Transcurridos casi tres meses de 2021, el incremento en el control de la “zona caliente” de pesca de calamar y merluza en el caladero del Atlántico Sur es exhibido con satisfacción por las autoridades pesqueras nacionales al no haberse registrado hasta el momento la presencia de naves extranjeras realizando faenas pesqueras dentro de las 200 millas marinas que corresponden a la soberanía económica argentina.
Pero no todo el esfuerzo policial en altamar se empeña en la prevención y control de la ilegalidad pesquera originada por buques que enarbolan pabellón de otros países, ya que decenas de buques de bandera nacional realizan tareas de pesca absolutamente legales pero que igualmente están sujetas al control de la Autoridad Marítima Nacional en salvaguarda de la seguridad de la vida humana en el mar, la prevención de la contaminación y el cumplimiento de las disposiciones de la reglamentación pesquera.
Este particular e importante aspecto de la labor de la Prefectura Naval Argentina (PNA) gira en torno al control de estos buques de pesca legales que la institución realiza en su rol de Autoridad Marítima Nacional y en cumplimiento de sus funciones de Policía Auxiliar Pesquera, realiza dentro de la ZZEA respecto a la flota propia y que consiste en inspecciones de seguridad a las naves que se encuentran operando en altamar con el propósito de supervisar el mantenimiento de las condiciones de seguridad de la navegación y la prevención de la contaminación, verificando su certificación técnica, y sus equipos de salvamento, contra incendios, comunicaciones, así como la composición de las dotaciones de seguridad y los documentos de embarco de las tripulaciones, además -claro está- del control del cumplimiento del Régimen Federal de Pesca.
En este contexto y de conformidad al plan de operaciones de la institución, Infobae pudo obtener imágenes exclusivas de uno de los muchos operativos de control realizados por el el guardacostas GC-28 Prefecto Derbes, durante su viaje de regreso a Puerto Madryn (puerto de asiento habitual de la nave) luego de finalizar su patrulla en la milla 201. En esta ocasión se complementó la labor de patrullaje con la realización de controles aleatorios entre los más de 180 buques que operan en forma legal en la actualidad.
La tarea se llevó a cabo a la altura de la ciudad de Rawson y consistió en la inspección integral de 11 buques de bandera nacional procedentes de los puertos de Mar del Plata y Madryn. Las naves visitadas llevaban en sus bodegas calamar congelado y en todos los casos la constatación de la carga en bodegas no arrojó presencia de alguna situación irregular. En lo que respeta a los aspectos técnicos y de seguridad de la navegación de las embarcaciones, solo 3 presentaron deficiencias o fallas menores que no afectaban su operatividad ni la seguridad de la navegación y la tripulación. En todos los casos los capitanes son notificados de las fallas constatadas, las que deben ser subsanadas al regresar a puerto. Respecto del resto de los buques pesqueros inspeccionados, estaban en pleno cumplimiento de la normativa nacional.
Las autoridades de Prefectura consultadas por Infobae destacan que este alto grado de cumplimiento de las normas en materia de seguridad de la navegación, no solo da cuenta del nivel de supervisión al que se somete a los pesqueros cuando se encuentran en puerto, sino que además refieren a la concientización que capitanes y tripulantes tienen en materia de seguridad.
Como norma general, una vez que el Guardacostas se dispone a iniciar una visita de inspección, desde el buque policial y vía VHF se le indica al pesquero que disponga a recibir a la dotación de visita. En épocas de COVID y en forma adicional a todas las medidas de seguridad habituales, se han establecido protocolos extremadamente estrictos para preservar la seguridad sanitaria tanto de la burbuja que conforma la tripulación pesquera como la correspondiente a la dotación policial.
Una vez efectuada la coordinación, desde una embarcación semirrígida el personal policial se desplaza hacia el pesquero en donde ya está dispuesto y facilitado el acceso a bodegas de carga, sala de máquinas, puente de navegación, espacios destinados a la tripulación y cualquier otro que sea de interés para la Autoridad Marítima. Se controla in situ el funcionamiento de equipamiento principal y auxiliar, se controlan también los certificados de casco, máquinas y otros equipos y además la existencia de pescado en bodegas, la temperatura de las mismas y de ser pertinente la documentación de la tripulación y el permiso de pesca.
Además en este tipo de controles específicos en el mar, se evalúan las medidas de seguridad y protección ambiental establecidas a nivel nacional e internacional para preservar la vida y evitar siniestros que puedan poner en peligro la integridad de los tripulantes y de terceros o daños al medio ambiente. “El personal interviniente se encuentra especialmente entrenado y capacitado para abordar integralmente una inspección de este tipo ya que se conjugan factores de índole netamente técnico con otros de tipo administrativos y de constatación de documentación”, explicaron a este medio.
Durante el diálogo con Infobae, el personal de PNA recordó además que entre las funciones esenciales que desarrolla la Prefectura dentro de la Zona Económica Exclusiva, se destaca el monitoreo y seguimiento a distancia pero en tiempo real, de los buques que navegan los espacios marítimos argentinos. Para ello la institución utiliza sistemas electrónicos y tecnología satelital de última generación, complementando la tarea con sus guardacostas y aeronaves, además, de la vigilancia del límite exterior de la ZEEA y el área adyacente a ésta para evitar la incursión de buques extranjeros.
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