En sus redes se presenta como periodista y cocinera. Desde el año pasado Dominique Metzger conduce el ciclo televisivo Nuestra tarde, por la señal de noticias TN, y durante el verano se puso al hombro Telenoche. La mayoría de la gente la conoce porque, junto a Edgardo Antoñana, fueron la dupla más amena y querible de los fines de semana.
Hoy en su nuevo desafío como conductora, la periodista recibió a Infobae en su casa de Devoto, donde aprovecha unos días de vacaciones luego de haber debutado en la madrugada, de 6 a 9, en la nueva programación de Radio Continental.
Simple y sencilla, Dominique quiere desmitificar la perfección que debe tener una persona que está delante de una cámara. Considera que la espontaneidad y la personalidad son su fuerte a la hora de conducir y trabajar.
Recuerda sus inicios en la calle como cronista y el aprendizaje que le dejó.
No chatea con ningún ministro ni con el Presidente. Sobre Alberto Fernández opina que debe comunicarse más: “Presidente, haga una conferencia con todos los compañeros que laburan en la calle. Más allá de las entrevistas puntuales que pueda dar a un determinado medio, le diría que trate de abrir más el juego para todos”.
—¿En qué momento de su vida está?
—Estoy en un momento muy productivo. Con mucho trabajo, proyectos nuevos. A mí la pandemia me trajo, a diferencia de lo que le ha pasado a muchos, trabajo, proyectos, posibilidades de hacer cosas nuevas, de crecer laboralmente. Así que me siento en un momento muy pleno.
—¿Qué es lo que le enseñó la pandemia?
—A ser más humilde, más flexible, a tratar de no ser muy estructurada. No soy naturalmente estructurada, vamos a decir las cosas como son, pero esto te saca de la zona de confort, tenés que adaptarte a nuevas formas de trabajo, a realidades y a contextos distintos, y lo que era tu rutina cambió y tenés que ir por otro lado. Y uno tiene que saber manejarse y empezar a entender cómo trabajar en un ámbito nuevo. Me gusta esa energía, esa ansiedad que genera todo ese escenario.
—¿Cómo fue pasar de conducir las mañanas de TN los fines de semana, a tener un programa diario?
—Los fines de semana fueron mi plataforma de lanzamiento, mi universidad; mi compañero Edgardo Antoñana, por supuesto, mi maestro, y fue el medio para prepararme para ser conductora. Yo soy periodista de calle, cronista, la periodista que va a buscar la nota, la conducción fue una sorpresa, pero cuando apareció la tomé con los dos brazos abiertos y empecé a aprender. Por eso también te digo: la humildad. Me parece que uno tiene que entrar a un lugar para aprender, no creyéndote que las sabés todas.
Cuando se terminó el ciclo del fin de semana, yo ya lo venía, de alguna manera, pidiendo, ya sin Edgardo no era lo mismo para mí, y además me quería desafiar en otros horarios, en la semana, y ver qué pasaba con ese ida y vuelta con el público. Entonces cuando me lo propusieron, fue una decisión en conjunto, porque si íbamos a hacer un noticiero formal, de lunes a viernes a la tarde, yo no iba a encajar muy bien.
—Desde su rol actual, ¿cómo ve a los nuevos conductores que pasan, sin escala, a liderar un programa?
—Para mí es un error garrafal que los que están al frente de las redacciones no te hagan hacer esa escuela. Es fundamental. Son los pasos que tenés que hacer sí o sí, porque te da calle, un sentido de la ubicación de en dónde está la nota, dónde está el momento. Te prepara, porque la calle es adversa, es hostil, es calor, es invierno, es lluvia, es esperar cinco horas para un testimonio, que a lo mejor te pasa por al lado y no te lo dan, o esperar cinco horas para que el tipo te diga esa frase que es lo que había que escuchar y que va a salir en todos lados, y vos estabas ahí. Entonces tenés que saber cómo manejarte. No perder el tiempo porque, le digo a la gente, nosotros, en esas cinco horas tomamos cafecitos, hablamos con los colegas, pero no te puede pasar que te pierdas la nota del momento por pavear. Vos en la calle estás solo. Sos tu productor, sos tu jefe técnico, más allá de que laburás en equipo. Entonces eso te da una dinámica, un ejercicio, que, si pasaste esa y estás en un estudio, ¡no sabés la cancha que tenés!
—¿Cómo es trabajar con Dominique?
—Yo nunca voy a exponer a un compañero al ridículo o a que la pase mal laboralmente, que sienta que le estoy sacando el lugar profesional. Jamás, jamás. Yo voy a hacer que se sienta que estamos laburando codo a codo, hombro con hombro, juntos. Esos son los momentos en donde me digo: “Mirá, soy conductora”.
—La mayoría de los conductores hoy inician su programa con una editorial, usted no lo hace, ¿por qué?
—Respeto a mis compañeros que hacen eso, pero me parece un plomo. Tenés que ser un periodista, primero y principal, hombre o mujer, que haya transitado mucho recorrido. Como en el diario, no editorializa cualquiera. Editorializan los jefes o el que lo pagó. Entonces, o sos el dueño del canal y querés hacer tu editorial, y está perfecto, o sos el tipo o la mina que hizo todos los palotes, y te ganaste ese lugar. No es para todos. Yo no comparto eso, no me siento a gusto, no lo haría. Lo respeto en algunos, en muy pocos. Contemos más el contexto de lo que pasa en la diaria, en la calle, no hace falta reafirmar todo el tiempo un pensamiento, una mirada, que en el fondo creo que está perjudicando a nuestro trabajo periodístico, porque la editorialización ya es como un sesgo político que está haciendo que los periodistas estemos tomados o pensados con una idea política. Yo no la tengo. No tengo una idea política que me defina. Sé y tengo mi opinión sobre la política, pero me parece que lo que está pasando con los periodistas es que están bastardeando nuestro oficio, porque se han cooptado por la política, y están perjudicando nuestro trabajo, que es informar, que es investigar, que es poder tener una mirada crítica más allá de su propia mirada política.
Me parece que lo que esta pasando con los periodístas es que estan bastardeando nuestro oficio, porque se han cooptado por la política
—¿Cómo ve a la Argentina hoy?
—Uy… que estamos en una situación muy difícil. Muy difícil en cuanto a lo económico, que ya veníamos de arrastre, sí claro, pero que también no noto que haya un plan para mejorar el día a día de los que laburamos. El otro día lo escuché hablar al Presidente y noto que últimamente está muy agresivo con su discurso, noto que nuevamente tomó una postura que favorece a la grieta, y yo tenía esperanzas de que él fuera a hacer lo que dijo en un principio, unir, dejar las diferencias de lado; y lo que veo es que estamos a un año de su asunción y volvió esa idea de división. Hoy la gente necesita políticos activos, que hablen menos, que politicen menos y que trabajen más. Que trabajen para la gente. Vos lo ves en la diaria, en tu laburo, en tu barrio, en tu zona, el local que cerró, el amigo al que echaron. Yo no necesito que me tiren estadísticas, números y cómo es el PBI y cuántos puntos cayó, yo lo veo, no hace falta, lo ve la gente también. Que no nos adornen con tantas frases y trabajen más, más callados.
—¿Qué opina de Cristina Fernández de Kirchner?
—A la Vicepresidenta la veo en un rol silencioso, pero no en pos de lo que acabo de decir, sino en un rol silencioso, porque sabe que genera amor y odio dentro de la sociedad. Está muy polarizada su figura. Y me parece que tiene como principal objetivo ver qué va a pasar con sus causas judiciales, esto lo digo por lo que veo y observo, yo no soy una periodista que se especialice en política, no tomo cafecitos con los ministros ni con los de la oposición, ni nada de eso.
—¿No chatea con los ministros o con Alberto Fernández?
—No, no me interesa, porque no soy una periodista que va a traer esa fuente de información. Yo hoy soy conductora y me gusta ponerme del lado de la gente, entonces, si empiezo a hablar con el ministro tal o cual, siento que lo pierdo. Y yo prefiero no perder a la gente en ese sentido. Tener mi mirada y preguntar desde ese lugar.
—¿La sorprendió el vacunatorio VIP?
—Sí y no. A ver, ya lo veías esbozar, se veían lucecitas que se prendían en el tablero del país donde veías que, en San Nicolás, en municipios de la provincia de Buenos Aires, de Jujuy, se vacunaba gente que no debía vacunarse y te enterabas. Cuando salta todo esto a través de Verbitsky dije: “Qué escándalo”. Me da tristeza, me da pena, porque en el fondo, como argentina, me gustaría que estas cosas no pasen. Y te desilusiona, obviamente, saber que se privilegia gente que no hay que privilegiar en esta circunstancia, con todo lo que pasamos. Entonces, esa parte a mí se molesta, y me molesta todavía más la justificación que le dan y el enojo que tienen cuando les preguntás. Dicen “bueno, ya está, lo echamos a Ginés, suficiente”. No, si la gente siente que no es respuesta suficiente, como funcionarios públicos que son tendrán que seguir respondiendo. Y si nosotros, como periodistas, seguimos investigando y descubrimos que no eran 70, que son más, es parte de nuestro trabajo, no se pueden enojar y los funcionarios públicos no pueden definir cuándo se termina un tema y cuándo no. Para mí eso hace que se encienda una luz de alerta.
—Si estuviera enfrente de Alberto Fernández ¿qué le preguntaría?
—Le preguntaría qué pasó con esa promesa de campaña de venir a unir, que iba a trabajar incansablemente para ello y de ir por otro lado, qué pasó con esas propuestas, con esa idea. Yo pienso que el poder debe tener algo que ver, desconozco, nunca lo tuve, pero algo debe suceder en ese círculo tan pequeño, de tanto poder, que todos cambian ahí. Y Alberto Fernández no es la excepción, parece que va por un lado y después va para otro. Le preguntaría qué le pasó con esa promesa de unir a los argentinos y con ese enojo que tiene cuando él mismo dijo: “Cuando vean que yo estoy haciendo algo mal vengan y díganmelo”. Entonces, ¿por qué se enoja si vienen y se lo dicen? Me gustaría que comunique más. Le diría: “Presidente: cada mes, cada dos meses, haga una conferencia con todos los compañeros que laburan en la calle”. Más allá de las entrevistas puntuales que pueda dar a un determinado medio, le diría que trate de abrir más el juego para todos. Me parece que es enriquecedor, que lo pone en un lugar que está bueno y que para la gente también puede ser enriquecedora.
Presidente cada mes, cada dos, haga una conferencia con todos los compañeros de la calle. Abrá más el juego
—¿Cuál es su próximo deseo profesional?
—Me gustaría poder hacer un programa en televisión abierta. Me encantaría. Ese sería un próximo paso y cumplir un sueño. Donde podamos ampliar un poco más la información, que sea algo más ameno, que sea más entretenido, con más compañeros de trabajo. Me veo ahí. Me gustaría hacerlo. Así que atención…
—¿A quién le agradecería por ser quien es hoy?
—A muchísima gente. Yo no me hice sola y tengo a mucha gente a quien agradecer: a mis padres, a mi mamá María Cristina, a mi papá Eduardo, a mis hermanos más grandes, María, Juan Pablo y Mariana, a los más chiquitos también, no se pongan celosos… Pero ellos, con su forma de trabajar, me han enseñado mucho, el respeto y el amor. Yo les debo a mis padres el amor por el trabajo, nunca vi ni a mi papá ni a mi mamá llegar a casa con mala cara. Entonces eso a mí me enseñó el amor por el trabajo. Cuando vos ves a tu mamá y a tu papá agotados pero felices y ves esos ojos que tienen brillo, te da mucha enseñanza. Es un ejemplo hermoso el que me han dado. Y poner esfuerzo, tesón, cariño al trabajo, eso se lo debo a ellos y a mis hermanos. Después, a la gente del trabajo: Edgardo Antoñana, mi gran maestro. Y otros compañeros que me ayudaron mucho, Carlos de Elia, por ejemplo, fue el que me dijo “vos vas a conducir”, me dio una enseñanza muy grande.
Ping pong político
—El papa Francisco
—El papa Francisco me desilusionó por no venir a la Argentina y, de alguna manera, siempre ponerle un sesgo y una mirada política a lo que pasa aquí. Desde allá muchas veces manda mensajes políticos para los argentinos. Me gustaría que diga que quiere venir a visitarnos. Para los que somos católicos, para los que no, para los que necesitan alguien que venga un poco a unificar.
—La Justicia argentina
—Tiene que haber cambios. No podés tardar 15 años en resolver una causa, sea de corrupción o no; eso a nosotros como sociedad nos confunde. Parece que todo está resuelto, hay condenas firmes, y no ves gente presa. La Justicia tiene un gran porcentaje que ver en la situación de la crisis institucional que estamos viviendo. En gran parte es su responsabilidad.
—Alberto Fernández
—Un presidente que vino con muy buenas intenciones, que yo todavía no veo que las esté cumpliendo; me van a decir que hay una pandemia mediante, pero así y todo no veo que esté haciendo lo que dijo que iba a hacer. Espero más del Presidente.
—Cristina Fernández de Kirchner
—Una mujer que evidentemente ha pasado por mucho sufrimiento en su vida y eso se nota en sus reacciones. Que es una mujer que tiene una mirada con mucho dolor y mucho enojo, eso se nota cuando habla. Deseo que la Vicepresidenta tenga una mirada más empática con la gente y hable en un tono que sea, lo voy a decir de esta manera, más dulce para con el pueblo.
—Máximo Kirchner
—No lo conozco. Es una incógnita para mí. Tampoco he visto demasiado de su accionar como cuadro político. Evidentemente tiene intenciones de crecer en la carrera política y eso se nota, pero veremos.
—Horacio Rodríguez Larreta
—Te diría que en algunas cosas me sorprendió para bien. Está determinado a no entrar en el discurso de la grieta y lo viene sosteniendo. El otro día lo sostuvo en el discurso de sus sesiones ordinarias y eso me sorprendió para bien, porque estamos en un año electoral y pareciera ser que lo que sirve, garpa o paga, es volverte a plantar en la grieta y él no lo está haciendo. Así que eso lo celebro y me parece que es muy sano. Ojalá que lo siga haciendo.
—El gobernador Axel Kicillof
—Me parece que sigue, desde lo discursivo, en campaña y que tiene que empezar a trabajar más en esto que yo decía, que los políticos trabajen para la gente, que hablen menos, que critiquen menos el pasado. Yo sé que no es fácil, lo hacen todos, pero hagan el esfuerzo de salir de ese lugar y empezar a trabajar en pos de la gente. Creo que serían mucho más exitosos todavía. Ojalá que salga de ese lugar.
—¿Quién es la oposición?
—No hay para mí. Ese es un problema también. No hay un referente. A Macri no lo veo, por momentos aparece, después se va afuera, después vuelve. Creo que podría ser Larreta, pero desde un lugar distinto, como está haciendo ahora. Después no veo una figura que sea de la oposición y tendría que empezar a aparecer.
Dominique personal
—¿Qué hace cuando no trabaja?
—Primero, me gusta dormir, descansar, aprovechar. Me gusta ver series, muchas. Ver televisión. Me gusta hacer deportes, juego a veces al tenis con amigos, con mi hermana, con Mariana. Me divierte estar también con mis sobrinos, pasar tiempo con ellos, ir a comer. Estar con la familia. Cosas simples. No me gustan los eventos, ahora en pandemia ni hay, pero antes tampoco iba. Me gusta hacer cosas que hace cualquiera un fin de semana. Cuando estoy super pasada y quemada del trabajo probablemente esté echada en el sillón y no quiera salir de mi casa, no me llamen, no me hablen.
—¿Qué ve en televisión?
—Toda la tele. Me encantan todos los programas. Observo, miro, vengo de familia de gente de televisión así que aprendí desde niña. Noto que la programación es como, “bueno, funciona tal estilo ahora vamos todos con lo mismo” y no se animan a salir de ahí. Cada tanto aparece algo como Jey Mammón que viene y le da un golpe de frescura a la trasnoche. Cuando hay ganas de hacer algo distinto, cuando hay ganas de producir realmente, se hacen cosas buenísimas. Yo diría: busquemos hacer algo diferente.
—¿Cree que la televisión va a desaparecer?
Para mí la tele no va a morir bajo ningún concepto. La tele va a estar vigente, como la radio está vigente. Lo que pasa es que hay que darle algo para que te vayan a buscar. Por ejemplo, cuando aparece algo que está bien hecho, como MasterChef, hace 20 puntos. Y hacer 20 puntos de televisión hoy es muchísimo. ¿Y por qué lo hace? Porque está bien hecho. ¿Y dónde estaba todo ese público? Buscando el producto. Eso es lo que hay que generar en la televisión, que te vengan a buscar.
— ¿Estado civil?
—Muy complicado. Estoy soltera hace dos años.
—¿Qué la seduce de un hombre?
—La personalidad. Eso me gusta mucho. Que tenga personalidad. Que tenga humor. Que sea compañero. Ya con esas cosas yo estoy más que feliz. Después que entienda el trabajo que tengo y mi independencia. Pero no soy complicada para la convivencia, soy muy fácil para convivir.
—¿Qué cosas la enojan?
— Uh, muchas. Me saca de las casillas, por ejemplo, el desorden. Soy bastante ordenada, me gusta tener mi casa ordenada y limpia. Los trámites, sí, los trámites, soy malísima. Me sacan, no sé hacerlos.
—Dominique Metzger, ¿es igual a qué?
—Es igual a vos, al que está del otro lado. A una persona, a una mujer, a un hombre que labura, que le cuestan sus cosas. Que sabe el valor del sacrificio, del trabajo, de lo que salen las cosas. Quiero creer que soy una buena mujer, una amiga querida, una hermana, una hija querida. Y para mí eso es lo más importante, los lazos y los vínculos, lo otro es mi trabajo.
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