Emigró a Miami en pandemia y está por abrir tres bares: “Acá, en menos de un año recuperás la inversión”

Ezequiel Pereira (38) es el dueño del Presidente Bar, situado en Recoleta, que figura por segundo año consecutivo entre los mejores del mundo. En marzo de 2020, cuando su local tuvo que cerrar por la cuarentena obligatoria, armó sus valijas y se instaló definitivamente en EE.UU en busca de más oportunidades de negocios

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Ezequiel Pereira (38) emigró a
Ezequiel Pereira (38) emigró a Miami en marzo de 2020. Es el dueño del Presidente Bar, situado en Recoleta, que figura por segundo año consecutivo entre los mejores del mundo

Dos años antes de la pandemia de coronavirus, Ezequiel Pereira (38) viajaba constantemente a Miami con la idea de expandirse en el rubro de la coctelería y la gastronomía ya que en Buenos Aires es uno de los dueños de Presidente Bar, ubicado en pleno corazón de Recoleta y premiado en 2019 y 2020 como uno de los mejores “bares de tragos del mundo”.

Venerado también por su colección de licores y su gran variedad culinaria, este bar porteño fue su pasaporte para lograr la VISA 0-1, que otorga el gobierno de EE.UU solamente a las personas con habilidades o logros extraordinarios.

Con todos los papeles en regla y mientras regía el cierre de fronteras, Ezequiel tomó un vuelo no comercial desde Ezeiza (al que solo accedían los extranjeros o personas que podían justificar su necesidad de salir del país) y desembarcó en Florida con muchas expectativas y ganas de progresar.

Su idea inicial era abrir una sucursal de Presidente Bar, en agosto de 2021 en una de las zonas más exclusivas de Miami, pero con las complicaciones que trajo el COVID-19 tuvo que cambiar de locación y ahora está ultimando detalles para la inauguración que tendrá lugar a fin de año en Wynwood, uno de los distritos culturales más cool que apunta al público joven.

Ezequiel trabaja arduamente para inaugurar
Ezequiel trabaja arduamente para inaugurar tres bares antes de fin de año en las zonas más exclusivas de Miami, entre los que se encuenta una sucursal de Presidente Bar

El bar va a ser un poco más sofisticado. Va a tener el mismo concepto que el de Argentina, que son dos bares en un mismo lugar: uno adelante y otro atrás, pero la biblioteca va a ser diferente (en Buenos Aires es uno de sus aspectos distintivos). Nos vamos a asociar con una librería de acá y va a tener otra estética, no será una réplica”, contó a Infobae este joven emprendedor.

A pesar de estar muy agradecido con todas las oportunidades que le dio Argentina, Ezequiel decidió hacer negocios en Miami “básicamente por la moneda”, se sinceró sin vueltas, y porque “hay mucha más gente interesada en invertir”.

“Gracias a Dios con Presidente Bar me fue muy bien y eso me permitió estar hoy acá pero la realidad es que por más que nos vaya fenómeno allá, juntás una montaña de pesos que cuando salís al exterior no son nada y acá los números de facturación son otros”, comparó en alusión a los números que maneja la caja de su local en Recoleta, que recién reabrió sus puertas en octubre de 2020 y tiene que trabajar día y noche para generar las ganancias que antes obtenía solo por las noches.

El empresario posa en la
El empresario posa en la biblioteca de Presidente Bar, el lugar que le da un sello distintivo a su local porteño

Ezequiel está convencido de que su rubro puede innovar más en EE.UU que en Argentina. “En el poco tiempo que estoy radicado acá (este mes cumplió su primer año) tengo más proyectos para desarrollar que allá, con lo cual hay claramente una facilidad diferente. Si hacés las cosas bien, hay más oportunidades y lo veo en los números de lo que me pasa a mí”, indicó en alusión a que antes de fin de año abrirá tres bares.

Presidente es el último que inaugurará. “En dos meses abro Mandolina, que funcionará en el Lennox hotel, en South Beach; y en seis meses abro Nutre, en Midtown”, destacó con orgullo gracias a los contratos que firmó con inversionistas extranjeros.

Si bien admite que no es fácil montar un negocio en Miami, destaca que las autoridades locales “facilitan todos los trámites”; sumado a que “hay exceso de capital”. Y en contraposición, aclara: “Hoy en Argentina no invierte nadie”.

El empresario explicó que para abrir un bar de “primera generación”, que consiste en armar un bar de cero, la inversión total en Miami es de USD 2 millones; mientras que si se trata de un bar de “segunda generación”, que tenga cocina y licencia para operar, se requieren entre USD 700 mil y USD 1 millón.

"A Argentina no vuelvo a
"A Argentina no vuelvo a vivir nunca más", aseguró Ezequiel

“En Argentina hoy necesitás USD 200 mil porque bajó mucho el costo de la construcción, pero antes necesitabas USD 400 mil”, especificó Ezequiel, quien se animó a hacer un pronóstico en base a su experiencia. “En Argentina esa plata la vas a recuperar recién a los cinco años si es que te va muy bien y tu bar es exitoso, como lo es Presidente”, remarcó. “Acá, si armás un proyecto de USD 2 millones lo recuperás en un año y medio, y si es un proyecto de segunda generación lo recuperás en menos de un año, ahí está la diferencia”, enfatizó.

En base a sus investigaciones de mercado, el empresario aseguró que en EE.UU un bar que funciona bien factura entre USD 5 millones y USD 9 millones al año mientras que en Argentina ni siquiera se llega a facturar USD 700 mil. “Eso, al hablar de recupero significa que aunque inviertas menos plata no es negocio”, destacó.

Aunque Ezequiel consideró que en Miami paga prácticamente los mismos impuestos que en Buenos Aires, destacó que “la ayuda que nos dio el gobierno a los restaurantes en pandemia fue muy grande y apoyaron a los dueños a levantar cabeza”. Y agregó: “Acá, el gobierno te impulsa para ir para arriba. En Argentina tenemos una presión impositiva que es terrible y nos impulsan a todos los gastronómicos a ir para abajo”.

Consciente de que todo negocio es una apuesta riesgosa, él considera que “muy difícilmente te fundas si invertís en EE.UU”. Por eso, no tuvo reparos en admitir que si no fuera que tiene que volver regularmente al país para controlar su bar “a la Argentina no vuelvo a vivir nunca más”, concluyó.

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