Quince minutos pasaron después de las 13 cuando la recepcionista del Centro de Operaciones y Monitoreo (COM) de Mar del Plata regresó para avisar que el intendente Guillermo Montenegro estaba en camino. El hombre de 58 años apareció junto a dos miembros de su equipo y con una férula que inmoviliza su brazo izquierdo tras un accidente doméstico por el cual debieron intervenirlo quirúrgicamente a mediados de diciembre.
Montenegro fue fiscal, juez nacional de Primera Instancia en lo Criminal y Correccional Federal Nº 7, ministro de Justicia y Seguridad de la ciudad de Buenos Aires (2007-2015), embajador en Uruguay (2015-2017) y diputado nacional por la provincia de Buenos Aires (2017-2019). Hoy, devenido en mandatario municipal, admite que el número de celular personal lo tienen los vecinos, que jamás lo apaga y que son muchos quienes le envían cartas con reclamos y pedidos a su domicilio: “Todo el mundo sabe dónde vivo”.
—Ante la suba de casos de COVID-19, ¿existe alguna posibilidad de que se dé por terminada la temporada de verano a mediados de enero?
—Yo no lo veo, creo además que sería impracticable. Tenemos que defender la salud pero con laburo. Hoy es salud más laburo. Tenemos 26% de desocupación. En mi cabeza, no veo posible generar algún tipo de cierre violento y terminar la temporada de verano”
—Entonces no creés que se termine antes de lo previsto.
—No creo que se pueda cerrar ninguna actividad. Pero no es que no se pueda, creo que no se debería. Hay muchas alternativas previas para llegar al cierre. En agosto planteé controles con PCR. Empecemos a ver cuáles son otras formas de limitar las posibilidades de contagio, pero cuidando el laburo. La mayor cantidad de problemas es por la clandestinidad.
—Fuiste fiscal, juez, ministro, embajador. ¿Se asemeja en algo ser intendente con la función de estos cargos?
—Nada que ver. Es totalmente distinto. Acá soy el vecino elegido por los vecinos. Me genera mucha responsabilidad ser el intendente de mi ciudad, me gusta tener el contacto con la gente. Es parte de entender su problemas. No hay ningún laburo que se compare con ser intendente.
—El 5 de enero de 2019, en otra entrevista con Infobae, dijiste: “Si la relación con la Provincia tiene que ser mala, será mala; yo tengo que pensar en los marplatenses”. ¿Cómo está esa relación?
—El título va a ser el mismo, eh. Porque no importa quién sea el gobierno, yo voy a defender los intereses de los marplatenses. Tengo una relación en pos de ellos, diálogo con el gobernador, con los ministros. ¿Me peleo? Sí, pero no me peleo desde lo personal, hay una discusión de cuestiones en donde yo entiendo que defiendo los intereses de mi ciudad.
—Fueron uno de los primeros distritos del país en abrir actividades cuando el pico de la pandemia no había llegado. ¿Los criticaron internamente?
—Yo creo que el que nos critica no nos conoce. Yo no puedo criticar la realidad de Pinamar o del Partido de la Costa. Yo hago las cosas pensando en mis vecinos y esa era la necesidad. En el segundo semestre tuvimos un 26% de desocupación, es el doble de la media nacional, la más alta de la historia de Mar del Plata. Más alta que la crisis del 2001. La necesidad de abrir tenía que ver con la subsistencia. Mentalmente pensamos que iba a durar dos meses. Obviamente que lo emocional generó cansancio, hartazgo, pero ahora también es entendible que tenemos que cuidarnos para defender el laburo.
—¿Cómo lo viviste desde lo personal?
—Muy raro. En el medio de la cuarentena nación mi sexto hijo. Dos de los mayores de mis hijos lo conocieron hace cuatro días; y tiene cinco meses. Mi viejo tiene un problema de salud y lo voy a ver hisopándome previamente. A cada uno de nosotros nos pegó de una manera distinta. Y desde el laburo nos sacó de eje.
—¿Pensás a veces en dónde te metiste o lo tomás como un desafío político?
—Yo lo tomo con mucha responsabilidad y con mucho orgullo. La solidaridad, la ayuda, el pensar en el otro, el donar tiempo, esfuerzo. Me dio mucho orgullo escuchar a los comerciantes decir: “Confiá en nosotros”. Pasaron seis meses y siguen igual. Dentro de la situación que nos tocó vivir me da mucho orgullo el laburo que hicieron los marplatenses.
—Va a ser difícil analizar esta temporada con las anteriores...
—Sí porque es atípica. Diciembre de 2019 contra diciembre de 2020 no lo podés comparar. Ahora, sí es necesario laburar. Decirle a los comerciantes “no te vas a salvar” y sí mantener el negocio y el laburo. Hablo mucho con ellos para mantener a la gente que trabaja.
—¿Qué pensaste el 19 de marzo de 2020 cuando el presidente Alberto Fernández decretó la cuarentena?
—La habíamos visto venir. Suspendimos las clases antes y entendíamos que eran las mejores medidas que podíamos tomar para cuidar la salud. Obviamente con el diario del lunes es fácil, pero sabemos que es una pandemia, una enfermedad, hay que ser consciente de eso, pero sí con una convivencia responsable con la situación. No está superado, falta para poder plantear una inmunidad grande y volver a las actividades normales. Creo que algunas actividades van a ser para siempre; volver a compartir un mate lo veo difícil.
—¿Qué posición tenés sobre la vacuna Sputnik V?
—A Mar del Plata llegaron 900 dosis. Y para una ciudad de un millón de habitantes me suena a poco. Obvio que es para vacunar primero al personal de terapia. Por eso pusimos a disposición todo el sistema de salud del municipio. Cuando llegue, sin que sea obligatoria, es importante vacunarse.
—¿Tenés relación con Alberto Fernández?
—Sí, yo lo conozco hace muchos años de cuando fue profesor mío en la facultad. Hablo del año 83. Nos saludamos para las fiestas y hace un mes y medio estuvo acá y también hablamos.
—¿Cómo analizás su gestión?
—Es difícil distinguir una gestión con la pandemia. Creo que hay cosas buenas y malas que se tendrán evaluar con el tiempo. Yo tengo una relación personal muy buena y soy muy hincha con las cosas para mi ciudad.
—Ejerciste el cargo de ministro de Justicia y Seguridad de la ciudad de Buenos Aires durante ocho años, ¿qué opinión te merece el enfrentamiento entre el gobierno nacional y la Corte Suprema?
—Soy sumamente respetuoso de la división de poderes, integré los tres poderes y siempre fui muy respetuoso. Hay que serlo de la Justicia. Ahora, ¿la Justicia necesita modificaciones? Sí, pero con respeto, pensando en cómo le va a solucionar la vida a la gente. No me gusta que haya ataque a los poderes, creo que las modificaciones hay que hacerlas y discutirlas. Pero bien, no imponiendo.
—¿Estás a favor de la reforma judicial?
—Sí claro. Una reforma política también, desde una mirada de la gente.
—¿Cómo analizás el conflicto que hubo entre Nación y Ciudad por la coparticipación federal?
—Voy a estar siempre del que pide para mi ciudad. A mi no me gusta la coparticipación que la provincia de Buenos Aires le entrega a Mar del Plata, por eso puedo entender cualquier tipo de discusión. Lo que no podés hacer, sin que hay una discusión previa, es que sea de un día para el otro. Si trabajaste para organizar un presupuesto y de un día para el otro te dicen “esto no está”, no me gusta.
—¿Pudiste ver o escuchar las entrevistas que dio Mauricio Macri durante el último tiempo?
—Las escuché.
—¿Hablás con él?
—Hablo poco. Hablo más con Horacio (Rodríguez Larreta) por cuestiones de gestión. Hablo con muchos intendentes, tengo ese ejercicio. Con Mauricio hablo de cuestiones que tienen que ver con Mar del Plata. Es un ex presidente, una persona importante dentro de nuestro espacio político, obviamente voy a hablar con él.
—Cuando dice que su gobierno culminó luego de las PASO de 2019, ¿qué sentís?
—En la Provincia no terminó después de las PASO. Hubo una complicación política para llevar adelante una gestión, pero se siguió trabajando.
—¿Con María Eugenia Vidal hablás?
—Sí, ella es amiga mía.
—¿Creés que tiene que presentarse en las elecciones de 2021?
—Sí, por lo que es, por la dirigente política que es y por cómo es como persona. Es importante para la Argentina.
—¿Te gustaría volver a ocupar un rol en un gabinete con Vidal o Rodríguez Larreta?
—Solamente quiero Mar del Plata, me desvela mi ciudad. Yo no descarto nada. Nunca tomo una decisión sin consultarla con mi familia, pero hoy solo me importa mi ciudad.
Fotos: Christian Heit
Seguí leyendo: