La Playa Cabo Corrientes se convirtió, desde hace muchos años, en uno de los lugares preferidos por los turistas que visitan Mar del Plata. Allí no solo encuentran un espacio de calma sino que también se vuelven parte de un lugar que entrega una variada y requerida gama de deportes acuáticos.
El bajo nivel de vientos vuelve a esta playa un sitio diferente en La Feliz. “La gente se queda hasta tarde: son las 20 y ves a familias o parejas tomando mate”, cuenta Tomás, quien trabaja en el lugar.
Cabo Corrientes sobresale por ser un área a la cual abraza un saliente rocoso, con un parador y sombrillas, pero sin carpas. Quienes conocen y concurren asiduamente a este espacio, ubicado entre las Chica y Varese, entregan un consejo fundamental: hay que llegar temprano.
En los días más cálidos, la playa se completa con mayor rapidez. Sucede que aquí se aglutinan varios tipos de públicos: quienes desean practicar surf, los que buscan tomar sol alejados del ruido o aquellos que auguran por quedarse hasta tarde en la playa sin que el clima los complique.
En esta pequeña porción de arena no se alquilan carpas ni reposeras. Sí sombrillas, las cuales tienen un valor diario de $2 mil y poseen una capacidad máxima de cuatro personas. En el alquiler se incluyen dos sillas y dos pequeños sillones.
Sobre uno de los paredones yace la Bajada Náutica Cabo Corrientes. Frente a la playa, lugar que funciona como guardería náutica y de tablas de surf. Allí también se ubica uno de los locales del MDP Surf Club, en donde se alquilan con equipo completo para la práctica de surf y bodyboard: shorboards, funboards y longboards de fibra. El lugar también funciona como guardería de tablas de surf.
Entre los deportes acuáticos se destaca el Stand Up Paddle (SUP), instalado desde hace varias temporadas en la zona. El SUP es una modalidad del surfing que consiste en pararse sobre una tabla y propulsarse mediante un remo.
El lugar no permite el alquiler de los equipos para practicar el SUP de manera recreativa. La instructora dijo que “cada clase dura una hora y media y cuesta $1.200 e incluye todo el equipo (tabla, remo, pita y neoprene). En ese tiempo se enseña desde cómo ponerse el traje de neoprene hasta distinguir el equipo. Y luego pasamos al agua, en donde estamos una hora aproximadamente”.
“Nos encanta venir acá porque se vive un clima diferente. Hay menos gente, no hay música, hay mucho deporte acuático. Es otra movida y realmente se promueve el descanso”, dijo Mónica, oriunda de la ciudad de Buenos Aires, a Infobae.
Las dos escolleras que encierran el mar en Cabo Corrientes son de algún modo una tranquilidad para quienes veranean allí junto a sus hijos, dado que la orilla se exhibe más pequeña y así es más sencillo tenerlos a la vista
En el restaurante El Cabo, un café con leche con dos medialunas y un juego exprimido cuesta $350. Las ensaladas oscilan entre los $400 y los $750. El menú infantil (hamburguesa o pancho con papas fritas y gaseosa tiene un valor de $570).
Los sándwiches fríos cuestan entre $290 y $690, las gaseosas y aguas $150, los licuados $250 y las cervezas varían entre los $200 y $370.
En el lugar aseguran que son las rabas el plato más pedido entre quienes desean almorzar en la playa. La porción sale $790. También se recomiendan los langostinos empanados ($690) y los bastoncitos de pollo rebozados ($400).
La convocatoria en Cabo Corrientes es tan masiva que durante los últimos fines de semana, los agentes de control del municipio de General Pueyrredón colocaron carteles para avisar que la playa estaba completa.
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