El último concierto de Soda Stereo en 1997, el de las “gracias totales”, fue además de inolvidable, fake. En realidad, Me Verás Volver en 2007 fue lagira del canto del cisne del genial trío argentino, pero esos shows del 97 en River marcaron más que el final de Soda: fue el comienzo de Gustavo Cerati solista.
Había grabado en su casa chilena Amor Amarillo unos años antes, casado con Cecilia Amenábar y debutando en la paternidad con Benito, aunque era un plan aparte de la banda. No se había anunciado una separación oficial y es habitual que los líderes tengan sus aventuras paralelas a las grupales. Pero en 1997 ya el desgaste entre ellos era inevitable, las relaciones se tensaron y las cartas estaban echadas.
El caudal creativo de Cerati excedia el innegable poder de Soda Stereo como trio, probó con Amor Amarillo sus fuerzas y sumado a las experiencias en el disco Colores Santos junto a Daniel Melero y el grupo Fricción de Richard Coleman, el hombre alado estaba listo para salir volando.
En aquel tiempo estando en Chile recibió una invitación para participar de un disco tributo a Police. Estaban de moda en esos años de sequía creativa del rock los discos unplugged, desenchufados digamos, que no eran más que grandes bandas haciendo sus grandes éxitos en versión fogón del Bolsón, sin electricidad y canciones que sepamos todos, y también aparecían en exceso en las bateas de Tower Records discos tributo, que eran un puñado de bandas, algunas de dudosa filiación, haciendo greatest hits de algún autor prolífico y consagrado en versiones a veces demasiado alejadas de las originales.
Al final de 1997 en su casa de Santiago Gustavo recibe el llamado de la producción del disco tributo a The Police que había puesto en marcha Miles Copeland. Miles era el histórico manager del super trio inglés, hermano de Stewart Copeland -baterista de Police- y ambos hijos de un ex agente de la CIA y a la vez trompetista de la banda de Glen Miller. Dicen que este buen señor fue parte de la investigación eslabonada que determinó que Miller era agente encubierto de la CIA también y que usaba sus viajes al exterior para entretener a las tropas de la guerra de Corea mientras traía y llevaba chismes de alto rango. Una nota de color en esta historia digamos.
Ok, Miles se conecta con Cerati para invitarlo a participar del disco, ya que varias veces se había declarado fan del grupo y reconocido que había sido una de sus grandes influencias a la hora de componer. En medio del bajón por la reciente separación de Soda Stereo y la euforia de los últimos conc
iertos Gustavo acepta el convite y quedan en encontrarse más adelante ya en preproducción.
Lo siguiente fue el encuentro el domingo 18 de febrero de 1998 en los estudios Hot Tin Roof de Los Ángeles donde Miles presenta a Gustavo con Andy Summers, el guitarrista de The Police y al baterista VInnie Colaiuta, que más allá de ser uno de los más influyentes bateristas del jazz tocando con Quincy Jones y Herbie Hancock, en el rock fue parte de las bandas de Frank Zappa, Eric Clapton, Gino Vanelli y del mismo Sting.
Gustavo se calzó el bajo, adoraba tocar el bajo, y empezaron a ensayar la versión en castellano que había traducido. Encontraron el tono y en menos de media hora quedó grabada. El feeling entre Andy Summers, Gustavo y Vinnie fue inmediato, lo cual facilitó mucho las tres tomas que se hicieron de la canción y quedaron en encontrarse a la noche para cenar juntos. Pasaron tres días donde Miles incluso presentó a Gustavo con Stewart Copeland y la buena onda generada entre todos posibilitó que la relación de amistad musical siguiera un tiempo más. Años después hablando con Gustavo de esto me comentó que mientras él le hablaba de lo importante que había sido The Police para Soda Stereo, Summers y Miles Copeland se sorprendían de la música del país. Andy se acordaba de su primera visita a Buenos Aires en plena dictadura militar en 1980, cuando casi termina en cana después de pegarle desde el borde del escenario una patada a un federal que estaba pegándole a una chica del público. Hay fotos de esto. El rock era así.
Cuando vuelve, Gustavo se dedica a la producción de Bocanada, su disco consagratorio como solista. Cuando le avisan que está por salir el disco tributo -Outlandos D´americas se llamó, y contó con la participación de Bunbury, Los Pericos, Plastilina Mosh de México, King Chango de Venezuela, Control Machete y Skank de Brasil. Terminó siendo un best seller en toda Latinoamérica, de manera que a Miles se le encendió la lamparita del bussiness y planeó una gira presentación del disco. Cuentan que se sumó a Andy Summers en el proyecto el mismísimo Stewart Copeland en la batería. También se dice que el elegido para armar esta, digamos, versión anglo/latinoamericana de The Police ocupándose del bajo y la voz principal fue nada menos que nuestro crédito Gustavo Cerati.
Él mismo se encargó de aclarar que el proyecto y el ofrecimiento existieron, era un plan gigantesco de tocar el disco en todos los países hispanoparlantes con invitados de cada lugar al que fueran y con Gustavo al frente del trío en reemplazo del mismísimo Sting, que habría dado su ok al engendro. Miles Copeland fue desde siempre el manager de Sting así que todo andaría sobre ruedas.
Pero Gustavo dijo no.
El tiempo, que siempre acomoda todo en su lugar, nos dijo que fue una acertada decisión la que tuvo, de tomar distancia del proyecto de hacer una especie de The Police para el mercado latinoamericano, que empezaba a tomar forma en el tablero del mundo del musical show bussiness. Su carrera solista lo llevó al cenit, después de Bocanada llegaría Siempre es Hoy, Ahí Vamos y Fuerza Natural, sus giras interminables, sus colaboraciones con Charly Garcia, Bajofondo, Spinetta y Richard Coleman, hasta el triunfal regreso de Soda Stereo en el 2007 con 2 River llenos y las gracias totales. Y el fin.
Solo esto para el final, ese mismo 2007 se produciría uno de los regresos más trascendentes en la historia del rock, volvía The Police original a los escenarios, Sting con Summers y Copeland de la mano maestra de Miles Copeland fueron uno de los shows más vendidos a nivel mundial ese año, un recital imbatible en cuanta ciudad se presentaba. Buenos Aires fue sede de 2 shows en River y me tocó trabajar en ellos porque los traía Grinbank otra vez y los sponsoreaba radio Kabul, que era nuestra radio. El primer show fue un lleno total, el estadio estaba explotado de público. El segundo show fue con menos gente, no llegó a llenarse el césped y había algunos claros en la platea. Police sonó como nunca en esos shows. Mostrándonos a todos los que jamás los habíamos visto en vivo porqué eran tan grandes. El mismísimo Beck fue el grupo telonero esas noches, así y todo no lograron llenar su segundo estadio acá en Buenos Aires. El motivo estaba claro, y era casi karmatico.
Pasa que los bolsillos del fan argentino tiene límites, y el sábado siguiente volvían a River después de 10 años de silencio Soda Stereo en su última gira Me Veras Volver.
Los flacos presupuestos porteños de este milenio obligaban a elegir, y entre ver el regreso de The Police y el de Soda, los locales no dudaron, y esos estadios que en Buenos Aires no logró llenar dos veces The Police, sí lo hizo Soda Stereo.
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