Nicolás Deanna tenía 24 años y era deportista. El sábado 21 de octubre de 2017 fue a atenderse con el doctor Ricardo Cap por un fuerte dolor de cabeza. El médico le recetó dos analgésicos. Los malestares continuaron y dos días después volvió a ver a Cap. Ese día le dieron el primer diagnóstico: contractura en la base del cráneo. Lo que en realidad tenía, se supo más tarde, era una meningitis bacteriana. El joven fue dado de alta pero a las pocas horas comenzó a levantar fiebre, realizó un exoftalmos bilateral y lo internaron en la Clínica del Bosque de Pinamar con un suero sin medicación. “Confundió este último síntoma con una alergia, selló así la muerte de mi hijo”, relata Gabriela Covelli, mamá de Nicolás, que no resistió más y finalmente falleció el 2 de noviembre de ese año.
El caso de Nicolás es uno de los tantos que expone la agrupación Familiares y Víctimas de Mala Praxis, que es encabezada por la propia Covelli, está conformada por más de 100 familias e impulsa un proyecto de ley para reformar el Código Penal y Procesal e incluir la figura de mala praxis.
En diálogo con Infobae, Covelli cuenta que la organización surgió para dar contención a otras personas que atraviesen situaciones similares y evitar casos de negligencia médica: “Nos unimos para contar nuestras historias y que se viralicen, para que no les pase a nadie más. Tratamos de ayudar a la salud y no queremos, por ejemplo, que las víctimas tengan que pasar por un infierno de 4, 6, 10 años de procesos judiciales mientras los médicos siguen ejerciendo”.
El proyecto de ley consta, básicamente, de cinco puntos. “En principio, busca crear el tipo penal mala praxis médica”, dice Covelli, que es abogada. Y continúa: “Con ello nos permitiría tener una estadística. Hoy si le preguntan a un fiscal cuántos homicidios por mala praxis tiene, le va a ser imposible fijarse en su sistema porque le figuran las causas todas mezcladas”. Hoy en día, los casos de mala praxis se tratan en el marco de los delitos de homicidios o lesiones culposas.
“También se intenta subir la pena, que hoy es de 2 a 5 años en los casos de homicidios culposos. No conozco una sentencia que dicte una pena mayor de dos, con lo cual los médicos responsables jamás van presos”, agrega Covelli y ejemplifica: “Un vendedor de quiniela clandestina tiene una pena 1 a 5 años, un médico que mata una persona tiene una pena de 2 a 5. Algo está mal, así que se intenta subir el mínimo y el máximo”.
Otro objetivo es imponer en el Código Procesal una medida cautelar. “En la actualidad, cuando se denuncia a un médico, ese médico sigue ejerciendo y poniendo en riesgo la vida y la salud de todas las personas. Nos puede llevar 5, 6, 12 años el proceso y aun con condena, de primera instancia, de Cámara y hasta que llega a la Corte Suprema, sigue ejerciendo. Por eso pasa que hay médicos que no solamente tienen una denuncia por mala praxis sino varias. Esto se podría evitar con la cautelar”.
La letrada traza un paralelo con lo que sucede con docentes o policías, que cuando son denunciados son apartados de sus cargos preventivamente. “Algunos dicen que pido una condena anticipada. No es así porque la condena para el caso de tener la sentencia definitiva sería de inhabilitación de la matricula; nosotros en cambio pedimos en esta instancia una suspensión preventiva desde el día que el fiscal lo impute y lo llame a dar su declaración indagatoria. Esto ayuda no solo a la población en general sino que también nos ayudaría en la extensión de los procesos, porque al médico le conviene en ese caso un proceso corto por lo cual dejaría de apelar”.
Otro cuestión que contempla la iniciativa es la creación de un registro único de médicos imputados. “No pretendemos que se registren a partir de las denuncias, porque podrían ser falsas o maliciosas. Pero cuando el fiscal ya encuentra la verosimilitud del hecho, que normalmente pasa después de hacerse la pericia, tiene la obligación de informar a este registro la imputación y después también va a tener la obligación de ir librando oficios para actualizar el estado de su situación (dictamen de sentencia de primera instancia, de segunda instancia o condena firme)”, indica Covelli.
La mujer explica que esto serviría como de lugar de consulta obligatorio para intendentes y directores de clínicas y sanatorios privados al momento de tener que tomar a un médico como empleado.
En lo que respecta a las historias clínicas, se pide que, además de digitalizadas, sean encriptadas y de nivel nacional. Esto se llevaría a cabo con un sistema de software al que cada uno acceda con su DNI y una clave. “Cuando llegamos a los procesos, los médicos nos cambian las historias clínicas, algunos no las hacen o las hacen luego de que ocurrió el evento. Si fueran encriptadas el médico tendría, según el software, 10 ó 15 minutos para poder borrarlo o enmendarlo y luego queda escrito de manera definitiva”, describe la abogada.
El último punto es la creación de un organismo de contralor. “Lamentablemente cuando tenemos un juicio aquellos que van a periciar y van a decidir cómo actuó el médico es otro médico que forma parte de la corporación y en muchos casos son tan corporativista como los mismos peritos de parte de ellos. Sería bueno entonces que a las víctimas se nos pongan en un plano de mayor equidad”.
Por otra parte, Covelli remarca la necesidad contar con una ayuda del Estado “para que las víctimas podamos acceder a los mismos beneficios que tienen los médicos, ya que el Colegio de Médicos les da un seguro que les paga los juicios, y les dan abogados y peritos gratis; mientras que nosotros tenemos que buscar peritos que nos cobran fortunas”.
El proyecto ya recibió el apoyo desde los Concejos Deliberantes por unanimidad en Las Flores, Saliquello, Alsina y Villa Gesell. También de la diputada Magdalena Sierra y ya fue presentado a asesores legales de los diputados Alejandro Cacace, Graciela Camaño y Ramiro Gutiérrez. “El senador Juan Carlos Marino, el mismo que impulsó la Ley Justina, se comprometió a presentarlo”, acota Covelli.
Para visibilizar su propuesta, Familiares y Víctimas de Mala Praxis se manifestaron frente al Congreso de la Nación. “No fue una marcha en contra de nadie. Fue una sentada pacífica, con distanciamiento social, a favor de la vida, de la salud y de los médicos de excelencia. Le pedimos a las autoridades que nos miren, que nos ayuden, que se evidencien los casos de mala praxis”.
“Esto no va a traer de nuevo a nuestros hijos, hijas, padres, madres o hermanos, pero como siempre decimos, hay que seguir luchando por los demás. Yo armé una frase que dice: ‘Si tu vida derramó tanto amor, que tu partida sirva para salvar a otros’”, finaliza Covelli.
SEGUIR LEYENDO: