Envenenaron a Pancho, el carpincho de una nena de ocho años que se lo quería llevar la Gendarmería

La noticia fue confirmada por una de las personas que cuidaba a este animal, que se hizo conocido luego de que varios vecinos de Santa fe se movilizaran para impedir que las autoridades lo apartaran de su familia adoptiva

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El carpincho Pancho, el animal que vivía en la casa de una nena de 8 años en la ciudad de Santa Fe y que en julio del 2020 se hizo conocido por las movilizaciones que surgieron para impedir que las autoridades nacionales se lo llevaran a una granja, falleció como consecuencia de un envenenamiento, según sospecha la familia que lo cuidaba.

Así lo confirmó a través de las redes sociales Juan Caraballo, uno de los dueños de este roedor: “Lamentablemente tengo que dar la noticia de que pancho murió hoy a la tarde. Me lo envenenaron y murió en mis brazos. Ya me voy a enterar quien fue el hdp (SIC) que le hizo esto a un animalito que nunca molestó, que era del barrio. Pero todo vuelve y Dios todo lo ve. Te amo Pancho, y siempre vas a estar en mi corazón. Pancho, el carpincho, era del barrio”, escribió el hombre.

Según trascendió, el cuerpo de esta particular mascota fue enterrado en la casa del vecino con el que solía tomar mates. Luego del hecho, Caraballo publicó en su cuenta de Facebook un video con varias fotos del animal, a quien le deseó que “descanse en paz”.

En julio del 2020, la Gendarmería lo quiso trasladar a una granja (Twitter: @mediosprovincia)
En julio del 2020, la Gendarmería lo quiso trasladar a una granja (Twitter: @mediosprovincia)

“Estamos mal, lo sentimos como si fuera una criatura, ayer la pasamos mal, los chicos lloraron, lo enterramos en mi casa. Lo han envenenado, estamos destrozados. Él venía todos los días a casa, entraba a su horario y comía galletitas. Era una criatura, ayer fue un desastre. Todos estamos destrozados”, explicó Carlos, el propietario de la vivienda donde fue sepultado Pancho, en diálogo con el portal santafesino Aire Digital.

Por su parte, Lucrecia, miembro de la familia que estaba a cargo del carpincho, explicó a ese mismo medio que ya lo habían notado “raro” el 24 de diciembre, ya que “no quería salir de su pieza”, hasta que en un momento salió “como nunca a despedirse” de quienes lo cuidaron durante 5 años.

“Después salió, vino a la casa de Carlos y ahí en la esquina murió. Largó baba blanca de la boca. Mi hermanita se tiró a llorar acá”, relató la joven sobre el fallecimiento del roedor, que se había hecho muy conocido en la zona.

La historia que conmovió a la ciudad

Pancho vivía en una casa del barrio San Martín. Su dueña era una nena de 8 años con quien solía tomar sol en la vereda, pasear por la calle o jugar en el jardín delantero de la propiedad. Era toda una estrella del barrio, toma mate y hasta se echaba al suelo cuando lo acarician. Pero una denuncia anónima puso en alerta a todos los vecinos cuando a principios de julio del año pasado arribó la gendarmería al domicilio de la esquina Estrada y Risso con una orden para llevárselo a una granja.

Esta noticia motivó que cerca de 100 vecinos se concentraran espontáneamente frente a la propiedad para reclamarles a los efectivos de la fuerza de seguridad que no le quitaran su mascota a la niña, que estaba presente en la movilización y en un momento abrazó con un llanto desconsolado a su carpincho y le suplicó a un movilero radial que hiciera algo para evitar que se lo arrebataran.

“Acá en el barrio lo quieren todos, todos lo cuidan. No es un animal que está mal. Yo entiendo que no se pueda tener, pero a mí me lo regalaron de chiquito... uno lo crió. Se lo van a llevar, ¿para qué? ¿Para que se muera en la granja?”, contó Juan, el hombre que le regaló el carpincho a su hija, a una radio local que transmitía en vivo el confuso episodio.

Cuando los gendarmes quisieron capturarlo para trasladarlo, los vecinos rodearon la jaula y lo impidieron. Al verse sorprendidos por la pueblada, los uniformados tuvieron que conformarse con tomarle los datos al dueño del animal y retirarse con las manos vacías.

Una vez que pasó este momento de tensión, la mascota siguió al lado de su pequeña dueña en la vivienda del barrio SAan Martín hasta que, finalmente, el 27 de diciembre falleció.

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