Argentina integra junto a Canadá y Estados Unidos el selecto grupo de países del continente americano que posee un servicio de guardia costera independiente de la respectiva Marina de Guerra. Si bien la Prefectura Naval Argentina y la Armada Argentina son instituciones con historia, tradición y personería propias, durante muchos años la fuerza policial dependió de la institución naval de la misma forma en que la Gendarmería Nacional reportaba al Ejercito Argentino.
Con el advenimiento de la democracia y el cada vez más acentuado cambio de paradigma respecto a la separación de las tareas de defensa nacional y seguridad interior, la PNA dejó de revistar bajo la órbita del Ministerio de Defensa y paso a depender de lo que hoy se conoce como Ministerio de Seguridad. Esta separación administrativa generó entre otras cosas algunas zonas grises fundamentalmente originadas en aspectos relacionados con la búsqueda y rescate en alta mar, el control administrativo del personal de la Marina Mercante y fundamentalmente el patrullado y control del Mar Argentino en lo atinente a la prevención de la pesca ilegal.
Afortunadamente y merced a una visión política acertada y una satisfactoria sintonía entre las actuales autoridades superiores de ambas instituciones, los buques guardacostas de la Prefectura Naval y las unidades navales de la Armada comenzaron a trabajar en forma coordinada alternándose tanto en el patrullado marítimo como así también en las labores que realizan las unidades aéreas de ambas fuerzas durante los sobrevuelos que resultan fundamentales a la hora de determinar con precisión la presencia de pesqueros extranjeros en la zona de interés económico nacional. Retomando una práctica que se había abandonado desde la década del 80 las fuerzas intercambian personal de modo tal que en la actualidad prefectos integran la dotación de buques de la Armada y viceversa.
Infobae dialogó con uno de los integrantes del plantel de efectivos de la Estación Aérea Comodoro Rivadavia, dependiente del Servicio de Aviación de la Prefectura Naval Argentina, en la previa a una nueva misión de control del mar.
-¿Cuáles son las tareas reglamentarias asignadas al servicio de Aviación?
- La Prefectura Naval Argentina, a través del Servicio de Aviación, cumple múltiples tareas que revisten importancia para el sostenimiento de las funciones asignadas por Ley en los puntos más distantes de su jurisdicción, dentro de la cuales se incluyen: la búsqueda y rescate, evacuaciones sanitarias, el transporte de pasajeros y cargas, la lucha contra incendios, la asistencia a buques en emergencia, detección de derrames de hidrocarburos y mercancías peligrosas, entre otras; y en lo particular, la actividad que nos convoca hoy: la vigilancia del tráfico marítimo, el contralor de actividades ilícitas en la Zona Económica Exclusiva argentina y el patrullaje y control de la pesca en aguas jurisdiccionales.
-¿En que consiste el vuelo que está a punto de iniciar?
-Hoy realizaremos la tarea de patrullaje marítimo en el límite exterior de la Zona Económica Exclusiva Argentina (ZEEA) y observaremos en especial a la flota extranjera que opera en la zona adyacente a la misma. Para ello, nos adentraremos con el avión de Vigilancia Marítima matriculado PA-22, del fabricante americano Beechcraft y cuyo modelo es el King Air 350 de rango extendido. Es una aeronave bimotor, turbohélice, especialmente modificada en la República Federal de Alemania, equipada con una suite de sensores para la vigilancia del mar, el seguimiento y el control de embarcaciones.
El Jefe policial relata además que este tipo de aeronaves posee una autonomía máxima de 9 horas de vuelo a una velocidad de crucero de 500 Km/h, lo que la torna especialmente para ser desplegada rápidamente a cualquier punto de la ZEEA, cuyo límite exterior se encuentra aproximadamente a 370 kilómetros de la costa. Su tripulación habitual es de 4 miembros de los cuales 2 cumplen funciones de comandante y copiloto, 1 ejerce el rol de mecánico de vuelo y el restante es operador de misión y habitualmente también es piloto.
-¿Cómo se programa un vuelo de reconocimiento en cuanto a la elección del momento adecuado y con que frecuencia se realizan?
- La Prefectura Naval Argentina, en su carácter de Autoridad Marítima Nacional, como Policía Auxiliar Pesquera e integrante del Sistema Integrado de Control de Actividades Pesqueras (SICAP), contribuye con el Plan de Acción Nacional para Prevenir, Desalentar y Eliminar la Pesca Ilegal, No Declarada y No Reglamentada (PAN-INDNR) En este sentido, los vuelos de patrullaje y reconocimiento se planifican acorde a directivas del Ministerio de Seguridad de la Nación y emanadas por la Dirección de Operaciones de la Prefectura Naval, que concentra información de diferentes fuentes en un moderno e innovador sistema integral de vigilancia electrónica denominado SISTEMA GUARDACOSTAS, a partir del cual se puede determinar el posicionamiento y seguimiento de la flota pesquera, logrando así un uso racional y eficiente de las unidades aéreas y de superficie. Un factor adicional y primordial es la situación meteorológica, ya que en las latitudes en las que normalmente operamos los vientos son fuertes y la visibilidad no siempre es apta para un adecuado relevamiento. Asimismo de acuerdo al tipo de especie que se este pescando, los vuelos pueden ser nocturnos o diurnos.
-¿Estos operativos se financian con partidas destinadas al Ministerio de Seguridad o hay fondos especiales para el control del mar?
- Los patrullajes realizados tanto por unidades aéreas como de superficie se realizan con recursos presupuestarios propios y aquellos provenientes del Fondo Nacional Pesquero (FONAPE), asignados a la Institución por la Autoridad de Aplicación Nacional en materia pesquera. (Subsecretaria de Pesca de la Nación - Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca)
-¿Cuál es la cobertura aérea que comprende un vuelo de reconocimiento?
-Teniendo en cuenta el escenario operativo previamente definido por el Servicio de Tráfico Marítimo y en especial la distribución geográfica actual de la flota y los buques considerados “de interés”, el relevamiento de los buques pesqueros comienza desde el momento en que despega la aeronave, dado que posee un sistema de identificación automática de embarcaciones el que, junto al radar de vigilancia marítima, permite identificar a todas las embarcaciones que se encuentren dentro de su alcance. Por ello, antes de arribar al límite de la ZEEA ya se dispone de la situación y disposición en la que se encuentra la flota de buques pesqueros y se verifica si la misma se encuentra dentro o fuera del límite. El vuelo se extiende más allá del límite de las 200 Millas Náuticas, siendo este espacio donde habitualmente opera la flota extranjera dedicada a la Pesca Ilegal, No Declarada y No Reglamentada, permitiendo de esta manera relevar a todos los buques y en particular a los de apoyo logístico, quienes constituyen el sostén de las operaciones de pesca.
-¿Cuáles son los datos que se obtienen en un vuelo y como se procesan?
-El sistema integrado de misión concentra la información que reciben los sensores de a bordo y los datos que recopila son: la posición geográfica del buque por medio de un moderno radar marítimo, además de los datos filiatorios de la embarcación, siempre y cuando este colabore activando el sistema de posicionamiento de identificación automática (AIS). Debe destacarse que los buques pesqueros no forman parte de la mayoría de los Convenios Internacionales, por lo que no están obligados en aguas internacionales a transmitir su identificación a través de este sistema. De no colaborar y dependiendo de la hora de operación y las condiciones de visibilidad, se obtienen fotografías y videos de cada uno de los barcos seleccionados, gracias a la cámara de uso diurno y nocturno (que registra en el espectro infrarrojo). Esta información junto a todas las comunicaciones que se realizan con los buques son grabadas y almacenadas en un disco rígido extraíble para su posterior descarga y análisis inicial. Una vez en tierra la información es transmitida a los mandos superiores y a las áreas encargadas de su post proceso en procura de un pormenorizado análisis en materia de inteligencia marítima.
-¿Cuál es el destino de la información obtenida?
-Toda la información que se obtiene de la misión es procesada, analizada e informada a la Dirección de Operaciones y al Servicio de Tráfico Marítimo a los fines de determinar responsabilidades administrativas y/o judiciales, como asimismo determinar la dinámica, conductas y procederes de los buques que realizan pesca ilegal, no declarada y no reglamentada. Esta información se encuentra disponible a través del portal web de la Prefectura Naval Argentina siendo de acceso público para toda la sociedad. De encontrarse buques en presunta infracción tanto nacionales como extranjeros, se da intervención a los Organismos que tengan injerencia en la materia. Asimismo, la información debidamente analizada, además de ser utilizada por la PNA para la elaboración de su estrategia de control es suministrada, acorde su interés, a otros organismos del Estado como ser: Cancillería, Subsecretaría de Pesca y Acuicultura y la Armada Argentina, entre otros.
-¿Cómo describiría el trabajo conjunto con la Armada Argentina?
- Desde el año pasado, se viene trabajando de manera coordinada con la Armada Argentina a fin de garantizar la preservación de los recursos naturales de todos los ciudadanos. En este contexto, se coordinan los patrullajes aéreos y de superficie de ambas fuerzas en lo que respecta al control del límite exterior de la ZEEA, procurando así optimizar el uso eficiente de los recursos y reforzar los canales existentes de comunicación.
-¿Cómo cuantificaría y calificaría la presencia de buques presuntamente ilegales en aguas de interés nacional respecto a la de años anteriores?
- La concentración de una importante flota extranjera en la zona adyacente al límite exterior de nuestra Zona Económica, constituye una amenaza permanente a la soberanía económica del país, por lo que la presencia el Estado se hace sumamente necesaria e imprescindible, para su protección.
El calamar Illex argentino, además de ser una especie comercial codiciada en todo el mundo, es también una especie migratoria y por ello no siempre se encuentra dentro de la Zona Económica Exclusiva Argentina. Durante la época del año en que, como parte de esta migración, se dirige hacia el talud continental (parte del relieve submarino de fuerte declive, que une la plataforma continental con los fondos oceánicos), es cuando frecuentemente el cardumen sobrepasa el límite exterior de nuestra Zona Económica, y allí es cuando observamos a muchos barcos de bandera extranjera en alta mar, en procura de los mismos.
Las mayores concentraciones de la flota, se registran entre los meses de febrero a abril, con registros de más de 300 buques en operaciones, siendo este un promedio constante en las últimas temporadas. Debemos tener en cuenta que el caladero argentino es uno de los más importantes del mundo, lo que resulta de interés a muchos buques de países extranjeros. Gran parte de esta flota son buques de origen asiático, pero también los hay de otras nacionalidades. Si bien la proporción en la cantidad de buques no se ha incrementado, se observa en los mismos un nivel de tecnificación más importante y más organización respecto a años anteriores.
Sobre el Sistema de control a distancia “Guardacostas”
Autoridades de la PNA detallaron a Infobae algunas de las principales bondades del moderno sistema de control y monitoreo a distancia desarrollado por la fuerza y mediante el cual se ejerce un efectivo control no presencial del mar argentino lo que permite optimizar el empleo de los recursos móviles tal como lo son buques y aeronaves.
Según los responsables de la operación del sistema Guardacostas, “la implementación de esta moderna herramienta ha sido de superlativa importancia. Por un lado, porque se encuentra al alcance de cualquier miembro autorizado de la Prefectura y por otro, por el hecho de que hoy la información marítima es de tal magnitud y se actualiza tan rápidamente, que es necesario contar con una herramienta de este tipo”.
Este Sistema de Información Geográfica (GIS) permite obtener, desde una única plataforma, toda la información disponible relativa a movimientos, datos técnicos y administrativos de los buques que se encuentran navegando por el mundo. En especial, permite diferenciar aquellos buques considerados no colaborativos.
Se denominan " buques no colaborativos” a las embarcaciones extranjeras que, sorprendidas en tareas de pesca ilegal en aguas de la Zona Económica Exclusiva Argentina, no acatan las órdenes que se le dan desde el Buque Guardacostas, buscando de esta manera evitar, inicialmente, ser identificados, apagando sus sistemas de Identificación Automática (AIS) para no ser detectados o incluso, borrando o tapando parte de su nombre, y, a posterior, no permitiendo la visita de inspección que tiene por fin verificar la infracción al Régimen Federal de Pesca.
No obstante, una vez que se los identifica y se constata dicha desobediencia, se configura el delito de “Resistencia a la Autoridad”, previsto en el artículo 239 del Código Penal Argentino, dándose intervención a la Justicia Federal.
El sistema a su vez, recibe información satelital provista por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), pudiendo detectar aquellos blancos de interés que son luego evaluados por esta aeronave a fin de determinar su naturaleza y clase, además de la actividad que realiza. Por ello, y gracias a la imagen situacional brindada por el SISTEMA GUARDACOSTAS, las operaciones marítimas y aéreas son más precisas, enfocando los esfuerzos en donde se tenga dudas de las actuaciones de estos barcos pesqueros ilegales, no declarados y no reglamentados.
Vale destacar que uno de los logros que Argentina ha obtenido en materia de reconocimiento de sus derechos soberanos sobre los recursos ictícolas de su ZEE, ha sido la interdicción en 2016 del pesquero oriental “Hualy 8″ que eludió un control marítimo que pretendía ejercer la PNA dándose a la fuga. Argentina libró el correspondiente pedido de captura internacional y luego de diversas alternativas fue detenido en Indonesia siendo su zarpada demorada durante más de 6 meses hasta que su propietario pagó la multa y demás cargos reclamados por las autoridades nacionales. La certeza de efectividad sobre este tipo de reclamos internacionales permite eximir en muchos casos otras medidas coercitivas que normalmente suelen aplicarse para detener una fuga en alta mar como lo son las salvas intimidatorias o los disparos a zonas despobladas del casco de una embarcación.
SEGUÍ LEYENDO: