Cinco y media suena el despertador y antes de las seis se ubica frente a la escultura. Se ata el cabello y coloca en sus manos los guantes de látex color blanco. Observa lo que a sus ojos es inmenso y despliega las gubias, los formones, las espátulas, los pinceles y el bisturí. No hay nadie a su lado ni tampoco habrá quien le agradezca cuando termine. Porque aunque su trabajo se trata de volver visible las cosas, ella prefiere mantenerse en el anonimato.
Costanza Addiechi es, antes que restauradora y profesora de arte, una eterna enamorada de Mar del Plata. “Empecé a estudiar informalmente a los 14 años; desde chica tenía esta inclinación a conocer todo acerca de la restauración. Luego estudié la química de la restauración en una época en la que era difícil conseguir bibliografía, pero siempre anduve por ese camino”, cuenta a Infobae.
Nacida y criada en La Feliz, Addiechi se transformó -desde hace seis años- en la directora coordinadora de Restauración de Monumentos Históricos, un área que depende de la Secretaría de Gobierno de General Pueyrredón. Su labor, tal como ella explicó, consiste en “restaurar y poner en valor de los monumentos escultóricos” de todo el municipio.
“Desde los cuatro años mi intención era la de restaurar. Todo lo que se rompía yo tenía la capacidad de arreglarlo. Y poco a poco empecé a meterme en ese mundo. A medida que fueron pasando los años lo hice de modo profesional. Luego fui becada en la ciudad de Florencia (Italia), sitio al que permanentemente regreso y siempre estoy conectada”, reveló.
Su nombramiento justamente comenzó mientras se encontraba en Italia. “Casualmente, la escultura en la cual jugaba cuando era chica había sido vandalizada. Y no pude hacerme la distraída. Por eso cuando regresé empecé a trabajar en la municipalidad”, recordó.
Su primera restauración fue en la “Mujer Bañándose”, ubicada en Plaza Colón. Luego siguió la “Venus de Milo”, “Isabel la Católica”, el monumento a Alfonsina Storni y uno de sus trabajos más brillantes: la reparación de 19 farolas ubicadas en la Plaza Mitre.
“Estudié Arte, después me especialicé en Italia en restauración, hice cursos, y ahora presenté la maestría de Preservación de Patrimonio en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de Mar del Plata. Siempre cuento que trabajo con planificación: me levanto y ya se cuál es la tarea que voy a llevar adelante. Tengo todo preparado para llegar a la plaza y sin perder tiempo ponerme a trabajar”, contó Addiechi, quien vive con su hijo de 13 años.
Su rescate de esculturas y embellecimiento de plazas y monumentos no solo entregó una mejora visual en estos sitios. Addiechi se encargó (y encarga) de llevar a cabo algo que nadie había hecho: documentar todos los registros del mobiliario urbano con valor histórico. “Luego empecé a redactar las ordenanzas que protegen estas obras, más allá de la cuestión técnica. También elaboré un programa educativo para difundir la importancia del patrimonio cultural”, dijo la mujer que lleva restauradas más de 100 piezas escultóricas.
Todo su esfuerzo comenzó a dar sus frutos con el correr de los años. Tras su intervención, la vandalización en los monumentos y las esculturas marplatenses disminuyó notoriamente. “Las antiguas farolas de la Bristol, de 1913, fueron restauradas hace más de tres años y no hubo otro hecho de vandalismo. Eso habla de la conciencia ciudadana, de que pudimos llegar a miles de chicos a través de este tema”, indicó.
Y agregó: “Lo que me parece bien es que se haya tomado la decisión de proteger el patrimonio que es de todos. La verdad es que yo tengo el privilegio de llevar esta tarea adelante, no solo de intervención técnica, sino de documentación y difusión del arte”.
En la Rambla, uno de los sitios más emblemáticos de la ciudad, Addiechi debió trabajar en reiteradas oportunidades por hechos vandálicos. En enero de 2019, uno de los lobos marinos apareció con una pintada y fue ella quien lo restauró. En octubre de 2020, una agrupación ilustró la imagen del expresidente Néstor Kirchner y también fue Addiechi quien restableció la zona a su estado natural.
Precisamente allí, en donde el suelo es patrimonio provincial, la restauradora explicó que “para intervenir cualquier sector declarado patrimonio histórico nacional, la misma debe estar autorizada por la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos de la ciudad de Buenos Aires. Cada vez que tenemos un hecho de vandalismo, con la autorización de la Provincia, elevamos los procedimientos y esperamos la aprobación”.
“Todo el tiempo encuentro algo nuevo y registro absolutamente todo. Elementos que tienen que quedar documentados para generaciones futuras. En casa tengo un escritorio y allí guardo las fotos de tres personajes que me inspiran: Adolfo Primavesi, Carlos Thays y Victoria Ocampo. Estoy representada con esa linea de trabajo, son seres apasionados con lo que hacían”, manifestó.
Y continuó: “¿Si tengo miedo de que nadie siga mi trabajo? Bueno, mi idea es que se establezca un grupo de gente que pueda formar profesionales. Que ellos sigan esta labor. A ver, cualquier esquema que aplico yo lo documento. Y cada pieza que restauro va a un calendario de restauración programada. Entonces, en el futuro, cualquier persona puede ir al calendario, ver el esquema y seguir la restauración”.
“Yo sólo voy de vacaciones a Florencia. Mi vida está dedicada a mi pasión y estoy en el lugar que quiero estar. He tenido muchas posibilidades de quedarme a trabajar en Italia, pero no lo elijo como lugar para vivir. Siempre que puedo voy, eso sí. Pero elijo vivir en Mar del Plata. Es mi ciudad, mi lugar en el mundo”, concluyó.
Seguí leyendo: