A finales de la década del 70, Villa Carlos Paz de a poco dejaba de tener la configuración de una pequeña villa serrana para transformarse en una ciudad turística.
En ese momento, comenzaron a funcionar los que luego serían los tres grandes íconos de la noche de Carlos Paz: Keops, Molino Rojo y Khalama.
Los boliches, pubs y discos comenzaron a multiplicarse con los años y fue a principios de este siglo con la llegada de la farándula porteña de los grandes elencos de teatro, que la noche de Carlos Paz se consolidó como uno de sus grandes atractivos turísticos junto con los paisajes y los ríos serranos y la actividad teatral.
A principios de diciembre, el Gobierno de Córdoba señaló que no se iban a habilitar hasta marzo, al menos, los boliches ni los recitales masivos. Cerrados desde marzo por las disposiciones de aislamiento y distanciamiento, los locales nocturnos abrieron hace unas semanas en formato bar y con horarios y capacidades reducidas.
Los bares y resto bar donde se realizaban las previas, se han acondicionado con los protocolos que exige el COE, que es la autoridad que rige las actividades en la provincia de Córdoba. Lugares como Oye Chico, Benita Bar, Club Dub o Lotus, que son los más elegidos por los jóvenes, funcionan en su mayoría como restaurantes, sin los shows musicales o de DJs que presentaban previo a la pandemia.
“Esta nueva etapa la hemos asumido con toda seriedad, siempre manteniendo los protocolos que son cruciales para mantener la actividad, para nosotros, para los empleados y para los clientes. Es importante que la plaza pueda tener actividad”, señaló Osmany Estopiñán, propietario de Oye Chico.
“Tenemos muchísima expectativa para la temporada. Esperamos a la gente todo el año, nos preparamos con nuevos ambientes y mayor espacio. Estamos cumpliendo todas las normas y por suerte la gente responde. La temporada arrancó muy fuerte”, recalcó Bruno Martini, encargado de Benita Bar.
Zebra, epicentro de la movida nocturna de Carlos Paz desde hace varios años y el lugar elegido por los famosos a la hora de sus excursiones nocturnas, fue uno de los primeros en reconfigurarse. “Zebra se transformó en un resto bar”, explicó Jonás Testi su propietario.
Algo similar han hecho Khalama y Molino Rojo, mientras que Keops por el momento decidió no abrir sus puertas.
Actividad pero con restricción horaria
La restricción horaria ha sido uno de los cambios fundamentales para la actividad nocturna. En plena temporada de verano, los boliches solían cerrar sus puertas ya con los primeros rayos del sol y hoy tienen como tope las 3 de la mañana.
En ese sentido Testi explicó que la gente se ha adaptado: “Pusimos reservas a las 22hs, para que la gente venga más temprano porque hoy nuestro tope es a las 3 de la mañana”, señaló el empresario y explicó que hoy tienen una capacidad para casi 200 personas donde antes entraban casi 3 mil.
En tanto que Estopiñán, señaló: “La gente viene a Oye Chico más temprano, ya se ha adaptado. A veces cuesta un poco cuando se están divirtiendo mucho cortar la música y prender las luces, pero al final lo entienden”,
“Antes abríamos a las 00hs, hoy tenemos un sistema de apertura a las 21hs, hemos puesto mesas en las pistas para que la gente venir a comer, tenemos también algunas mesas solo para tragos y hemos deshabilitado las barras. Sólo nos manejamos con mozos y con grupos de gente reducidos”, explicó el propietario de Zebra.
Incumplimiento de reglas, actas y fiestas clandestinas
Desde hace algunos meses, la municipalidad de Villa Carlos Paz viene labrando actas y clausurando fiestas clandestinas. Con la llegada de la temporada el problema se ha potenciado: se multiplicaron las fiestas en casas, y ya se han clausurado algunas en las playas del lago San Roque.
En las últimas horas, algunos videos que circularon en las redes, alertaron a las autoridades sobre la actividad en los boliches. En algunos boliches, se labraron actas aunque sólo en forma de “apercibimiento” según señalaron desde el municipio.
“Estamos controlando permanentemente y tratando de que se cumplan todos los protocolos. Cuando se requieren sanciones, las hacemos, sin dudas “, explicó Roberto Giménez, director de Seguridad de Carlos Paz.
Testi explicó que intentan controlar la situación: “Cuando vemos que la gente se entusiasma mucho con la música y empiezan a bailar, la bajamos un poco y prendemos las luces para que el clima se calme”, sin embargo admitió que no es sencillo: “No podemos tener un seguridad en cada mesa”, agregó.
La queja de los propietarios de boliches persiste a pesar de las aperturas reducidas: “Es un error no habilitar las discotecas con protocolo y horarios más amplios porque eso fomenta las fiestas clandestinas. En un lugar donde se respeten los protocolos, se conserven las normas y los distanciamientos, no tengo dudas que los jóvenes estarían mucho mejor que en las cuatro o cinco fiestas clandestinas que después nos enteramos que clausuran cada fin de semana”, señaló el propietario de la disco Zebra.
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