La vicepresidente Cristina Kirchner está en “modo vacaciones”. Arribó a El Calafate el 2 de enero y se mueve dentro de la ciudad como una turista más. Este domingo, por ejemplo, irrumpió antes del mediodía en el local de una reconocida pastelería céntrica para comprar algunas de sus exquisiteces favoritas.
Camuflada detrás del barbijo y unos lentes de sol, Cristina posó su vista sobre las tortas que había en el exhibidor y empezó a preguntarle a Analía, su dueña, qué ingredientes tenía cada una para luego armar dos cajas con un mix de sabores tradicionales.
“Entró como una clienta más a comprar y al principio no la reconocí. Yo estaba del lado de atrás del local, en la parte de producción, y cuando veo que ingresa alguien me voy para el mostrador de atención al público pero jamás me imaginé que podía ser ella”, contó Analía a Infobae.
Tras intercambiar unas primeras palabras con la vicepresidente, a la mujer le resultó una voz familiar. “Mi cabeza empezó a maquinar y a pensar ‘¿es o no es?’, hasta que me animé y le dije: ‘Decime que sos Cristina y me muero acá muerta’”, bromeó entre risas. Y la respuesta de ella no tardó en llegar: “Soy Cristina”.
Ahí fue cuando se percató de que el hombre de traje que estaba detrás de ella era su guardaespaldas y que en la puerta estaba estacionada una camioneta negra de su custodia. “Fue recontra amable y súper generosa. No tuvo inconvenientes en posar conmigo para la foto. Eso sirvió para cortar un poco el hielo porque me había puesto un poco nerviosa al tenerla enfrente mío”, relató Analía, quien desde hace tres años está al frente de Membrillar Pastelería & Bollería Artesanal.
Vestida con un pantalón de jogging gris, una chaqueta blanca, bufanda verde y zapatillas, Cristina finalmente se decidió por porciones individuales de marquise de chocolate y merengue, cheesecake de maracuyá, palos de Jacob y torta de ricota.
Era la primera vez que visitaba el local, a pesar de que tiene su casa a pocas cuadras de allí sobre la calle Gobernador Gregores, paralela a la Avenida del Libertador, la principal del centro de El Calafate.
“Su visita fue como una bendición”, admitió Analía entre la sorpresa y la fascinación que le generó tener a Cristina frente a sus ojos. Y para inmortalizar ese momento decidió compartir en sus redes sociales la foto que se tomó junto a ella.
“Y un domingo cualquiera ....La Vida puede Sosprenderte con la Visita menos esperada y más Gratificante que jamás haya sentido! El día que Ella visitó mi Pasteleria y Mi Corazón estalló de Emociones!!! Gracias por tus Palabras y Tu Presencia!”, posteó en su Facebook. Y luego replicó esa foto en su historia de Instagram.
Analía se dedica a la pastelería artesanal desde hace muchos años. Su emprendimiento fue creciendo de “boca en boca” y con la irrupción de las redes sociales su negocio no paró de crecer hasta que tuvo la oportunidad de inaugurar su propio local de venta al público, donde también se puede consumir en el lugar.
“En estos tres años que tengo el negocio nunca vino a comprar ningún famoso. Cristina fue la primera”, se enorgulleció la mujer.
Está previsto que la vicepresidente permanezca en esa ciudad santacruceña hasta el 25 de enero.
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