Los agentes de la policía podrán, a partir de ahora, pintarse las uñas, maquillarse, usar barba y develar sus tatuajes, entre otras nuevas disposiciones que integran el nuevo reglamento de uniformes no binario que presentó la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Los hábitos, las costumbres y las normalidades cambian. Los paradigmas también. El propósito de la medida es “ampliar derechos” y desde la entidad afirman que buscan así “evitar basarse en estereotipos y centrarse en la operatividad de la labor policial, promoviendo el respeto por el trato digno y la identidad autopercibida de las y los integrantes de la fuerza que depende del Ministerio de Seguridad de la Nación”.
La idea surgió de la demanda de un oficial, quien en plena transición hacia su identidad autopercibida, deseaba pintarse las uñas y delinearse los ojos. La oficial trans sabía que podía exponerse a eventuales sanciones dado que ambos actos no eran admitidos por el reglamento de la fuerza. Su consulta fue el disparador de una mesa de trabajo que incluyó a toda la estructura operacional de conducción y que se realizó la semana pasada en un encuentro regional en Paraná, Entre Ríos, sobre “labor policial, perspectiva de género e inclusión”, que estuvo encabezado por el director nacional de la fuerza, José Alejandro Glinski; la vice intendenta de Paraná, Andrea Zoff; y la directora nacional de Economía, Igualdad y Género del Ministerio de Economía de la Nación, Mercedes D’ Alessandro.
El resultado del congreso fue la desarticulación del paradigma de binarismo sexual y la inauguración de un nuevo reglamento de uniformes: el primero entre las fuerzas de seguridad nacionales. En la presentación del Reglamento Particular de Uniformes, Atributos, Distintivos y Condecoraciones de la PSA, destacaron “la necesidad de ofrecer opciones de uniforme diverso e inclusivo, bajo ciertas normas y aliño especial acordes con la fuerza” mediante una norma que “busca prevenir la discriminación y exclusión que conforman situaciones de violencia y agresión a las personas con identidades que no coinciden con el sexo con el que fueron inscriptas al nacer” o que transitan situaciones especiales.
“Es una propuesta que vino de abajo hacia arriba -expresó Glinski, director nacional de la fuerza desde enero de 2020-. Como decimos siempre en el peronismo: donde hay una necesidad, nace un derecho. En este caso, fue la inquietud de un oficial que estaba en su tránsito a ser mujer; su proceso exigía determinadas acciones progresivas y la institución, con sus protocolos, se lo negaba. Entonces comenzamos a trabajar en eso advertimos que no solo debíamos eliminar la diferenciación y hacer uniformes unisex; también vimos que había otras cuestiones injustas y estigmatizantes, como el hecho de que las mujeres lactantes no pudieran cumplir tareas y debieran llevar camisa blanca y pantalón negro, o que las embarazadas no pudieran llevar uniforme”.
En efecto, el reglamento renovado determina que las mujeres no estarán obligadas a usar faldas en su conjunto de gala y aquellas que estén embarazadas o en periodo de lactancia no tendrán que usar ropas distintas del resto. “La perspectiva de género nos permitió ver arbitrariedades en la conducta operacional -agregó Glinski-. Por ejemplo: usar barba, que está tan de moda, no afecta la labor policial; tampoco el pelo largo en los hombres -como a las mujeres, les pedimos que se lo recojan-, o un uso discreto de cosméticos. O los tatuajes: mientras que un oficial jefe podía ostentarlos, a los subordinados se les vedaba. Intentamos profesionalizar nuestra fuerza y sus protocolos”.
El personal policial de la PSA podrá, a partir de la vigencia del nuevo reglamento, llevar el cabello largo recogido; lucir barba y/o bigote; utilizar cosméticos de manera discreta; lucir tatuajes, siempre que nos sean ofensivos para terceros; las personas gestantes y lactantes podrán utilizar, como regla general, el uniforme de oficiales entendido como un derecho adquirido, pudiendo solicitar su excepción.
Además de abandonar los estereotipos de género, de respetar la identidad autopercibida de las y los integrantes de la fuerza y de abocarse en la operatividad del servicio, la norma dispone el cese del sistema de uniformes binarios, brinda opciones inclusivas y aboga la diversidad en los cargos y grados jerárquicos. “Cuando las ideas nos trascienden desde lo personal, desde lo institucional, y se convierten en fuerzas colectivas, sirven para transformar la realidad”, manifestó el director nacional de la PSA, para luego agregar que “la perspectiva de género nos va a aportar, además de una dimensión de equidad entre varones y mujeres, una dimensión de profesionalización en nuestra labor policial”.
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