A mediados de mayo de 2020, el productor agropecuario Sergio Neubauer puso enormes trampas alrededor de su campo, según dijo, para “proteger” a sus vacas de posibles ataques de jabalíes (la cacería está liberada). Justo por allí, en el Parque Nacional Lihué Calel, pasaba Unelén, una pequeña puma, que hasta ese momento vivía en su hábitat natural. Quedó atrapada entre los grandes dientes oxidados de la trampa de la que instintivamente intentó, sin éxito, escaparse. No pudo. Cuando la encontraron los brigadistas del lugar, estaba sin fuerzas y colgando de un alambre colindante entre el predio del parque y el campo vecino.
Unelén -así la llaman desde el rescate, y significa “la primera de su tipo”, en lengua mapuche- debió ser intervenida de inmediato debido a la seriedad de las lesiones: su pata delantera derecha quedó hecha pedazos y no hubo otra alternativa más que amputarla. Ese acto de crueldad de la que fue víctima (tal como la ley 14.346 reconoce a los animales que padecen por el daño de las personas) no pasó inadvertido por la justicia pampeana y, por primera vez, un caso de violencia en perjuicio de un animal de la fauna silvestre -delito penal tipificado en Argentina por la ley 22.421- tuvo un resarcimiento económico y el cazador deberá abonar una cuota para su manutención mientras la puma viva, lo que se estima será entre 15 a 20 años.
Así, el productor agropecuario llegó a un “acuerdo de reparación” con la Justicia y deberá depositar $4.000 mensuales, ajustables cada seis meses. Con ese monto, aseguran, cubrirá parte de los gastos para alimentar a la puma. Eso no es todo: debe aportar material de concientización y educación ambiental.
Según informaron durante esta jornada los medios locales, “pese a que su uso está prohibido, este tipo de trampas se consigue en cualquier ferretería” y debido a la peligrosidad que ostentan pudo haber lesionado a cualquier trabajador del parque o a quien pudiera pasar por allí.
En declaraciones a diario La Voz, Viviana Antoci, intendenta del Parque Nacional y encargada de impulsar la demanda penal, aseguró que el incumplimiento del pago desencadenará la continuidad de la causa judicial, que podría terminar con un fallo que ordene la cárcel, por lo que esta sentencia “sienta un precedente legal para posibles luchas posteriores”.
En paralelo a esta causa, se inició una demanda civil que aún está en proceso y que podría condenar al pago de una multa que “al menos permita recuperar parte de los 300 mil pesos de los gastos operativos que se destinaron al rescate y recuperación de la puma”, informa La Voz.
“Este caso extremo debería ayudar a modificar la mirada negativa hacia el puma en ciertos sectores. Los campos cercanos tienen vacas, cuyo depredador principal no es el puma”, aseguró Antoci.
Cómo fue el rescate
Unelén fue encontrada el 16 de mayo de 2020. Estaba seriamente herida por los dientes de la trampa y muy asustada, por lo que rápidamente fue sedada, le quitaron la trampa y le realizaron la primera amputación de parte de la pata delantera derecha en un quirófano improvisado al aire libre.
“Dudábamos de que pasara la noche”, confió Antoci al recordar que acompañó todo el proceso que padeció Unelén, que posteriormente fue trasladada a la reserva Parque Luro y sometida a una nueva amputación que le quitó el total de su pata lesionada para evitar un foco de infección. Eso la ayudarían a tener una mejor readaptación a la nueva vida, en cautiverio y con tres patas. Mutilada, estaba condenada a no regresar al monte.
En busca de un lugar definitivo para la felina -que quedó atrapada en el límite de dos campos y que ya había sido vista en esa zona a través de las cámaras del espacio protegido de 32.500 hectáreas- fue llevada a Pumakawa, la reserva de animales de Villa Rumipal, en Córdoba, especializada en el manejo de grandes felinos.
El caso de Unelén es testigo de los esfuerzos de diferentes instituciones, asociaciones, particulares y de las diversas instancias de la APN (Dirección de Conservación, Dirección de Asuntos Jurídicos, Dirección Regional Patagonia Norte, Dirección Regional Centro); además de la Subsecretaria de Ambiente de la provincia de La Pampa, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación y la Dirección de Recursos Naturales de la provincia de La Pampa. Y constituye un llamado de atención a la problemática que existe y requiere abordarse: la convivencia de los productores rurales con estas y otras especies que consideran amenazantes.
“Este caso nos enseña que conservar no es tarea fácil. La conservación moviliza, pero hay un principio que prima y es la vida. En esta oportunidad fue salvar a Unelén y protegerla. La misión nos compromete a trabajar unidos para prevenir, educar, sensibilizar y buscar soluciones. Así lograremos que cada día el número de casos de pumas cazados, atrapados o domesticados se reduzca un poco más y podamos convivir con la especie”, dijeron desde la Dirección Provincial de Fauna de la Provincia de La Pampa.
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