“Karen ha sido la súper heroína que necesitaba nuestra familia. Su capacidad para adaptarse durante la pandemia nos cambió por completo, su papel es incomparable”, empieza la carta escrita por la familia Van Wieren, los jefes de Karen, una joven niñera cordobesa.
Los elogios no se detuvieron ahí: “Lo hizo con alegría, innovación y una comunicación excepcional. A la luz de todo esto, ¡logró alcanzar sus increíbles metas de aprender inglés y comenzar su carrera como piloto! A nuestra hija au pair, Karen, ¡te queremos!”.
Karen Sateriano -ella es la depositaria de los elogios- tiene apenas 25 años, puso los pies en Chicago en noviembre de 2019 y le quedan otros cinco meses más en el exterior. Ahora, está a punto de convertirse en la Mejor Niñera de los Estados Unidos gracias a la postulación sorpresa de la familia que la contrató para que se encargue de cuidar a sus tres hijos.
En el concurso (previsiblemente llamado Au Pair of the Year) participan niñeras de todo el mundo. Karen ya está nominada entre las 15 finalistas. “Cuando leí el posteo primero me tomó de sorpresa, porque no me habían comentado nada, y luego me emocioné porque pude ver todo lo logrado durante este duro año“, reconoce. “El premio no es eso lo que me interesa, sino una manera de agradecerle al matrimonio esta especie de ‘homenaje’ y que a su vez se valore el trabajo diario de las niñeras”, destaca.
Nacida en Unquillo, Córdoba, Karen estudió para ser tripulante de avión, aunque su verdadera meta es convertirse en piloto comercial, una profesión a las que pocas mujeres llegan. El idioma inglés es indispensable para el día a día y encontró en el programa AU PAIR (para cuidar niños durante un año en el exterior) la mejor opción para perfeccionarlo.
Después de cumplir con los requisitos necesarios -entre ellos el de tener licencia de conducir y haber tenido experiencia comprobable en el cuidado de niños-, fue seleccionada para trabajar en la casa de una familia en Chicago, Illinois.
El programa cultural tiene una gran convocatoria entre las jóvenes argentinas, e incluye pasaje aéreo, alojamiento en casa de familia con pensión completa, seguro médico todo el año y una asignación mensual de unos U$S 800.
Una más de la familia
Vivir a más de 10.000 kilómetros de su casa fue un gran desafío para Karen. Es la primera vez que está tan lejos por un largo período de tiempo. Y se volvió un reto aún mayor por la necesidad de convivir con cinco desconocidos. “Tomar la decisión de cambiar mi vida me llevó casi dos años. Tenía que optar entre quedarme en mi zona de confort o hacer algo distinto, para así poder alcanzar uno de los objetivos que me acercara a mi gran sueño, que es ser piloto”, explica la cordobesa. “Llegué a una familia hermosa. Desde el primer momento me apoyaron, me guiaron, me demostraron su cariño y me hicieron sentir como en casa”, completa.
Karen, la inspiradora
Con tres niños en casa, el día a día es agitado. Tiene a su cargo a dos varones de 7 y 5 años y una beba de 18 meses. Su rutina arranca a las 8 de la mañana. Debe ocuparse de todo lo que tenga que ver con las actividades de los chicos. “Jugamos, hacemos las compras, los llevo y voy a buscar donde estén, les preparo de comer y me ocupo de ayudarlos con la tarea del colegio. Ese fue todo un desafío porque me tocó acompañarlos durante la pandemia. Ambos padres son trabajadores esenciales, así necesitaban un apoyo mayor en el día a día. Fui una especie de maestra... jamás me lo demandaron, lo hice porque me nació”, reconoce. Algo que fue resaltado por el matrimonio al catalogarla como “nuestra súper heroína”.
“Si hubo un trabajador esencial durante el año pasado, tendría que ser Karen. Ella fácil y desinteresadamente dio un paso más allá de lo que pensaba que iba a ser su papel cuando nuestros sistemas escolares se cerraron. Pero los dos padres tuvimos que continuar trabajando en la primera línea durante la pandemia”, escribió el matrimonio en el sitio web de postulación.
La carta donde elogian todas las cualidades de Karen es extensa. Sin embargo, a lo largo del escrito la familia resalta el impacto que tuvo la llegada de la cordobesa a sus vidas. “Cualquiera puede cuidar a un niño, muchas personas pueden amar a un niño, pero se necesita una au pair increíble como Karen para hacer todas estas cosas y al mismo tiempo inspirarlos a tener grandes sueños”.
-¿Qué costumbres pudiste compartir en la casa?
-Instalamos los 29 como el “día de ñoquis”, y los chicos los esperan con ansias. También les hice varias recetas de comida como las empanadas de carne, humita, las milanesas y la chocotorta. Aman los alfajores, que a veces se consiguen por Chicago. Aprendieron varias palabras en español, a la mañana nos saludamos con un “buen día”, dicen “gracias”, y “por favor”.
-¿Ellos que te ‘contagiaron’?
-Las nuevas costumbres. Por ejemplo cenar temprano, a las seis de la tarde, al principio lo odiaba y ahora me encanta. Aprendí algo de futbol americano con los varones. También la celebración del Thanksgiving (Acción de Gracias), es una fecha importantísima donde se reúnen en familia o seres queridos para agradecer.
-¿Qué te llevas de esta experiencia?
-Mucho, sin lugar a dudas valió la pena. El trabajo de una niñera aquí es muy reconocido y agradecido. Me podría haber involucrado menos y quedado solo en lo que me pedían, pero creo que de este intercambio ganamos ambos.
Dónde votar por Karen:
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