Crecen los casos de COVID-19 en Pinamar: la mitad de los testeados dio positivo y hay filas para hisoparse

Cada día, entre 80 y 100 personas se hacen el análisis para saber si tienen coronavirus. Con 216 casos activos, la tasa de positividad roza el 50%. Esperan para la segunda quincena los efectos de los contagios de Año Nuevo. Todavía no llegaron las vacunas

Guardar
(Diego Medina)
(Diego Medina)

El coletazo sanitario tras el paso por Pinamar de unas 250.000 personas durante el fin de semana extendido de Año Nuevo podría ser contundente. Los casos positivos de COVID-19 en esta ciudad no paran de crecer. De principios de diciembre a Reyes subieron de 50 a 216. La mitad de las camas UTI están ocupadas y una de cada dos personas que actualmente se testea aquí obtiene como resultado “positivo”.

Así como el contagio es exponencial, lo empieza a ser la incertidumbre sobre el futuro de la temporada de verano. El 10% de las reservas de los hoteles se cayó en los últimos días por la inquietud que manifestaron desde los gobiernos nacional y provincial, aunque el martes pasado los intendentes junto al gobernador Axel Kicillof definieron mantener el statu quo y queda “todo abierto” hasta nuevo aviso.

Pero el virus se mueve con su propia dinámica. Pinamar hisopa actualmente de 80 a 100 personas diarias, entre PCR y test serológicos. Puntualmente, ese dato es del martes. Dos días antes habían testeado a la mitad. La fila en estos lugares ahora ya es permanente y el horario es acotado. Hay turistas que se testean solo para descartar, otros porque son contacto estrecho de un positivo y por supuesto, están los que tienen síntomas.

De este grupo, los leves van al “hisopódromo” público (un centro de jubilados municipal) y a los tres laboratorios privados, donde el PCR cuesta $ 7.000 y el test rápido, $ 4.000. Según explicaron los directores de los laboratorios privados, la mayoría de las personas elige pagar para no hacer el trámite con su prepaga, que demora mínimo 12 horas en activar los protocolos.

La mayoría de los infectados de las últimas dos semanas son jóvenes de entre 25 y 34 años (Diego Medina)
La mayoría de los infectados de las últimas dos semanas son jóvenes de entre 25 y 34 años (Diego Medina)

Los sintomáticos graves van al hospital, normalmente en esos casos son derivados directamente a la internación. Como la cantidad de demanda de testeos crece cada día las autoridades municipales agregaron un nuevo horario. Al original de 9 a 11, le sumaron el de 13 a 15.

En los laboratorios privados atienden casi todo el día. Las consultas y los test aumentaron considerablemente en los últimos días. “Veníamos con 15 hisopados por día. Pero lunes, martes y miércoles tuvimos 40 diarios”, detalló a este medio Gonzalo Bettiga, bioquímico y director técnico de uno de los tres centros de atención fuera de la órbita pública. Ayer, un día en el que bajaron los testeos por las fuertes tormentas, de 35 hisopados, 13 dieron positivo.

En la fila de uno de los laboratorios privados, cinco chicas llegadas para Año Nuevo desde Córdoba esperan que las atiendan para saber si están con coronavirus. Aunque no tienen síntomas, una amiga dio positivo. “Lo hacemos y nos vamos, mala suerte”, comentó una de ellas. Alquilaron un departamento para pasar unos días de enero sin miedo al contagio “porque el COVID nos lo vamos a agarrar igual”, según justificó una chica que no quiso dar su nombre.

(Diego Medina)
(Diego Medina)

Un hombre de Don Torcuato vino con su esposa en marzo. Se instalaron para pasar la cuarentena aislados en el bosque pinamarense. Para Año Nuevo llegó su hija. Tres días más tarde, el novio la llamó desde Buenos Aires para avisarle que había dado positivo. “Me siento bien y mi hija no tiene síntomas. La verdad, se puede contagiar del novio, en un bar o en los videojuegos, si está lleno de pibes esto. Prefiero pagar las siete lucas y estar tranquilo”, dijo el hombre, que tampoco quiere revelar su identidad, mientras esperaba ser atendido un laboratorio sobre la calle Constitución.

La imagen en este lugar regala una particularidad: en el local de al lado funcionan espacios de “coworking”. En su interior ayer había unas diez personas jóvenes trabajando sin distancia social ni ventilación. Esa escena se repite en muchos restaurantes que no respetan el protocolo, incluso en algunos hoteles, donde encontrar un termómetro es una excentricidad.

En Pinamar hay 86 camas para internaciones leves y 19 camas de alta complejidad. Todo eso, en el único hospital público del Municipio, que durante el año afrontó obras para readaptarse y tener cómo soportar la pandemia. Aquí hay una sola clínica privada y no tiene sala de terapia intensiva para atender Covid. Al miércoles 6, la disponibilidad de UTI en el hospital era del 53%: 4 ocupadas por COVID y 5 por otras causas. Hace dos días había seis ocupadas. Fue el récord.

El hospital de Pinamar hisopa casos de síntomas graves y el centro de jubilados y pensionados local, los leves (Diego Medina)
El hospital de Pinamar hisopa casos de síntomas graves y el centro de jubilados y pensionados local, los leves (Diego Medina)

“Antes de saturarse el hospital se va a cerrar”, admitió el secretario de Salud local, Eduardo D’Agostino, y también reconoció el temor al comportamiento de los veraneantes: “Todos los años tenemos saturado el servicio de salud porque en verano tenemos accidentes de autos, domésticos, de la playa, cocineros que se cortan, los problemas de los cuatriciclos. La irresponsabilidad del que complica el sistema de salud con actividades de riesgo innecesarias en este contexto de COVID es lo que más nos preocupa”.

En esta ciudad trabajan 650 médicos. Se espera que la vacuna Sputnik V llegue esta semana. Fuentes del Ministerio de Salud bonaerense adelantaron a este medio que arribarían entre hoy y mañana. Poco después se vacunarán a 450 trabajadores de la salud, especialmente los que están expuestos en las salas de terapia intensiva, guardia e internación general. En Villa Gesell y Madariaga, las ciudades vecinas, empezaron a vacunar el miércoles.

Para el Municipio, la tasa de positividad de los hisopados no es una preocupación si no sube de este 50%. Si empieza a dar más la proporción deberán aumentar los testeos. Pero reconocen un incremento. De hecho, admiten que los 216 casos activos informados ayer miércoles no son reales, que en la práctica los contagiados son más, entre los que creen que son positivos y solo se aíslan sin hisoparse y el retraso en la carga de información, aproximada a tres días.

Además, están los se infectaron en Pinamar pero volvieron a su lugar de origen tras el fin de semana y comenzaron con los síntomas, como fue el caso del jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, quien pasó unos días en Cariló y ayer comunicó su positivo desde Buenos Aires.

(Diego Medina)
(Diego Medina)

Según datos a los que accedió Infobae, por ejemplo el 31 de diciembre hubo cinco hisopados, todos dieron positivo, fue el récord de internaciones graves por COVID (6) y además se murió un paciente. “Llegó infartado y perdió la vida pero se lo hisopó y era positivo”, explicaron.

En Pinamar la mayoría de los contagiados de las últimas dos semanas están por debajo de la edad de riesgo. Pertenecen a la franja de entre 25 y 34 años. En las últimas tres semanas, los infectados de Pinamar representaron el 35% del total (103 casos) y los turistas, el 33% (97 casos). Se espera que las estadísticas de la semana que viene se modifiquen. Y crezcan.

“Vemos muchos jóvenes, la mayoría”, dice Bettiga. “Estamos viendo muchos pacientes no residentes que han venido a pasar las fiestas. También jóvenes que se hisopa uno y después vienen todos los del grupo a querer hisoparse”, explicó el bioquímico.

“Los datos tienen delay pero el seguimiento se hace al día. Esperamos que el coletazo fuerte sea a partir del 15 cuando empiecen a aparecer los sintomáticos que fueron contactos estrechos de los primeros contagiados de Año Nuevo”, comentaron fuentes del área de Salud de la ciudad.

“El sistema de salud puede llegar a comprometerse si esto continua así. Si seguimos los protocolos los pacientes deberían estar yéndose a sus domicilios porque el 80% no son residentes y vinieron a pasar las fiestas. Tengo varios pacientes que bajaron del micro, se hisoparon, les dio positivo y se volvieron llorando. Necesitamos gente que se comprometa de esa forma”, indicó Bettiga.

De acuerdo al protocolo actual, los casos positivos leves deben abandonar la ciudad. En los hoteles, de 27 casos positivos registrados desde el 1 de enero, 26 se fueron a sus casas y otro lo hizo después de que interviniera la policía: el hombre no se quería ir y el hotel no activó el protocolo de casos activos.

Diego Medina
Diego Medina

“Cuando tenemos un caso sospechoso tenemos que derivarlo al hospital excepto que tenga obra social o prepaga, entonces viene una ambulancia y chequea el estado de salud. Si no es grave se tiene que volver a su lugar de origen”, explicó el titular de la Asociación de Hoteleros local, Pedro Marinovich, quien remarcó que la “responsabilidad no es solo del Estado, también la tenemos el sector empresarial y los turistas. Este tema no es joda, hay que cuidar el destino Pinamar”.

Según el Municipio, hay un hotel preparado para aislar pacientes en caso de ser necesario. Pero el dato fue desmentido por los Hoteleros. Marinovich remarcó que así como hay control en los hoteles (el miércoles un equipo del Ministerio de Salud bonaerense los recorrió para capacitar sobre usos) no existe entre los propietarios que alquilaron sus casas y departamentos. “Tenemos 24 mil camas pero el resto ¿quién los controla?”, se preguntó.

En el gobierno provincial miran con preocupación la situación de Pinamar, donde restaurantes abrieron con toda su capacidad y los controles de los protocolos de distanciamiento social son laxos. Si bien hubo consenso en la reunión entre Kicillof y los intendentes en San Bernardo, la tensión existe. “Fue dura la reunión de intendentes porque algunos creen que Pinamar y Mar del Plata se van a llevar puesta la temporada porque dicen una cosa y hacen otra por la presión de los comerciantes”, arriesgó una fuente del gobierno bonaerense.

SEGUIR LEYENDO:

Guardar