“Yo me crie entre piedras / y crecí como una orquídea” tira XXL Irione en “Mood Irione”, la canción doble que estrenó el primer día de este 2021. El rapero, nacido en 1986 en Wilde, Provincia de Buenos Aires, tiene bien en claro de dónde viene y también a dónde va: “Si bien he cumplido muchas metas, me gustaría terminar de cumplir el sueño de vivir de mi arte”.
XXL Irione tiene bronca: “Estoy enojado con todo, y si no lo estuviese sería un careta, un falso”, resume uno de los principales exponentes del rap local. En la hora de almuerzo que le dan en la fábrica en la que trabaja, Juan Manuel Fernández Maciuk -como figura en su DNI- habla con Infobae de su pasado, su música, el show que dará en Mar del Plata y el por qué de su rabia.
-¿Te molesta la falta de reconocimiento?
-Mi generación fue masacrada con el paso de los tiempos porque combatimos contra una industria muy rockera. Derribamos muchísimos prejuicios y marcamos el camino de toda esta generación. Y recién ahora veo que somos pocos a los que se nos está reivindicando, que laburábamos mucho en los barrios, antes de que todo esto sea masivo. Caminamos muchísimo, hicimos sonar la música muchísimo, salíamos con la mochila llena de discos a vender rap a la calle. Y eso fue plantar semillas en muchos barrios. Nos criamos entre delincuencia, drogas y rocanrol. Entre todo eso, hicimos hip hop. Si no tuviera bronca no sería rapero, sería un producto.
El regreso a los escenarios
El próximo 23 de enero, luego de casi un año fuera de los escenarios, dará un show de forma presencial en el Teatro Roxy-Radio City de Mar del Plata con su DJ y toda su banda, “los Green Day del rap”, como grafica entre risas el propio Irione. Luego, agrega serio: “Yo no tengo miedo, y no hablo del coronavirus, sino de vender entradas”. El concierto, vale aclarar, se realizará con los protocolos correspondientes -en una sala con capacidad para 1400 personas a la que asistirán solamente 400 espectadores para respetar el distanciamiento- y temprano, para cumplir con las restricciones.
-¿Qué significa no tener miedo de vender entradas?
-Apenas anuncié el show lo dije así: “Voy a tocar porque puedo”. Todos pueden tocar, pero no se animan. Porque tienen miedo, y está bien, pero yo no tengo miedo. Voy a tocar y va a ir gente a verme. La verdad es que arriba del escenario no hay virus que pueda conmigo. Porque la voy a romper toda, me tengo mucha fe y sé lo que hago.
-Las expectativas están altas entonces.
-Estoy contento, y tranquilo porque estoy en una época donde necesito demostrar para que se me reivindique aún más. Voy a hacer mi laburo, la voy a romper toda y la gente se va a ir con la boca abierta.
La fábrica, la música y la plata
Irione lleva muchos años en el ambiente, con algunos hitos importantes en su carrera -como ser el primer rapero argentino en recibir el botón de plata de YouTube por alcanzar los 250 mil suscriptores en la plataforma- que, sin embargo, hoy no le permiten vivir de la música. Con dos hijos ya adolescentes, la necesidad de llevar el pan a la mesa lo obliga a dividir sus días entre su música y ser operario en una fábrica.
-¿Se puede vivir del rap en Argentina?
-Un soltero puede vivir de esto y mentir un poco más. Todo es una gran mentira también, los pibes a veces tienen un millón de seguidores en Instagram pero no llegan a pagar el alquiler. El peso en Argentina está muy devaluado y los contratos son en pesos. Está cambiando de a poco con la mirada de las empresas internacionales, pero es muy difícil sacarles los dólares. Yo, además, no quiero ser un producto de una multinacional, por lo que el camino que elegí es muy difícil. Pero ahí estoy, en la lucha, y quiero vivir de mi arte.
“Vengo de una familia obrera pero lucho para cambiar mi realidad todos los días”, explica Irione, que durante la pandemia tuvo un renacer creativo. En octubre del 2020 estrenó “Inmortal”, su tercer disco, y el 1 de enero del 2021 lanzó “Mood Irione”, una doble canción bien rapera vieja escuela, que en la primera semana llevó más de 35 mil visualizaciones. Los números en YouTube lo avalan: más de 180 millones de reproducciones suman sus videos. La pandemia, sin embargo, lo hizo detenerse y pensar en su vida y su arte.
-A muchos artistas la pandemia los frenó o los golpeó fuerte, ¿cómo fue tu caso?
-Yo nunca paré de trabajar. Como iba y venía del laburo todos los días me abrió un poco la cabeza, me hizo pensar y reflexionar muchas cosas sobre la realidad, sobre la vida. Me sensibilizó. Esta pandemia me hizo recuperar un poco la sensibilidad que había perdido entre tanta desesperación por llegar a no sé a dónde. Me hizo poner un freno de mano en el medio del camino y decir “ahora sí tenés que parar, ¿qué vas a hacer?”. El arte me acompañó muchísimo en la pandemia y me di cuenta que no puedo salir de esto.
El barrio y la pertenencia
En el ambiente del rap es bastante común que los artistas resalten e identifiquen su barrio como una forma de remarcar su procedencia. En el caso de Irione sucede algo particular. Si bien nació en Wilde, su arraigo es más bien a las calles y a Buenos Aires en general. “Siempre me costó identificarme con un barrio en especial porque la vida me llevó por todos lados”, define con simpleza.
Lo que algunos de la escena podrían considerar como un déficit o una falla, Irione lo resignifica: “En el rap es como que sumó sus porotitos porque podía hablar de mucho, no solo encerrarme en mi barrio y contar sobre eso nada más”. Además, la adolescencia en las calles durante los 2000 lo marcó particularmente: “Cuando tenía 13 años era el año 2000 y ya se sentía el olor a 2001, era bastante picante ser adolescente en esa época”.
-Sos muy respetado y escuchado en los barrios más humildes. ¿Por qué creés que pasa?
-Yo hago un rap que no se escucha, que no está de moda en el maistream, que no llegó a la masividad. Entonces a medida que se va pasando de persona en persona yo veo como que se van haciendo re fanáticos. Veo la gente que se tatúa mi nombre o mis canciones y es algo muy fuerte. Argentina es un país donde predomina la clase baja y media baja, yo vengo y rapeo desde ahí. Los referentes que están hoy en día hacen música para boliche y la gente no se identifica con las letras. Los Redondos tampoco se escuchan en los boliches, se escuchan en los barrios y lo mismo pasa conmigo.
El rock y las cadenas de oro
Como todo buen artista, Fernández Maciuk tampoco le es ajeno a las polémicas. Como la que surgió hace unos meses, y que renace cada vez que aparece un nuevo estilo, sobre si la música urbana es el nuevo rock. “Comparar la música es de idiota. Hay que disfrutarla y punto. Y aquel que quiere compararla, para mí, es un tarado”, dispara el rapero de Wilde. Aunque también tiene un mensaje para sus colegas: “El género urbano tiene que tener la humildad de aprender del sendero que marcó el rock, y no ganar dos mangos y comprarse una cadena de oro”.
-¿No comprás esa realidad?
-A mí me cuesta mucho aparentar como hacen muchos raperos, que se ponen una cadena de oro y se hacen los millonarios. Porque yo sé que la vida no es así y que esa no es la realidad de mi país. Yo me siento muy parte de este sistema y de la sociedad, lamentablemente. A veces me deprimo como le pasa a cualquier obrero, y se me hace muy difícil crear.
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