Un icónico café de Vicente López cerró sus puertas después de 90 años, cuatro amigos lo reabrieron y hoy es un éxito

Después de 12 meses de inactividad -en los que hasta el cineasta Juan José Campanella pidió por su reapertura- un emblemático bar de la zona norte volvió a funcionar con nuevos dueños, cuatro trabajadores gastronómicos que se animaron apostar a este proyecto histórico pese a la pandemia

Los nuevos dueños son cuatro trabajadores gastronómicos que se jugaron los ahorros

Desde la vereda se siente el olor de las medialunas de grasa recién salidas del horno. Imposible no tentarse a probarlas. Hacen más de 30 grados de sensación térmica, pero acompañarla con un rico café con leche es casi obligatorio. El día soleado de verano invita a los vecinos a sentarse en la mesas dispuestas sobre la afuera. De fondo de escucha el tren de la línea Mitre pasar, es parte de la escena. Toda esta secuencia tiene de marco la gran casona de estilo neoclásico donde funciona hace más de 90 años Café París. “Esta esquina tiene un no sé que....”, trata de explicar en palabras a Infobae, Gustavo Basic, uno de los nuevos propietarios del nuevo espacio.

En marzo de 2020, cuando se declaró la cuarentena obligatoria, este café -como tantos otros espacios- debió cerrar sus puertas. Pero una vez que el gobierno provincial habilitó la actividad, los dueños no pudieron hacerlo por la crisis económica originada. El barrio reaccionó tristemente frente a la noticia, oponiéndose al cese total. Es por eso que cuatro amigos, hoy socios -todos trabajadores gastronómicos-, decidieron apostar a este proyecto lleno de historia.

El emblemático Café París, un bistró que se resistió a cerrar (Matías Arbotto)

El 7 de marzo de 2021, luego de meses tres meses de dura planificación, reabrieron las puertas de este bistró. Mucho antes de convertirse en la esquina más tradicional de Vicente López, funcionó originalmente la lechería La Martona, luego se convirtió en un espacio gastronómico llamado El Bodegón y finalmente en 1931 cobró su denominación actual. Hasta antes de la cuarentena, se hacían exposiciones de arte y presentaciones de tango y jazz.

Nadie quería que bajaran las persianas de manera definitiva. El reconocido director de cine Juan José Campanella, que supo de la situación del lugar el 20 de octubre cuando se enteró de la noticia, incluso, hizo un pedido al intendente a través de Twitter.

“@jorgemacri por favor, rescaten ese edificio. Somos miles y miles los criados en Vte. López que pasamos un tercio de vida allí. Esquina emblemática. ¿Centro Cultural? ¿Café Ilustre?”, escribió.

El pedido de Juan José Campanella

Finalmente con mucho trabajo y los ahorros de toda la vida, los cuatro amigos pudieron unirse para darle otra vida a Café París. “El tren pasa una sola vez en la vida” , afirma Basic vestido con su delantal, porque en este cafecito todos hacen todo, “sirvo, charlo con los clientes y...lo que se necesite”, agrega.

La gente entra y sale, hay familias, amigos y parejas. ”Por suerte no paramos en todo el día. Estamos abiertos desde las 7 de la mañana hasta la madrugada... Viene gente de todas las zonas”, añade.

Y concluye emocionado y un poco descreído de tanto éxito. “¿Ves estas plantitas?”, señala la maceta con grandes flores. “Son regalos de los comerciantes de la zona que nos alientan. Los proveedores hacen lo mismo… Me asombra tanto apoyo”.

Nuevos aires, nuevo menú

Didier Barbouth, de tan solo 25 años, hijo de unos de los nuevos dueños fue el cocinero elegido para la carda Egresado del IAG - Instituto argentino de Gastronomía en 2017, y vecino de la zona, siempre soñó con ser parte de un lugar con tanta trayectoria. “Fue una gran oportunidad que por suerte no la dejaron pasar. El lugar era famoso por el café, ahora le sumamos un restaurante con platos caseros, desde medialunas, scones, panes, pasando por tacos, hamburguesas caseras con pan de papa, pizzas, minutas y una línea especial de cervezas premium. Lo que más sale hasta ahora es el chivito uruguayo. La gente me devuelve comentarios positivos. Es un sueño cumplido estar acá”.

Frente al Café de París hay otro sitio también histórico, Se llama Bola de Oro y es la pizzería donde trabajó Gustavo durante 20 años. Desde octubre reanudó la actividad luego de varios meses de cuarentena. “Si a ellos les va bien, a nosotros nos favorece. La pandemia sigue, y la vida también, hay que salir para adelante”.

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