Con el pasar del tiempo, se convirtió en un ícono de la cultura porteña en la república Argentina. Se consolidó como un punto de visita obligada para los turistas de todo el mundo y su silueta, con aquel histórico cuadro de Carlos Gardel y el Obelisco de fondo, que decoró la avenida Corrientes durante años.
Sin embargo, cerca de cumplir los 70 años de vida, la mítica pizzería Los Inmortales corre un riesgo serio de cerrar sus puertas en los próximos dos meses, en caso de que la actividad del sector no repunte y no se reciba un nuevo rescate económico para poder pagar los sueldos.
La pandemia de coronavirus, cuyas medidas de precauciones están a punto de cumplir un año, afectó directamente contra el funcionamiento del sector gastronómico del centro porteño, que depende casi de manera exclusiva de una presencialidad permanente en la zona, ya sea para espectáculos artísticos, turismo o asuntos judiciales.
“La situación es gravísima, no puedo decirlo de otra manera. Yo llevo 40 años trabajando en en Los Inmortales. Después de 2001 tuvimos problemas pero nada como esto. Es como si nos hubieran metido en un coma y estamos esperando que nos inyecten algo para resucitar. Así estamos”, le afirmó con angustia el encargado de la sucursal de Los Inmortales de la avenida Corrientes, Antonio Segovia, en una charla telefónica con Infobae.
Segovia trabaja en la empresa desde 1981. Pasó por diferentes puestos y llegó a formar parte de las plantillas de las sucursales de Lavalle y una antigua de la calle Suipacha.
Los Inmortales nació en 1952 bajo el nombre de “El Copetín de Corrientes”. El italiano Francisco Di Ciancia, que había llegado al país junto a sus padres Vicente y Rosa y sus hermanos, formó una sociedad con el marido de su hermana Adela, llamado Felipe, con quien emprendieron el negocio gastronómico. El plato principal era la pizza a la piedra que amasaba Doña Rosa, la madre de la familia.
En 1955 se inauguró el famoso cuadro al óleo del artista Carlos Leonetti, con la figura de Carlos Gardel y la avenida Corrientes con el Obelisco de fondo. La obra medía 3,80 x 2,10 metros y fue presentada el 24 de junio de ese año, cuando se cumplieron 20 años del fallecimiento del aclamado artista.
Hoy, el local de la avenida Corrientes 1369, al igual que las otras cuatro sucursales de Lavalle, Paraná, la calle Mendoza en el barrio de Belgrano y el Nordelta, hacen malabares para poder pagar los sueldos a sus empleados.
“Sólo en este restaurante tenemos 24 empleados”, afirmó Segovia. Y continuó: “Si la cosa no cambia y no encontramos la manera de tener nuevos ingresos, no sé cómo vamos a pagar los sueldos de los próximos meses”, advirtió.
“Nuestro local, tanto como el de Lavalle, está totalmente afectado. Nosotros vivimos básicamente de los teatros, del turismo y de la actividad en Tribunales. Al no haber nada de eso, no aparecen los clientes. La avenida Corrientes es como un desierto”, agregó.
El panorama descrito por Segovia se muestra en sintonía con el panorama desesperanzador que trazaron desde la Asociación de Propietarios de Pizzerías y Casas de Empanadas (Appyce).
“La situación se volvió crítica en esta segunda ola de acuerdo a dos factores”, afirmó Gustavo Levinson, secretario general de Appyce, a Infobae. “El primer punto es el final del ATP (Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción) del Gobierno, que se terminó en diciembre del año pasado. La segunda fue un cambio en el convenio que teníamos con el sindicato de Pasteleros (STPSRCHPyA), que mediante el artículo 223bis permitía la suspensión de trabajadores junto al pago de un 70% de su sueldo. Ahora, sigue existiendo ese convenio pero para acceder a eso, hay que llenar millones de formularios y muchas empresas terminan desistiendo”, completó.
De acuerdo a encuestas recogidas por Appyce en las últimas semanas, se constató que el 45% de las pizzerías consultadas no pudieron abonar los sueldos completos del mes de enero. Además, un 15% de los locales abonados al gremio tuvieron que cerrar sus puertas desde el inicio de la pandemia y se teme que esa cifra pueda escalar a un 35% en los próximos tres meses.
Desde el Gobierno se indicó que también hubo otras ayudas para el sector gastronómico, además del ATP en el último semestre del último año.
El Ministerio de Turismo y Deportes llevó a cabo, a raíz de una idea del propio jefe de la Cartera, Matías Lammens, un programa llamado Fondo de Auxilio y Capacitación Turística (FACT), que asistió a empresas afectadas por la caída total del turismo, con millones de pesos para poder solventar los gastos.
En total, se invirtieron unos 3.800 millones de pesos, se alcanzó a 2.500 empresas y 38.000 trabajadores. Un 29% de todas las compañías beneficiadas por esa ayuda pertenecen al sector gastronómico.
En tanto, algunas de las empresas históricas del rubro que apelaron al programa fueron La Biela (que a medidados de 2020 estuvo a punto de cerrar sus puertas), Los Angelitos, La Cabrera, Baqueano y Angelín.
En tanto, el programa Repro II, anunciado por el Gobierno el lunes y que aporta unos 12.000 pesos al sueldo de los empleados de empresas en situaciones críticas, también contempló a negocios del rubro gastronómico.
“Estas ayudas están muy bien y ayudan, pero en el Centro necesitamos de otro tipos de ajustes por parte del Gobierno. No puede ser que las aplicaciones de envíos se lleven entre el 30 y el 35% de las ventas, es casi toda la ganancia. Y con los horarios, lo mismo. Si una obra de teatro finaliza a las 23 y nosotros tenemos que cerrar entre las 00.30 y la 1, nadie va a entrar a comer a nuestro restaurante”, se lamentó Segovia.
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