Es argentina y se mudó con su novio a un velero anclado en un pueblo pesquero de España: “Es increíble vivir más liviano”

Mela Castagno es publicista y en plena pandemia, con su pareja decidieron vivir en un barco después de dos años residiendo en un piso en Barcelona. “Quisimos achicarnos y ahorrar... pero ahora no nos queremos ir”, dice convencida

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Para achicar costos se mudó
Para achicar costos se mudó a un velero anclado. "Me encanta vivir en contacto con el agua, y estar más liviano".

Hace siete meses que Mela Castagna (30) se mudó con su novio a un velero de 8 pies en el puerto de Sitges, España. “Es nuestro monoambiente al aire libre y sobre el agua”, cuenta sobre su nuevo hogar. Ella es publicista y su pareja, Iván Ponce (30), es productor de música. Aunque en el último tiempo sus roles sean un poco distintos.

Mela nació en Colón, provincia de Buenos Aires. Iván es rosarino. Se conocieron mientras ella terminaba la licenciatura en Publicidad, en Rosario. Recuerda que en 2016, durante un viaje siendo novios, decidieron emigrar a Barcelona después de conocer la ciudad, que los enamoró. “Pasamos unas semanas y dijimos este es nuestro lugar en el mundo, es perfecto. ¡Nos vamos!”, le cuenta Mela a Infobae. Ese fue el inicio de todo.

Ella trabajaba en un agencia de medios, él en el sector comercial de una empresa administrativa. Con la idea en mente, después de un tiempo de averiguaciones y trámites para la residencia, salieron a vender lo que tenían, sumaron algunos ahorros, y se animaron a salir al mundo. Ya llevan cuatro años instalados en Europa. “Tengo el pasaporte español, lo que facilitó mucho la mudanza, la posibilidad de instalarnos y residir con casa y trabajo estable”, destaca.

El día a día de
El día a día de homeoffice

Cuando volaron a Barcelona eligieron ir a lo seguro y alquilaron un piso en el barrio gótico. A las pocas semanas consiguieron trabajo estable. Les resultó fácil el desarraigo. “El choque cultural no es significativo. Lo único que se extraña son los afectos. El resto fue bastante sencillo. Los españoles nos quieren mucho y valoran la capacidad argentina de trabajo, es algo que me lo destacaron en más de una ocasión”.

Se hicieron amigos, viajaron a destinos cercanos por Europa... y otros no tanto. En octubre de 2019 se propusieron otra gran travesía, esta vez al sudeste asiático. Para eso renunciaron a sus trabajos estables y sacaron pasaje de ida, con pocas certezas del regreso. Durante esos meses aprendieron a “economizar el espacio, a vivir livianos” sin imaginar lo fundamental que sería esa experiencia para sus vidas. Otra vez en Barcelona, la pandemia los sorprendió.

“Volvimos y por suerte pude seguir trabajando de manera freelance en Marketing Digital, a Iván le fue más difícil porque su rubro estaba paralizado. Quisimos achicar costos de vida, y buscamos viviendas alternativas”, dice.

En el puerto se hicieron
En el puerto se hicieron amigos de los vecinos que los invitan a navegar por el Mediterráneo

-¿Cómo surgió la idea de pasar de un piso a un barco anclado?

-Entre las opciones que empezamos a ver cuando buscábamos departamento para alquilar, salió la oportunidad de alquilar un barco. Y acá estamos, disfrutando de esta nueva aventura

El barco -llamado Gobbi- no funciona, por eso está anclado en el puerto de Sitges, un pueblo pesquero ubicado 35 klilómetros al sudeste de Barcelona, considerado como la perla del Mediterráneo. Un lugar que enamora por las playas y su arquitectura colonial. “Acá salimos a pasear con los vecinos, y sino estamos al aire libre, en contacto con la naturaleza y el agua”, explica.

–¿Cuánto cuesta el alquiler de un velero ?

–Alquilamos un piso para dos por 1.100 euros con gastos incluidos. Hoy pagamos 430 euros. La vida es un poco distinta, aunque nos encanta. Los gastos vienen incluidos en el alquiler y es mucho más barato que un piso en el centro.

El barco por dentro
El barco por dentro

–¿Cómo es vivir en un barco?

–Es muy similar a vivir en un piso común: tiene cocina a gas, microondas y heladera. También tiene baño, pero para ducharnos usamos los vestidores que hay en el puerto, a unos pocos metros, que limpian todos los días. Lo compartimos con las familias que viven acá. En total viviremos acá 30 familias. Se formó una comunidad, nos invitan a navegar. Tampoco hay olor en el puerto, una pregunta que me hicieron muchos. Aquí no hay lobos marinos como en Mar del Plata ni otros animales. A 100 metros tenemos la playa, si hace calor nos vamos al mar, si llueve nos acurrucamos en el living. Disfrutamos mucho los atardeceres y salir a caminar a la playa, que está a 100 metros.

–¿Se aprende a vivir en un espacio tan reducido?

–Se aprende. Nosotros siempre fuimos muy prácticos. Ahora consumimos menos, acumulamos menos. Tenemos todo lo que necesitamos, una heladera tipo frigobar, hornallas para cocinar, agua ... Hay mucho espacio de guardado, y nuestro living-oficina, que es nuestro espacio preferido.

Junto a Ivan en Tailandia
Junto a Ivan en Tailandia

–¿El movimiento del mar molesta o marea en algún momento?

–Es suave. Al contrario, te invita a descansar. En estos meses, la única vez que sentí que no aguantaba las olas fuertes me fui a lo de una amiga.

La pareja además de dar tips de viaje y destinos en (@mela.castagna) tiene un emprendimiento de alquiler de sistema de auriculares para eventos silenciosos llamado SFD Barcelona, Silent Fucking Disco. “Nos contratan para fiestas privadas, cine, degustaciones, clases de yoga y se puede aplicar a varias modalidades, siempre en silencio y conectados con auriculares”.

–Hay una gran cantidad de argentinos que quieren emigrar, ¿recibís consultas al respecto?

–Sí, bastantes. En el último tiempo tuve varias de amigos, conocidos y desconocidos. Hay muchos factores que inciden en la decisión, en nuestro caso fue por ganas de salir al mundo, porque desde acá hay muchas más posibilidades de viajar. Tuvimos mucha suerte.

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