casa. Leo mucho. Estoy con los portales todo el día encendido. Las redes sociales me distraen. Me gusta el cine, me gusta el teatro. Veo partidos de fútbol, por supuesto que sigo siempre adicto a ese tema.

—¿Cómo se cuida?

—Me cuido, descanso y tengo rutinas de orden. La gente cree que mucho trabajo es sinónimo de infelicidad o de estrés. Yo lo pude manejar siempre. Tengo buena energía. Pero tengo un orden, si vos me decís “vamos el miércoles a cenar después de Intratables” yo te digo que no, me tengo que ir a dormir. Y yo salgo y a los cinco minutos estoy en mi auto yéndome. No me quedo charlando. Y a cierta hora se apaga la luz y duermo. Y a cierta hora suena la alarma y me despierto. Después me obligo a dormir una siestita o algo por el estilo y bueno… Yo creo que lo peor para todos nosotros es el celular, porque estamos todo el día con esto. Yo me acuesto a la tarde a dormir la siesta y cuando me despierto, lo agarro, y veo la catarata de WhatsApp y digo: “Uy, Dios, ¿para qué habré dormido?”.

—Cuando le pasa eso, ¿a qué WhatsApp le da prioridad?

—Y, tengo varios. Contesto todo y a todos. Tengo algunos grupos, por ejemplo, el grupo de Intratables, el grupo de Vilouta 910, un subgrupo de Vilouta 910 que es donde no estamos todos y que definimos: “Vamos por esta nota, vamos por aquella”. Y después tengo un grupo familiar, porque tengo familia que vive en Estados Unidos. Por supuesto mi mamá a la que le tengo que contestar enseguida porque… Mi mamá te vigila, te dice: “Te vi en línea”.

—¿Su mamá lo stalkea?

—Abro y me escribe. “Como no te vi en línea te escribí para no molestar”, porque por ahí estoy durmiendo. Y después tengo, por ejemplo, el grupo de todas las autoridades de la radio, de todas las autoridades del canal, de amigos, de amigas, de compañeras, de compañeros, es un teléfono muy difundido.

—¿Cómo se llama tu mamá?

—Alicia.

—¿Qué le dirías hoy a Alicia?

—Y, Alicia me dio y me crio con mucha libertad. Me permitió, con mi padre, ser lo que soy y respetar mi vocación. Yo estudié abogacía, pero sabía que no iba a ser abogado ni a palos y el día que dije dejo la carrera, no fue un escándalo en mi casa. Les diría eso, que respetaron mi vocación, mi libertad y que me criaron con un montón de pilares que hacen que la gente hoy me quiera. Y eso lo siento, que además de ser un tipo público y que me conocen, soy un tipo al que quieren.

SEGUIR LEYENDO:

Guardar