José María Marchetto, coordinador del Museo Municipal Paleontológico Legado del Salado (MUMPA) de Junín confirmó que decenas de restos fósiles de gliptodontes y de los antepasados prehistóricos del elefante y el caballo que habitaron hace más de 10 mil años el territorio bonaerense fueron hallados en el río Salado, a la altura de esa ciudad bonaerense. Ocurrió luego de una bajante de ese curso de agua debido a la sequía que afecta a la región.
El científico pidió a los pobladores que no extraigan los restos que quedan expuestos ya que se trata de un yacimiento paleontológico de la megafauna bonaerense y deben dar aviso a las autoridades del Museo. Explicó que los integrantes del MUMPA fueron los encargados de realizar los rescates junto con la colaboración de vecinos de la ciudad.
Además, precisó que “las aguas del río Salado, en el tramo que atraviesa la ciudad de Junín, bajaron más de lo normal producto de la sequía y eso trajo aparejada una gran cantidad de descubrimientos y rescates de diversos restos fósiles de animales.
No es la primera vez que una bajante del río permite hallar restos prehistóricos; ya en el 2018, tras las inundaciones del 2017 que afectaron el territorio bonaerense, aparecieron en la costa restos de maxilares, colmillos, fémures, cráneos y una gran cantidad de restos de la megafauna que habitó allí.
En esta nueva oportunidad, según explicó Marchetto, “se rescataron piezas de Macrauchenia, un animal que en su morfología era muy similar a la llama, pero más grande y más pesado, ya que alcanzó los mil kilogramos, con una trompa corta, similar a la del tapir y tres dedos por pata”.
“También se hallaron piezas de Stegomastodon, un animal emparentado con el elefante actual, muy similar al mismo en tamaño, que poseía un peso aproximado de 7.500 kilos y sus defensas eran más rectas que las del actual”, señaló a Télam.
Asimismo, se encontraron restos de Toxodón, un animal parecido al hipopótamo, restos de perezosos gigantes, “entre ellos de Megaterio, emparentado con el perezoso de la Amazonia, pero con la diferencia de que el Megaterio llegó a medir unos 6 metros de altura parado en dos patas y su peso alcanzó los 5 mil kilos”, según el especialista, y fósiles de Gliptodontes, animales emparentados con los armadillos. “Los de mayor tamaño llegaron a tener las dimensiones de un automóvil”, remarcó.
Marchetto sostuvo que “aparecieron piezas de organismos un poco más pequeños como de Equus Neogeus, emparentado con el caballo actual, y morfológicamente hablando, prácticamente igual al mismo o el género Dusicyon, que reúne a varias especies de zorros”.
Por otro lado, el coordinador del MUMPA alertó: “En general los vecinos colaboran, pero siempre existen personas que hacen cosas indebidas y se han encontrado en el río excavaciones ilegales de personas que se han llevado y roto distintas piezas fósiles, entre ellas un fragmento de defensa de Stegomastodon de gran relevancia cultural y científica”.
Recordó que los restos están resguardados por la ley nacional de protección del patrimonio 25.743, que establece que “los fósiles sólo pueden ser rescatados por personal idóneo, que sepa cómo efectuar los mismos sin dañar los fósiles y que tengan los permisos legales para hacerlo”.
Y explicó que “los fósiles no tienen valor económico, no son de nadie, son de todos, o sea, son patrimonio de la Nación, por lo que deben estar en un museo para que todo el mundo pueda verlos y estudiarlos” y advirtió que llevarse fósiles “es considerado un acto de vandalismo y puede ser penado con multas o incluso prisión, en algunos casos”.
Los integrantes de la institución apelan a que las personas que realizaron este tipo de actos lo hayan hecho en el marco del desconocimiento de la ley, y por esa razón, devuelvan las piezas sustraídas.
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