Como sucede desde hace cinco años consecutivos, el #8M arrancó con un “Paro Internacional Feminista Productivo y Reproductivo”, una iniciativa que recorre el mundo. La idea detrás de la huelga feminista fue ausentarse de las tareas cotidianas durante toda la jornada para visibilizar, entre otras cosas, el trabajo no pago que recae mayormente en las mujeres. Después, en el marco del “Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras”, una multitud marchó desde las 17 horas por Avenida de Mayo y 9 de Julio hacia el Congreso de la Nación con varias consignas como bandera. La principal: “Trabajadoras somos todas. Vivas, libres y desendeudadas nos queremos”.
“Seguimos sosteniendo el paro como herramienta feminista, como propulsor de aquello que venimos imaginando en la calle y en las asambleas, en los trabajos, en las casas y en las camas. En las escuelas, en los hospitales y barrios”, explicaron desde el colectivo Ni Una Menos a través de un comunicado en el que convocaron al paro y la movilización para hacerle “frente a la violencia patriarcal y encrudecida”.
Por el contexto de pandemia y para prevenir los contagios de COVID-19, a diferencia de las movilizaciones anteriores, este año no se montó un escenario. Circuló, en cambio, un pliego de demandas con siete puntos, entre ellos, “la reforma judicial feminista, el cese del la justicia patriarcal y la aplicación efectiva de la Ley Micaela”, cuenta a Infobae Guadalupe Santana (35), que milita en la organización Mala Junta - Vamos desde hace más de una década.
Según Santana, que comenzó a marchar hoy desde las 16 horas, el clima de esta movilización remitió a la primera marcha de #NiUnaMenos, el 3 de junio de 2015. “Lamentablemente, la demanda contra la violencia machista se sostiene. Hubo muchas intervenciones con nombres de mujeres asesinadas en manos de sus parejas, muchas familias que fueron atravesadas por un femicidio”, explicó a este medio.
Las cifras refuerzan su testimonio. En lo que va de 2021, según las estadísticas de la ONG La Casa del Encuentro, se cometieron un total de 50 femicidios y 1 transfemicidio en Argentina. Esta cifra significa que una mujer es asesinada cada 30 horas. Como consecuencia de ello, entre el 1 de enero y el 28 de febrero de este año, 62 niños y adolescentes quedaron sin madre. Durante el aislamiento muchas mujeres debieron realizar la cuarentena con sus maltratadores. Las alertas se activaron y los poderes del Estado debieron adecuar las medidas de acompañamiento. De acuerdo a datos del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, los llamados a la línea 144 durante 2020 aumentaron un 21,4 por ciento promedio respecto al 2019.
“Este 8 de marzo volvemos a salir a las calles por la agenda de los reclamos del movimiento de mujeres y personas LGBTT. En el centro de los problemas urgentes está el drama de los femicidios y los trans-travesticidios, que siguen en aumento. Pero, además, esta realidad genera aún mayor indignación porque estos casos son claramente evitables, como en el femicidio de Úrsula Bahillo, quien había denunciado 18 veces a su femicida, un policía que fue protegido por la misma fuerza. Es responsabilidad del Estado y vemos que el gobierno de Fernández no está tomando medidas reales para erradicar la violencia de género”, sostuvo Manuela Castañeira, dirigente del Nuevo MAS y la agrupación feminista y socialista Las Rojas.
Según Castañeira es indispensable que el Gobierno destine presupuesto real para erradicar la violencia machista. “Frente a los casos de impunidad y en un contexto en que uno de cada cinco femicidios son cometidos por miembros de las fuerzas represivas, es necesario que se creen entidades específicas de denuncia en casos de violencia de género que estén controladas por el movimiento de mujeres y personas LGBTT”, sostuvo.
Myriam Bregman, diputada porteña del PTS-Frente de Izquierda, participó de la movilización. “Hace años que las mujeres nos movilizamos y gritamos: ‘Ni una menos’, pero nos siguen matando y sigue sin haber un plan serio de atención a las víctimas de violencia. Ya es hora de que no pierdan más el tiempo firmando acuerdos, formando comisiones y consejos, destinando dinero para interminables burocracias estatales. Nuestra exigencia es por recursos para medidas concretas para prevenir los femicidios. Dicen que aumentaron trece veces el presupuesto para la mujer. ¿Estamos trece veces mejor? No, porque los grandes recursos se siguen destinando a pagar la fraudulenta deuda externa”, reflexionó.
A la ola de femicidios se sumó el reclamo por la desigualdad de género. Este año, pandemia mediante, los pedidos se redoblan. Solo en el primer trimestre de 2020 la desocupación fue del 10,4 por ciento. La rama femenina de la falta de empleo fue superior al promedio: 11,2 por ciento (y la de los varones a 9,7 por ciento). Pero el desempleo para las menores de 29 años que querían trabajar llegó al 23,9 por ciento. En el Gran Buenos Aires la desocupación femenina sub 29 llegaba al 26,4% en el primer trimestre del 2020. Pero subió al 29% en el Gran Rosario, según el informe “Mercado de Trabajo, Tasas e Indicadores Socioeconómicos (EPH)”, del primer trimestre del 2020, del INDEC.
Desde el colectivo de Actrices Argentinas también se sumaron a la movilización. “Con barbijo, con distancia, con cuidados. Porque la cultura en la que vivimos nos explota, cosifica y naturaliza la violencia que sufrimos. ¿Hasta cuándo las fuerzas de seguridad van a seguir cobijando a sus miembros criminales? Porque nuestras vidas sí importan, el 8 de marzo paramos y salimos a la calle para decir: ‘Basta’ #NiUnaMenos #ElEstadoEsResponsable”, sostuvieron.
Las movilizaciones se replicaron en el resto del país. En La Plata, organizaciones feministas de izquierda se reunieron desde las 14:00 en la calle 61, entre 5 y 6, para conmemorar también el 8 de marzo. También hubo concentraciones de diferentes movimientos frente a la Municipalidad, ubicada en la intersección de 12 y 53. Por otro lado, en Mar del Plata, el Movimiento de Mujeres y Diversidad de esa ciudad, agrupaciones gremiales como la CTA y movimientos sociales y feministas, se manifestaron en la intersección de la Avenida Luro y Mitre.
En Rosario también se convocó a una marcha: bajo los mismos protocolos que en el resto del país, las mujeres se reunieron en la plaza San Martín, ubicada entre las calles Santa Fe y Moreno, a las 17:00, para luego dirigirse hacia el Monumento Nacional a la Bandera, donde cerca de las 19:00 se leyó un documento con los reclamos puntuales. En Córdoba, algunos sindicatos se movilizaron desde Plaza Colón hasta Tribunales a las 17:00, mientras que la asamblea local de Ni Una Menos convocó para esa misma hora en Colón y Cañada, en la capital provincial.
Fotos: Thomas Khazki y Franco Fafasuli
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