El ministerio de Cultura lanzó la convocatoria para el 109° Salón Nacional de Artes Visuales, un certamen que se realiza de manera ininterrumpida desde 1911 en el que se puede competir en diferentes categorías, como cerámica, dibujo, escultura y fotografía, entre otras. Para inscribirse hay que llenar un formulario de manera online, que incluye una serie de preguntas personales de carácter confidencial. Una de ellas hace referencia al “género y/u orientación sexual” del postulante, cuyas opciones despertaron un debate en las redes sociales.
El formulario invita al concursante a tildar una o varias opciones, que son las siguientes: mujer, varón, travesti, transexual, mujer trans, varón trans, marica, no binario, heterosexual, lesbiana, gay o bisexual. También está la posibilidad de hacer click en “otro” y brindar alguna especificación.
“Para exponer en el Salón de Artes Visuales te mandan esta planilla para que completes. Primero, ¿qué carajo les importa? Segundo: ¿no les basta que sea un artista o un simple ser humano? Lo de marica me superó”, publicó un usuario en Twitter junto a una captura del formulario. No fue la única persona que se vio sorprendida por las numerosas opciones, principalmente la de “marica”.
Sin embargo, lejos de la controversia que se generó en las redes, el formulario responde a un viejo reclamo de un sector de la comunidad LGTBI, en referencia a las personas que no se sienten identificadas con el sistema binario varón/mujer, pero tampoco con la orientación sexual “gay”, “lesbiana” o “bisexual”. Se trata de una reivindicación de aquellos que siempre se han sentido excluidos a la hora de completar una planilla de estas características.
Según explicaron a Infobae fuentes cercanas a la cartera conducida por Tristán Bauer, el formulario fue confeccionado por la escritora, activista travesti y directora de El Teje - el primer periódico travesti de Latinoamérica-, Marlene Wayar, una especialista en la temática de género. Las categorías sugeridas fueron consensuadas con los grupos a los que representa pero no son “definitivas”: con el paso del tiempo probablemente se vayan agregando otras, de acuerdo a las nuevas diversidades.
“Al principio puede parecer chocante, el término ‘marica’ en una primera lectura puede parecer como algo peyorativo, pero no es así, sino que se trata de reivindicarlo. Es un trabajo a largo plazo, con el objetivo de incorporar a la mayor cantidad de personas. El formulario también fue pensado en términos educativos, ya que genera un debate y surge la pregunta: ¿cómo van a decir ‘marica’?”, explicaron desde Cultura.
Así como algunas personas dentro del paraguas transgénero refieren su identidad de género como travestis, y otras como mujeres o varones trans; también hay quienes identifican su orientación sexual como gays y no maricas, o viceversa. Se trata de la apropiación política de la palabra “marica” como parte de la identidad.
A raíz del debate que se generó en las redes por el formulario, el escritor, periodista e integrante de la red de podcasts de El Vahído Gustavo Pecoraro, publicó: “Agradezco poder tildar marica porque es así como entiendo mi identidad. No soy un varón, tampoco un homosexual ni un gay. Es más, puto también me identifica. Acostumbrados a “mujer/varón”, que siempre estuvo contenido y sigue estándolo, esto es una revolución”.
En diálogo con Infobae, Pecoraro señaló: “Esta es una inclusión que llega tarde porque hace ya por lo menos cuatro años que el Estado, tanto desde la Ciudad como desde Nación, viene trabajando en la posición de no hablar de binarismo y que no se limite todo a hombres y mujeres. En muchos casos, a muchos de nosotros no nos representa el género masculino o el femenino, más allá de que esa es la asignación que tenemos desde que nacemos. Hay dos cosas diferentes: una es la orientación sexual y la otra es la identidad o expresión de género. Hay muchas personas que se consideran no binaries, o sea que en el fondo, sobre todo gente joven, dice que no es varón ni mujer”.
“Hay toda una discusión en el ambiente gay que tiene que ver con asociar lo gay con, primero, la definición del homosexual, que era como una definición muy ‘médica’. Después, muchas personas, por una cuestión de activismo, se empezaron a llamar gays, y muchos otros, entre los que me incluyo, en algún momento de nuestras vidas empezamos a apoderarnos de eso. Para muchas y muchos sigue siendo un insulto que te digan ‘maricón’”, explicó Pecoraro.
Su orientación sexual, como la de muchas otras personas, no se ve representada como gay, sino como marica: “Hubo una teórica lesbiana, Monique Wittig, que escribió un libro muy importante que se llama ‘Las lesbianas (no) somos mujeres’, que dio paso a que muchas lesbianas no se consideraran mujeres, sino lesbianas. Lo mismo pasa con el tema gay/homosexual/marica/puto. Soy marica porque culturalmente me muevo de una manera diferente a como se mueve un varón y, además, tiene referencia a cómo me relaciono, no solo por la orientación sexual, sino cómo formo mi familia elegida, cómo son mis costumbres sociales y culturales, etcétera”.
El escritor dice que el formulario es un tanto confuso porque mezcla “mujer/varón” con las orientaciones de género y las orientaciones sexuales. De todas formas, señala que es un gran avance porque hasta hace no mucho tiempo él y otras personas se quedaban afuera en este tipo de formularios, al no sentirse representados en las insuficientes opciones que ofrecían: “Cuando era chico ya era una mariquita y los compañeros de colegio me decían ‘maricón’ y yo me avergonzaba. Ahora si me dicen ‘marción’, más allá de que depende de cómo lo digan y con qué fin lo digan, yo soy maricón. No soy un maricón de mierda, soy maricón”.
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