El 17 de febrero vuelven las clases presenciales a la Ciudad de Buenos Aires y el Gobierno porteño presentó un protocolo con el objetivo de evitar la propagación del COVID-19 en las aulas. En ese marco, comenzó la campaña de testeos para personal docente y no docente de nivel inicial, primario y secundario: el anuncio acciona en sintonía con el regreso de todo el personal luego del receso de vacaciones para mantener reuniones de coordinación a partir de esta mañana.
Los trabajadores, tanto de instituciones públicas como privadas, se pueden testear cada 15 días en forma voluntaria. Para hacerlo, primero tienen que sacar turno en la página web del Ministerio de Educación de la Ciudad. Allí tendrán que elegir el día, la hora y el lugar en el que desean hacerse la prueba de coronavirus, además de completar sus datos personales y el nombre de la escuela donde trabajan.
Los testeos se realizan, desde esta mañana, en tres centros. Uno de ellos es La Rural, en Palermo, que funcionará de 8 a 20, de lunes a domingos. El test diagnóstico se puede realizar tanto en forma peatonal con entrada por avenida Santa Fe 4201, como vehicular, con acceso por avenida Sarmiento 2704. Otra opción es la Usina del Arte, ubicada en Agustín Caffarena 1, La Boca. El ingreso es peatonal y se puede reservar turno de lunes a viernes entre las 9 y las 15 horas. La otra posibilidad es la Sede Comunal 7, en avenida Rivadavia 7202, Flores. El testeo en este lugar también es peatonal, de lunes a viernes entre las 9 y las 15 horas.
Los resultados serán informados a los trabajadores entre las 12 y las 14 horas posteriores a la realización de la prueba, a través de mail o comunicación telefónica. En caso de resultar positivo, será notificado por personal de Salud mediante un llamado telefónico para transmitir el procedimiento sanitario a seguir.
Según informaron desde el Ministerio de Educación de la Ciudad, a cargo de María Soledad Acuña, el Gobierno porteño cuenta con la capacidad para testear a la totalidad de los trabajadores de la educación, tanto docentes como no docentes, de la educación pública y privada. “El objetivo es llevar tranquilidad a los docentes y a las familias de los alumnos en el comienzo del ciclo lectivo 2021, bajo estrictos protocolos sanitarios”, señalaron desde el área conducida por Acuña.
Desde el centro de La Rural, Felipe Miguel, jefe de gabinete porteño, dijo en declaraciones a TN: “Es un día muy importante donde se está dando un paso trascendental para el regreso de los chicos a las clases presenciales. Tenemos dispuestos mecanismos de testeos para el personal de educación tanto a través de vehículos como de manera peatonal. Es un trámite muy sencillo, en pocos minutos se lleva adelante el testeo y en pocas horas se obtiene el resultado. Es una buena herramienta para que en conjunto se vuelva a las clases con total tranquilidad. Apuntamos a que se inscriba la mayor cantidad posible de docentes. Nos preparamos para eso, para brindar los test a la totalidad del personal docente y no docente de la Ciudad”.
“El Plan Primero la Escuela tiene como objetivo el inicio de clases presenciales bajo estrictos protocolos sanitarios y con una estrategia de testeo rápido de coronavirus al personal docente y no docente de escuelas de gestión estatal y privada. El testeo es voluntario, pero muy recomendado. El fin es poder establecer intervenciones oportunas para disminuir la transmisión del coronavirus a través de la búsqueda activa de personas asintomáticas”, informa la cartera de educación porteña desde la web para sacar los turnos.
El viernes pasado el Gobierno porteño realizó una publicación de 23 carillas para presentar el protocolo de cara al regreso a las clases presenciales. Allí se especificó las medidas que deberá tomar cada institución ante la aparición de un caso de coronavirus: “Si el caso confirmado es un estudiante, se deberá aislar, durante 10 días corridos, a la burbuja a la cual pertenece y a los docentes que le hayan impartido clases hasta 48 horas antes de confirmarse dicho caso. Si se trata de un docente, el procedimiento es el mismo”.
Entre las medidas adoptadas en el protocolo, se destaca que cada sala, grado, año o curso conformará un “grupo burbuja” y que el regreso a clases se hará de manera “escalonada y progresiva”, con el 17 de febrero como punto de partida.
“Para el caso de los docentes que participen o impartan clases en más de un grupo burbuja, se deberán extremar las restantes medidas de seguridad del presente protocolo, tales como mayor distanciamiento del docente respecto de los estudiantes, evitar la circulación por el aula/espacio, entre otras. Asimismo, los docentes promoverán el cumplimiento de las medidas establecidas por este protocolo de forma constante, para que las mismas se vuelvan habituales”, explica el texto.
Los grupos de riesgo y aquellos que poseen enfermedades preexistentes, embarazadas o mayores de 60 años (o quienes convivan con personas pertenecientes a dichos grupos), “podrán exceptuarse de asistir de manera presencial al establecimiento educativo, debiendo presentar el certificado médico correspondiente y/o acreditar la convivencia según el caso. Para dichos grupos de estudiantes, se brindarán alternativas remotas para garantizar la continuidad pedagógica”.
Con respecto al acondicionamiento de los establecimientos, el protocolo propone: señalización de espacios, anulación de los bebederos, provisión de dispensers con alcohol en gel e insumos para la higiene de manos (jabón y papel descartable) en los baños y lavabos.
Además contempla el acondicionamiento de un espacio físico para aislamiento, “preferentemente con puerta, ventana y baño propio”. También habrá cartelería con información respecto de las medidas y protocolos vigentes, “en lugares accesibles y visibles”.
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