La sorpresa de David Bowie cuando cantó Héroes en Argentina y el público respondió con la letra que hizo Richard Coleman

El 29 de septiembre de 1990, el Duque Blanco tocó por primera vez en Buenos Aires. Fue en un festival que organizó Daniel Grinbank. Tiempo antes, Fricción -banda liderada por Coleman-, había grabado el cover de la canción. Cuando comenzó a cantar el tema, se dio cuenta que la gente lo coreaba, pero en su versión en castellano

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David Bowie canta Heroes en el estadio de River Plate el 29 de septiembre de 1990. El público respondía en castellano con la letra que hizo Coleman para el cover de Fricción

Buenos Aires 1985, la primavera alfonsinista estaba generando nuevos usos y costumbres. Se respiraba por primera vez después de muchos años de espanto aroma a libertad y creatividad en los chicos. Ya nadie perseguía diferentes y las calles y las noches eran nuestras.

El Stud Free Pub era un antro en la avenida del Libertador que antes había sido justamente un stud y Damián Originario y amigos habían montado ese invento donde tocaban desde Sumo hasta Los Pericos, con lo cual tenían asegurada la concurrencia de gran parte de la parroquia rocker porteña todos los fines de semana. Ahí es donde vi una noche a Fricción, 4 amigos que habían armado la banda como un espacio lúdico donde experimentar lo que no podían con sus respectivos grupos.

Richard Coleman parecía ser el capitán del equipo, con su amigo Gustavo Cerati en la otra guitarra, Christian Basso en bajo y Samalea en la batería. Estos últimos venían de Clap y, obvio, Cerati de Soda Stereo. Nada especial digamos, pero ese cuarteto sonaba diametralmente opuesto a lo que se venia escuchando por ahí.

No tenían disco grabado y Richard me confesó que tampoco tenían demasiado temas, no más de media hora de música digamos, así que Gustavo sugiere hacer un cover. En un momento en que el rock argentino hervía, hacer un cover no estaba mal visto... ¡estaba pésimamente visto! Pero acá van los 4 y se ponen de acuerdo en hacer un tema de David Bowie, bastante sencillo y muy hermoso líricamente, “Héroes”, con la letra traducida al castellano.

Lo estrenan una de esas noches del Stud para beneplácito de la platea repleta de amigos, entre otras canciones originales de Richard y empiezan a ser parte del olimpo nocturno musical e la ciudad.

La versión de Héroes en castellano, por Richard Coleman

Fricción termina convirtiéndose un año después en un supergrupo, con los cuatro originales mas Celsa MelGowland en los coros y el Gonzo Palacios con el saxo. Llenan todos los sitios donde tocan, graban su primer disco producidos por Gustavo y son elegidos la revelación del año en las encuestas de los diarios y revistas importantes de la época.

Las agendas de músicos de ese calibre, en el hervidero que era la escena rock, les empieza a complicar la propia agenda de Fricción. Un disco más y ya Celsa hacía coros para todos, desde Virus hasta Spinetta, El Gonzo tocaba con toda la cofradía, Soda Stereo crecía cada día mas y los otros 3, Coleman, Basso y Samalea son convocados por Charly García en el 87, después de Clics Modernos y Piano Bar, para formar Las Ligas, para mi una de las dos mejores bandas que acompañó a García, sumados a Daniel Melingo y Fito Páez nada menos. Llegaron hasta Brasil pero lo de siempre, el carácter de los muchachos ochenteros y las agendas terminaron con Las Ligas poco tiempo después.

Y tras cartón, Fricción se convierte en un cuarteto nuevo, con sólo Coleman de los fundadores y graban su último disco: “Para terminar”, justamente. Allí Richard decide incluir ese viejo cover de los inicios, “Héroes” con la producción, eso si, de Cerati. Y final de la historia de Fricción.

Vamos a Negro, como en las películas.

La primavera de 1990 no era precisamente alfonsinista, que ya había caído del sillón.

Estábamos todavía a merced de los australes, habían pasado los saqueos y la menesunda. Teníamos a ese exótico caudillo riojano en el rol de presidente, acompañado de unos cuántos mas que todavía estaban a los saltos de una oficina a otra, y los chicos nos sacudíamos las miserias de las noches australizadas y la imposibilidad de conseguir dinero un poco mas serio tratando de no morir en el intento. Diez años antes nos tiroteaban los militares y ahora nos tiroteaban los economistas. Hay cosas en este país que cambian de personajes pero jamás de trama.

Bowie en River, a pleno
Bowie en River, a pleno con Heroes (captura de pantalla)

Yo trabajaba en Rock & Pop, que obviamente también había colapsado. Se acabaron los programas por mas hermosos que salieran al aire, de manera que la radio volvió a ser musical y Daniel Grinbank pone énfasis en los shows para salvar las papas. Nunca supe cómo, pero consigue el sponsoreo de cigarrillos Derby que eran brasileros y aprovecha para marcar la cancha del show bussiness organizando el festival Derby Rock en River, con la presentación de 2 gigantes. David Bowie que tocaria el 29 de septiembre y Eric Clapton que lo haría el sábado siguiente. La parroquia volvió a sentirse viva, la radio dejó de ser el foco de atención de la empresa y las cosas parecían mejorar para todos.

Si bien todavía faltaba un año para el uno a uno, la fumata arrojaba humo blanco para la rockería.

Septiembre de 1990. Llega David Bowie por primera vez a Buenos Aires para cerrar la primer noche del festival con el canadiense Bryan Adams, muy de moda por esas semanas en todo el mundo por un clip que había hecho con Tina Turner y con Virus, a modo de crédito argentino. Obviamente el estadio estaba detonado, no cabía un mosquito desde las 5 de la tarde. Recuerdo estar trabajando en la transmisión de la radio y casi sentir una emoción extra viendo a toda la gente en paz, relajada y en plan de pasarla bien después del vértigo australizado y saqueador del que veníamos.

Comienzan las actuaciones de los opening acts tal cual estaba previsto, con un demoledor set de Virus y un rato mas tarde, ya anocheciendo, Brian Adams hace una andanada de hits de media hora dejando todo listo para el debut del Duque Blanco en Baires.

La sorpresa de Bowie al
La sorpresa de Bowie al escuchar su canción en castellano

David Bowie excitaba a la monada como ningún otro, teniendo en cuenta que venia del popular disco “Lets Dance” había encarado esa gira hacia meses y la terminaba acá. La llamó “Sound & Vision Tour” porque había por primera vez una pantalla gigantesca en la parte de atrás del escenario y estaba haciendo estragos con sus shows desde los inicios en Canadá 7 meses antes. Los músicos que lo acompañaban eran históricos para los iniciados. Una banda soñada con Adrian Belew que venia de tocar con los Talking Heads aunque aca se lo conocía mas por sus pasos anteriores con King Crimson y con Frank Zappa en la guitarra y además como director musical de la gira y con Erdal Kizilcay, un genial multi-instrumentista turco que había tomado notoriedad por haber tocado en “Blah Blah Blah” de Iggy Pop antes. Más Rick Fox en teclas y Michael Hodges en batería. Quiero decir, no se si antes hubo en Buenos Aires un recital con semejante cartel. Con un Bowie que venía sacando un éxito atrás de otro desde hacia años y acompañado de lo mas granado de la vidriera musical. Además sabiendo que al fin de semana siguiente tocaría nada menos que Eric Clapton, otro show que merece nota aparte.

Bueno, cuestión que a eso de las 21 se apagan las luces del estadio presagiando la explosión que seguiría cuando David tome el centro de la escena. Y tal cual, el duque decide tirar de salida cuatro de los 50 ases que tiene en su repertorio, Space Oditty, Rebel Rebel y Ashes to ashes, cosa de meterse al público en un bolsillo. La gente deliraba y Bowie cantaba, bailaba y arengaba dando la impresión que podía hacer que todos rezaran un padre nuestro con solo pedirlo. A un gran rey no le obedecen ordenes, le cumplen los deseos, David quería un show así, con 60.000 personas a sus pies adorándolo como a un ser supremo, que casi lo era. Todo parecía estar bajo su pulgar y la noche prometía mas. Después de una hora de show y ya en la recta final, con la bandera de llegada a la vista nada parecía fuera de su control.

Pero como ya se sabe, el público rocker argentino tiene vida propia, de manera que presagiando ya el final de la velada el Duque Blanco larga Fashion, la mítica canción que era de las mas esperadas por la gente y en una fenomenal muestra de maestría logra la ovación deseada. Y llega al final del tracklist prefijado con Héroes. “Éxito asegurado”, pensó Bowie, y efectivamente los 60.000 asistentes deliraron de escuchar la intro nomás, aunque promediando el tema los 60.000 cantan Héroes arriba de la banda y del mismo David pero con la letra que había escrito Coleman unos años atrás para el debut de Fricción en el Stud Free Pub. Se puede ver en la transmisión que Rock&Pop y Telefe pusieron al aire en falso vivo como Bowie mira desconcertado a sus compañeros cuando no entiende qué está cantando el púublico y juntando los dedos le pregunta al que estaba al lado algo, rápido, veloz, imperceptible el gesto, pero fue.

Richard Coleman
Richard Coleman

Cuando bajó del escenario le pregunta a uno de la crew que estaba cantando la gente en Héroes y ahí le cuentan la historia, que termina al día siguiente cuando de la discoteca de la radio le alcanzamos al hotel una copia vinílica de Héroes por Fricción.

Epilogo

Vuelve David Bowie a Buenos Aires 7 años después, y alguien le recuerda la anécdota de Héroes en español del show de River, Bowie dice que sí y tras cartón le preguntan si había escuchado el disco, a lo que David asiente y remata: “Es mucho mejor que la de The Wallflowers”, la banda del Jakob Dylan que había hecho la canción también.

Epilogo II

El otro día hablando con Richard le pregunté si sabía y me dijo que sí, que Cerati le había llevado también una copia del disco a Carlos Alomar, productor de Bowie y de Gustavo entre muchos otros, recordando que Richard mismo estaba en River esa noche mirando asombrado como la gente cantaba su letra, le dice entonces al pibe que estaba al lado

–Cantala en inglés loco...

Y el pibito le contesta a los gritos:

-¡¡Para qué, si es mejor la tuya !!

Y en lo personal, si no es mejor, es igual de linda, y más nuestra si querés.

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